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- No quiero ir allí señor.
SEÑOR X: Anda camina no es mal lugar.
- No quiero.

La pequeña hizo un pequeño puchero antes de atravesar el gran portón que dividía el mundo exterior, del pedazo de infierno o más bien inframundo que se encontraba en el mundo humano, la niña fue sentada en una banca.

SECRETARIA X: Señor es muy pequeña para entrar aquí, tan solo tiene dos años.
SEÑOR X: Esa "niña" es lo peor, juega con fuego hace muchas cosas y no quiero que la mantén o la acusen de brujería. -el hombre fingió desespero y temor cuál padre sentiría al saber que su hijo está en peligro, lo que la joven secretaria no sabía es que ese hombre no era su padre-.

SECRETARIA X: Esta bien hablaré con el director, su hija estará muy bien aquí.

Después de unos minutos unas pequeña era metida a una habitación acolchonada, dónde estaría completamente sola, la infante no comprendía nada pero le parecía divertido sin saber lo que esperaba.

[...]

Una bella mujer despierta después del parecer haber estado inconsciente desde hace varias horas intenta levantarse pero cae nuevamente, mirá su cuerpo todo herido cicatrices por doquier, sangré, y un metal filoso enterrado en su muslo izquierdo, se lo arranca y reúne fuerzas intenta levantarse y después de unos segundos lo consige, reacciona a la situación y mirá a todos lados desesperadamente buscando a su pequeña hija, camina con dificultad buscándola sin tener éxito, varios segundos después escucha unos sollozos, corre a dónde proviene el sonido y llega a una puerta azul marino, la habré y se siente aún peor su amado esposo está tirado en el suelo semi desnudo varía haberturas en su piel de las cuales brota sangré como si fuese nacimiento de agua a simple vista pareciese que el hombre moriría pronto por la gran cantidad de ese rojo líquido espeso esparcido alrededor del hombre, la mujer presurosa se hinca junto a él y lo toma entre sus brazos llorando.

- ¿Que nos a pasado?, ¿Por qué a nosotros?, ¿Por qué mi bebé?

~ L-lo... Siento... No... Pude protegerlas. -decia débilmente entre sollozos el hombre pués estaba quedando inconsciente-. Mi pequeña... N-no p-pude protegerla... Lo siento.

- Mi bebé no

La mujer rompió en llanto, dos hombres aparecieron tras ella los conocía así que pidió que su marido se lo llevasen primero, el segundos hombre curo un poco sus heridas y le dio un conjunto de ropa unos jeans negros ajustados, una blusa de escote en los pechos negra, unas zapatillas de botín negras con detalles blancos, una chamarra de piel negra, un pequeño Sombrero redondo negro al igual que todos su outfit, sus labios de negro, esa vestimenta no era apta en esos tiempos, una vez cambiada salió del lugar dónde estaba encerrada, parada en la puerta vio el pequeño pueblo dónde sería su primer parada.

- Con mi hija y mi marido nadie se mete hijos de perra, me cobraré todo a mi gusto.

La mujer sonrió maliciosa y emprendió camino al pequeño pueblo que esperaba lo peor inconsientemente.

LITTLE BABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora