Salgo de mi casa sumamente apurada, mi mama me estuvo gritando todo el rato desde que me levante, cuando me estaba vistiendo, cuando estaba desayunando, cuando me estaba lavando la boca "Eres una perezosa" "Siempre te quedas dormida" "Solo quieres pasar dormida" "¿Cómo vas a vivir así?" Incluso cuando estaba saliendo se despidió con un: ¡Hasta luego, holgazana!
-Yo también te amo Mami-le dije con ironía. qué bueno saber que tu mama te quiere tanto como para gritarte "Holgazana" en la calle.
Camino a toda velocidad, el colegio esta a 6 cuadras de mi casa así que no tengo porqué tomar algún bus (Lo curioso es que soy la que mas cerca vive, pero también soy la que siempre llega tarde, quizás mi mama tenga algo de razón) Caminaba mientras pensaba en las tareas que iba a presentar el día de hoy: ¿Matemáticas? Listo ¿ciencias? Listo ¿Química? Listo ¿anatomía? Listo ¿inglés? Ni para que preguntar y ¿Física? List..... Espera ¿Hice física? ¡Mierda! Me olvide de hacer esa tontería del movimiento parabólico y lo peor es que toca a primera hora ¡Carajo! Ese viejo nunca llega tarde, es mas esta como portero en la puerta esperando a ver quien llega tarde para regañarlo y ¡Yo voy tarde!
Empecé a correr como loca, los zapatos que utilizaba me molestaban ¡Que se joda el que nos obliga a usar estos zapatos! Casi me caigo tres veces, lo único fue que le gana de correr a un chico el cual estaba haciendo ejercicios, alce los brazos como si fuera un corredor llegando a la meta y él se río, tengo que reírme un poco de vez en cuando. Cuando estuve a punto de llegar pise un charco y el zapato se me empapo de lodo, hasta la falda se me salpico ¡Que buen inicio de día! Apenas si empezaba y ya me querida regresar a mi casa, no tenia tiempo para limpiarme así que seguí, ya lo haría adentro. Llegue a la puerta, la señora que la cuidaba casi me cierra la puerta en la cara, de hecho, tuve que entrar de ladito como si fuera una especie de espía en una película.
-Buenos días señora Norma. -le dije a la señora que la cuidaba.
-Hola Niña Raxia, pensé que nunca iba a llegar. -Todos los días me dice lo mismo.
-Jajaja pues ya estoy aquí. – Me falto agregar "Tarde como siempre".
-Qué bueno, ahora vaya a clases, su profesor la ha de estar esperando.
-Claro esperando para regañarme, me toca con el profe de física.
-Jajaja vaya con dios hija mía.
Ni dios me podía ayudar con ese señor, le iba a decir, pero decidí irme. Mi curso esta en el ultimo piso de uno de los edificios, subí las escaleras como si se me fuera la vida en ello, llegué a los últimos escalones respirando por la boca y ahí estaba mi verdugo. Estaba parado justo en la puerta, dejo entrar a otro estudiante que iba un poco tarde; me detuve a respirar un poco, la puerta solo se encontraba a unos 20 pasos, juraba que el profesor me esperaría, después de todo es humano ¿no? Pues no, el muy hijo de su mama dejo pasar al estudiante que iba un poco atrasado, miro su reloj ¡Me miro a mí! ¡El muy no sé qué, sabía que estaba ahí! Me miro y luego cerro la puerta.
-Espe.. -quise decir cuando cerró la puerta dejándome con la palabra en la boca ¡Cabron! Quise gritar, pero me contuve como "la dama" que soy.
Camine hacia la puerta tratando de aminorar mi gran enojo, llegue a la puerta, trate de abrirla, pero estaba cerrada desde dentro (el viejo ese siempre hace lo mismo con los estudiantes que llega tarde, lo disfruta) Toque la puerta, evitando mis ganas de patearla; el profesor de física miró desde adentro hacia donde estaba yo con una cara de enojado, pero se que en el fondo se divertía por tener una víctima. Se levantó de su escritorio y con un caminar pesado se acercó a la puerta, me miró, me enseño el reloj y con haciendo un dos con los dedos me indico que debía ingresar a la segunda hora ¡Viejo de miércoles!Pues no me quedó otra opción más que resignarme a esperar. Me senté a lado de la puerta del curso, al menos no estaba limpiando la basura como me cuenta mi primo Alejandro que le hacen en su escuela cuando llega tarde; Pensé en hacer la tarea de física, pero al revisar mi maleta me di cuenta que se me había quedado el cuaderno ¡Que lindo día el mío!
Sin saber qué hacer, solo me quedo ver el horizonte, el cielo estaba despejado y el viento soplaba con fuerza, era un día muy fresco, como para ir a un día de campo, en vez de estar en un horrible con profesores prepotentes y estudiantes cabeza hueca. Hace algunos años me había jurado, que no iba a terminar como mis compañeros trabajando en una oficina, yo iba a formar mi empresa e iba a viajar por todo el mundo, ese es mi gran sueño, un sueño que voy a cumplir. Me sentía cansada y el viento me golpeaba en la cara, arrullandome, en un momento el viento empecé a sentir algo más que el viento, sentí que algo me salpicaba la cara, la sentía húmeda, me pase la mano por el rostro y luego la vi, lo que me estaba salpicando era sangra o al menos lo parecía, mire al cielo y de pronto el cielo azul se llenó de con un color rojizo, mire a mi lado en la dirección de donde venía el viento sangriento, ahí parado estaba un niño andrajoso con llagas y heridas largas en todo el cuerpo, con el cabello lleno de sangre coagulada, sus cuencas estaban vacías y de ellas brotaba un líquido negro y espeso, extendió su brazo hacia mí; quise gritar, pero me contuve, a pesar de su apariencia ese niño tenía algo que me hacía sentir confianza en él.
-Raixa. -dijo mientras extendía su brazo, tratando de tocarme. Aparte mi brazo enseguida.
- ¿Quién eres? -dije alarmada.
-Era una luz como tu-dijo el espectro entrecortadamente como sufriendo con cada palabra.
- ¿Qué significa eso?
-Era una luz, necesito que me ayudes yo y todos los demás.
- ¿Quiénes son los demás?
-Ella nos apagó, solo tú puedes ayudarnos-parece que ignoraba todas mis preguntas, respondiendo con vaguedades.
- ¿Por qué yo?
-Ayúdanos Raixa, ayúdanos Raixa, ayúdanos. -decía mientras su voz se iba haciendo cada vez más chillona y fuerte.
-Pero ¿Yo por qué? – pregunte cada vez más confundida.
De pronto el espectro empezó a parecer asustado y el viento empezó a soplar con violencia, el olor a sangre se esparció por todo el ambiente, empezaba a convertirse en una tempestad. De pronto se abrió un vórtice a las espaldas del espectro de él salieron unos perros infernales con mandíbulas enormes sujetos a una cadena gruesa acabadas en púas, se acercaron al espectro con forma de niño el cual temblaba del miedo, los perros lo olfatearon (al verlos bien me di cuenta de que eran ciegos, no tenían ojos) después empezaron a babear descontroladamente, era al niño al que buscaban, sus ladridos se hicieron escuchar, daban mucho miedo, eran como el berrido de un demonio salido de la más profunda grieta del abismo. El niño lloró con fuerza, sus quejidos eran los de un inocente pidiendo clemencia, sus ojos brotaron más de esa sustancia negra y viscosa; los perros de pronto se abalanzaron sobre el niño ferozmente, un perro por cada extremidad, el niño gritaba desesperadamente, pero los perros no lo soltaban. De pronto las cadenas resonaron con fuerza jalaron a los perros con tanta fuerza que estos empezaron a sangrar en el cuello, pronto los animales de pesadilla fueron jalados al vórtice junto con el niño; justo antes de que desaparezcan trate de ayudar al niño, pero el miedo no me lo permitía. El niño se fue extendiendo como podía los brazos hacia mí, antes de desaparecer me gritó :-Ayúdame, ayúdanos Raixaaaaaaa.
-Nooooo. -grite con desesperación.
De pronto me encontraba en mi colegio, con el viento fresco y el sol brillando en un hermoso cielo azul. Aun me sentía desconcertada y algo perdida, cuando una voz me saco por completo de mi ensimismamiento.
- ¡Raixaa! -Escuche a alguien gritar, conocía su voz.Gire mi rostro y ahí estaba mi profesor de física con su cara de amargado; me lo quede viendo, me sentía incapaz de responder.
-Señorita Raixa, ya puede entrar o ¿Acaso quiere quedarse afuera? Porque no me sorprendería mucho esa actitud por parte de usted. -empezó mi querido profesor con sus tonterías.
-No profesor, está bien.
Entre al curso sin en un estado de desconcierto, aun no procesaba lo que acaba de soñar ¿Qué significa eso de que quieren que los ayude?
-Llegaste bella durmiente, buenas noches. -le escuche decir a Erik, uno de los payasos del curso.
-Parece que me equivoque de baile, aquí no veo ningún príncipe azul. -dije en tono bromista.
-Eso es de cenicienta. -refuto Erik.
- ¡Vaya Erik veo que sabes mas que yo de princesas! - le dije ironizando; el curso río y Erik se encogió avergonzado.
-Señorita ¿Puede sentarse o tengo que volver a sacarla? -Dijo el profesor a mis espaldas.
Tome asiento sin rechistar, las clases del profesor Walter, eran jodidamente aburridas, por lo general siempre me dormía. Pero esta vez no pude dormir me pasé toda la clase pensando en los sueños que estaba empezando a tener ¿Serán verdad? ¿En qué puedo ayudarlos?
-Señorita Raixa-gritó el profesor, lo cual me hizo sobresaltar.
-Dígame profe Walter. -dije reaccionando.
- ¿Trajo su tarea? - dijo después de un suspiro.
-No profe. -dije un poco avergonzada.
-No me sorprende de usted, siempre distraída, nunca presta atención; vive en las nubes, soñando. – tuve ganas de decirle que el problema eran sus clases aburrida, pero esa no es la forma de mediar con un adulto, amenos que quieras irte expulsado.
- ¿Mañana puedo presentarla sobre 7? -dije tratando de mostrar pena, para poder conmoverlo.
-Todos sobre 7 y usted señorita, por llegar tarde el día de hoy, sobre 5.-dijo con una mirada seria, que yo se que escondía una sonrisa.
-Pe...-iba a protestar, pero como siempre con el no sirve mucho eso.
-Sin peros señorita, a menos que quiera que su nota sea sobre 4.
Me encogí en mi asiento y me resigné ante el régimen autoritario de mi tirano profesor, tampoco había mucho que hace y menos me sentía con ganas de pelear. Pase todo el día distraída, pensando en mis sueños, recibiendo regaños de por parte de los profesores debido a mi abstracción, pero no podía evitarlo ni siquiera en literatura que es de mis materias favoritas me podía concentrar. ¿Qué son los soñadores? ¿Qué son las luces? ¿Quién era ese niño? ¿Por qué lloraba? ¿Qué eran esos perros? Mi cabeza se llenó de preguntas que según parece solo se iban a responder en la noche, si al soñar decidía volver a ese lugar.
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El sueño de Raixa.
FantasíaEs mi nueva novela. Acompáñenme, junto a Raixa, a conocer el mundo de ensueño y todas sus maravillas, pero cuidado con los asesinos de sueños.