Un anónimo en una historia de amor

Capitulo 2

Ha pasado una semana desde la ultima vez que la vi, su pregunta ha estado en mi mente desde entonces. Lo he reconsiderado y creo que es tiempo de decirle la verdad, así que me arme de valor y fui a su casa.

Estaba a la puerta, se veía radiante, me acerque y le dije:

-Hola ¿Como has estado?

-Oh, Hola, he estado bien gracias por preguntar.

-Oye, he estado pensando  en tu pregunta.

-Mm, si, pero si no estas listo como dices, no hay problema.

-Bueno, lo estoy ahora, tengo que confiar en alguien y que mejor persona que tu, ya que eres esa persona.

Se sonrojo y me sonrió. Estaba tan nervioso que las manos se me hacían agua y mi corazón se salia de mi pecho.

-Sabes, yo tenia un chico especial en mi vida, pero se ha vuelto un tonto y desde que te conocí, he empezado a tener un afecto por ti.- me dijo.

Estuvimos toda la tarde juntos, no quería separarme de ella, pero llego la noche y tuve que irme.

Llegue a mi casa directo a descansar y poco a poco caí dormido, empezando así a verla en mis sueños, no podía dejar de pensar en ella.

Sabia que aun no era mi novia,  pero sentía algo inmenso por ella.

                                                                  *               *               *

Cada día que pasaba con ella para mi era un regalo, ella se comportaba excelente conmigo. Todos los días había una sorpresa, mi sentimiento por ella aumentaba. Me moría por decirle que fuera mi novia, pero el miedo al rechazo me acechaba. Se que le gustaba, pero que tal si no quería tener un noviazgo aun, prefiero ser paciente.

Siempre he tenido en mente, que un noviazgo comienza con una amistad y no tengo que apresurarme. Nunca he tenido novia, pero tengo en cuenta que cuando la tenga, haré todo lo posible por hacerla feliz y estoy seguro que esa chica sera ella.

Todas las noches antes de irnos a dormir, nos mensajebamos, deseandonos  las buenas noches y expresando nuestros sentimientos.

Se acecaba mi cumpleaños y me contaba que para ese momento me tendria una linda sorpresa, me moria de la curiosidad por saber que seria esa sorpresa, pero tendre que esperar anciosamente.