Dos.

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—Pans, Blaise, seguir la poción sin mi.—pidó el peliplateado a la vez que parara de andar haciendo que sus dos amigos se detuvieran para escucharlo.—Hoy voy a estar un poco ocupado.

El moreno recorría los corredores con cierto nerviosismo, había perdido de vista al rubio, y eso no le gustaba. A los pocos minutos de búsqueda divisó un cabellera rubia a lo lejos que andaba tranquilamente.

"Bingo".

Sigilosamente , el moreno persiguió al rubio por los pasillos, pudo hacerse la idea de adonde se dirigían.

El rubio pasó por delante de esa ya conocida pared y una puerta apareció entre el ladrillo.  Seguro, se andentró en la sala seguido por el moreno.

La sala se encontraba completamente a oscuras, el moreno entornaba los ojos intentando divisar a alguien en esa sala, sin conseguirlo.

Una mano se posicionó sobre su hombro estampandolo contra la pared. Un quejido se escapó de sus labios. En la oscuridad al fin pudo divisar la cabellera rubia y esos ojos mercurio mirandolo con odio y con...¿lujuria? Eso no lo tenía muy claro.

—¿Que pretendías hacer siguiendome Potter?—las palabras eran dichas como si fuese puro veneno.

El moreno no podía hablar, era como si de repente hubiera perdido la capacidad del habla .

—¿Qué te pasa Potty? ¿Te ha comido la lengua el gato? —se burló con una sonrisa mientras se acercaba lentamente a su rostro.

Los nervios se iban apoderando de su cuerpo, cada centímetro que el rubio avanzaba, el moreno intentaba echar la cabeza hacia atrás. Cuando la distancia que los separaba era apenas un milimetro, los labios del rubio se abrieron formulando aquella pregunta.

—¿Asustado Potter?.—su voz era coqueta, pero no espero una respuesta de parte de el otro chico, unió sus labios en un beso lujurioso, que aunque a el moreno le costó responder, finalmente se dejó hacer.

Los besos del rubio fueron navegando por distintos lugares de su rostro mientras sus hábiles manos se desacian de la ropa de el moreno mientras este solo soltaba pequeños quejidos y gemidos por el placer que aquel roce le producía. Nunca se imaginó que los besos de Malfoy fueran tan gloriosos.

Sus besos se hicieron más húmedos, su cuerpo ya estaba al descubierto, exponiendo su morena piel al plateado. El rubio succionaba y lamía el cuello del moreno dejando varías marcas, lo único que respondía el moreno eran quejidos y gemidos. La excitación no lo dejaba pensar con claridad, pero tampoco lo importaba, porque estaba seguro de que un polvo no iba a significar nada, y solo sería eso, un polvo, ¿no?.

Sintió como sus pezones ardían, abjó la mirada aún con la boca entreabierta soltando pequeños y cortos gemidos, encontrandose con la cabellera rubia del chico que se encontraba ahira descendiendo por su abdomen, ahora solo lamiendo todo con lujuria llegando así al corte de sus pantalones. Pequeños pelitos colos azabache se repartían por su parte baja del abdomen dándole un toque más provocatico. Con lentitud se desizo de los pantalones y calzoncillos del moreno. Su glande estaba completamente erecto y gotitas del pre-semen resbalaban por el. Con mucha paciencia, el rubio lamió la polla del moreno tragando así las gotitas mientras qye con sus dos manos masajeaba sus testículos. Harry se sentía en el cielo, nadie, en la vida, le había echo sentir así, y por suspuesto nunca había sido participe de algo así, y le empezaba a gustar.

Finalmente, Malfoy se desizo de sus propios calzoncillos y con mucho cuidado, agarró los muslos del moreno haciendo que este enredara sus piernas en la cintura del plateado y lo llevara hacia un pequeño sofá que se encontraba ahí echo para la ocasión.

Con paciencia, fue introduciendose dentro de Potter, haciendo que este arañara su espalda por el escozor que le producía esa nueva sensación. Draco se mantuvo inmobil, en esos instantes, ambos pudieron apreciar la belleza del otro.

Los ojos del rubio, color mercurio o mucho mejor, color plata, se fundía con los esmeraldas del moreno haciendo así una conexión estelar para ambos. El moreno movió las caderas haciendo una señal al platinado para que se moviera, y ahí comenzó el acto.

De pequeñas estocadas pasaron a rápidos y bruscos vaivenes que hacian que el moreno gimiera más fuerte. Ambos cuerpos estaban sudados, la fricción de los testículos del rubio chocando contra los glúteos del moreno era una sensación exquisita. El moreni se corrió antes que el rubio, y el que las paredes de Potter apretujaran su glande, hizo que el rubio se viniera también.

El plateado salió de el moreno y se detuvo para recuperar el aire. El Elegido estaba igual que él, con la respiración entrecortada, y luchando por recuperar aire. Tan concentrado estaba en su recuperacion que no se percató cuando el rubio había desaparecido por la puerta, y cuando su corazón se estrujo haciéndolo sentir de pena, porque solo había sido un polvo, algo insignificativo.
Con gran rapidez, se colocó su ropa y salió de allí en busca de sus inseparables amigos.

Los demás alumnos caminaban hacia sus salas comúnes, entonces cayó en la cuenta, se había perdido la clase de defensas contra las artes oscuras. Se dió una bofetada mentalmente, no porque haya faltado a una clase y halla sido por culpa de su némesis, que también, si no porque esa clase la impartía Severus Snape.

En los corredores no había nadie a excepción de algunos fantasmas que pasaban por ahí, asique con mucho pesar caminó hacia su sala común.

—Draco no sé a que juegas, pero no me da buena espina.—esa voz se oía llena de furia mezclada con preocupación.

Al oir el nombre de aquel rubio, decidió acercarse a el lugar ocultándose dentras de una de las columnas, podiendo visualizar todo lo que sucedía: su profesor de artes oscuras se encontraba acorralando a el chico con el que minutos atras había tenido una sesión de sexo discutiendo. Agudizó el oído.

— No juego a nada padrino.—le contradijo. No le sorprendió aquella confesión ya que se notaba un poco que el mayor sentía más debilidad por el rubio.

—Mira, Draco,—con su mano izquierda tocaba su sien intentando tranquilizarse— no puedo dejar que hagas cualquier cosa, estas a mi cuidado desde que entraste a este maldito colegio. ¿Entiendes?

El peliplateado mantenía el ceño fruncido mientras su padrino le explicaba, la verdad no le apetecía escuchar nada de lo que decía ya que se lo había repetido incansables veces en Malfoy Manor durante el verano. Sólo había echado un polvo con El Elegido, ¿qie pasaba? Mientras pensaba en ello sintió una punzada en su cabeza, como si alguien la estuviera malipulando, pero llegó a frenarla antes de que pudiera llegar a ver algo que no debía. Los ojos color mercurio se llenaroa de furia.

—¿Estas utilizando la oclumancia conmigo? —sus palabras eran odio puro, el pelinegro lo miraba indiferente.—me sorprendes padrino, creía que confiabas en mi.—y tras esa discusión, el rubio continuó andando por los pasillos, desapareciendo en la esquina. El profesor también echó andar.

—¡Harry! ¡Te estábamos buscando! —su amiga lo estrujo contra ella acorralando su cabeza entre sus brazos.

—Mione lo vas a ahogar.

Sonriente dejó de "abrazar" al moreno.

—¿Donde estabas? Snape estaba echo una furia cuando se había dado cuenta de que ni tú ni el huron teñido estábais. —preguntó su pelirrojo amigo mientras comenzaba a andar.

—Me sentía mal.—mintió.

—A vale tío, que te mejores.—le deseó mientras comía una rana de chocolate que aún reservaba de su llegado, la fémina, sin embargo, le observaba con ceño y los labios fruncidos. Harry solo le regaló una amable sonrisa, haciendo que esta desviara la mirada.

"Muy mal estaba..."

Pensó mientras sin pensarlo miraba el lugar por donde el rubio había desaparecido.

"Muy mal..."

//Holaaa, no pensaba subir este capítulo hasta el domingo pero... Como no voy a poder actualizar en un tiempo lo subo ahorita, les amo bye❤//

Tras las máscara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora