Kim NamJoon era un chico, audaz, valiente, perspicaz, hábil, inteligente, de gran corazón y una belleza que cualquiera envidiaría. Kim ya estaba acostumbrado a la rutina diaria, desde las usuales miradas de odio, admiración o celos cuando iba entrando a la universidad, hasta los constantes piropos en el aula, cafetería e inclusive en los vestidores de hombres. Todo eso para él era muy habitual.
Por esa razón, el que ahora un chico le esté acorralando y diciendo palabrotas sucias al oído no le parece del todo errado, al fin y al cabo, como dijo, era una rutina y por supuesto Kim NamJoon estaba acostumbrado, al igual que cansado. Cerró los ojos un instante y mascó su chicle de fresa y bayas con una linda sonrisa burlona; él no era un fácil que se dejaría tocar por cualquiera, menos por un troglodita fortachón como Kim SeokJin.
—Vamos pequeño, déjame follarte fuerte y duro, sé que te va a encantar.—NamJoon rodó los ojos y alejó la mano que tocaba sus muslos de un manotazo.
—Jin, querido, te lo eh dicho, no eres mi tipo, creo que lo que tienes de músculo también lo tienes de tarado como para no comprenderlo, te lo eh dicho un millón de veces—Se escabulló de entre los brazos anchos del mayor y por fin salió, dedicándole una vez más su sonrisa divertida y levemente socarrona, escuchando el timbre, gritando y bailando para sus adentros porque le tocaba literatura inglesa con su profesor favorito.—Nos vemos en la práctica de esta tarde fortachón~ ¡Te animaré mucho!
Sí, NamJoon también era el capitán de los animadores.
SeokJin no puede evitar sentirse derrotado, pero ver el contoneo de caderas que ondea la falda color rosa de detalles beige, blanco y un fucsia llamativo junto a las palabras del menor, no le hacen perder la esperanza, él sabe que un día se follará al pequeño koala de faldas con tonalidades suaves, piernas de ensueño, rostro aniñado y aroma atrayente.
Sí... sólo era cuestión de tiempo.
***
Las dos horas de torturadora álgebra para Park Jimin han terminado, puede echarse en el banco a agradecer a lo que sea por haber hecho que la "vieja ogro" como él llamaba a su maestra, se callara y dejara de explicar la raíz cuadrada de pi y la Teorema de un triángulo Isósceles, demasiado aburrido y demasiada información para su cerebro. Escuchó el timbre y con prisa salió de la habitación con sus cosas encima al salón de literatura inglesa, muy emocionado sin duda. Al llegar se sostuvo del marco de la puerta y tomó aire; no debía correr tanto.
—Buenos días Minnie~—Saludó su rubio amigo de faldas pasteles, Jimin le miró y sonrió haciendo su típico y precioso eye-smile.
—Buenos días, Hyung—Se acercó y le dio un beso en la mejilla sin borrar su sonrisa. NamJoon rió y también le dio un beso al igual que el más bajo.
—¿Listo para cansarte?
—Tú sabes que sí.
Ambos rieron y entraron a clase, teniendo en sus palabras un muy buen guardado secreto del cual nadie sospechaba y estaban realmente felices por ello.
***
La universidad se encontraba totalmente desierta, nadie pasaba por los pasillos, no se escuchaba el bullicio mañanero de siempre, todo estaba remotamente tranquilo; a excepción del campus a unos kilómetros de distancia de aquel amplio y enorme recinto para la educación y... bueno, otras cosas más.
Una excepción más era el aula de literatura inglesa, el salón asignado para el profesor Min, en donde se podían escuchar curiosos gemiditos agudos combinados con aquel nombre que le habían otorgado sus alumnos al de piel pálida y actitud de los mil demonios.
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|| 🌼¡Profesor Min!🌼||YoonNamMin
Ficción General↪...Todas las tardes después de la universidad, Jimin y NamJoon se quedan a complacer a su profesor de literatura inglesa y éste, les hace ver las estrellas...↩ -¡Oh profesor Min! 🌷 🌷 🌷 🌷 -Nunca eh escrito algo cómo esto, ¡Intentemos a ver qué s...