¿Cómo es más allá?

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Uno de los niños que fue rescatado de Oriente Medio fue llevado a lo que era la ahora considerada "zona de protección de Bertians." el menor fue cálidamente acogido por los adolescentes de la misma sub especie de humanos que ahí residían, pero claro, estos tenían 16 años mientras que el menor tendría máximo unos 7 años de edad, apenas había sido descubierto en medio de un desierto vagando sin agua, comida o algún medio de supervivencia, lo único que este poseía eran sus habilidades únicas dadas por la raza a la cual pertenecía.

Una noche cómo cualquiera luego de que el menor fuera acogido en las nuevas instalaciones ahí presentes, Louis, el primer Bertian, cubrió al menor de nombre Roman con una manta, sin embargo, antes de que el Joven de cabellera Rojiza se retirara de la habitación, el menor le hizo una pregunta.

-Señor Lis ¿Cómo es fuera de aquí?.- Mencionó el menor con una tonalidad ciertamente tierna pero con una forma de expresión dudosa a la par que curiosa en esencia.

-Pues fuera de aquí es parecido, todo es tra...- antes de poder concluir con sus palabras, el menor volvió a hablar de forma algo más directa.

-¿Cómo es para nosotros?- Agregó finalmente el menor con cierta especie de nostalgia, apenas había experimentado la interacción con personas realmente, según lo que mencionaron los investigadores, Roman llevaba sólo desde los 3 años en medio del desierto, la única explicación que pudieron dar es que fuera por sus habilidades.

-Para nosotros...Es...Es igual, todo es tranquilo, siempre que estemos juntos los unos de otros todo estará bien.- Mencionó el de pecas y escamas en la piel con una sonrisa y un semblante Alegre sin lugar a dudas. El Menor sonrió ante esto, para así finalmente despedirse del mayor, el cual antes de salir de la habitación apagó las luces y finalmente se retiró. Una vez fuera de la habitación, el de cabellera rojiza suspiró de forma pesada bajando la cabeza de forma Triste. Claramente, había mentido, Bélgica era uno de los pocos países que los trataban cómo seres vivos y no cómo monstruos o cuerpos inertes, pocos países tenían la consideración de respetar sus vidas, pocos Bertians tenían la oportunidad de continuar con sus vidas.

Este era el caso de varios de estos Sub Humanos que se ubicaban en el País de la Actual México, un país en el cual los derechos de esta especie estaban completamente invalidados, e inclusive estaba penado ser uno de ellos, vamos, lo mismo que en gran parte del continente y de todo el mundo en general, después de todo cuando el ser humano no sabe acerca de algo es mejor destruirlo y o evadirlo. En La ciudad de Toluca se ubicaban varios de estos Sub Humanos, escondidos, al margen de lo que era la sociedad actual, todo tan avanzado y tecnológico, pero respetando de cierta forma las vidas mundanas del pasado. 

En el limite de la ciudad se encontraba una especie de gran casa aparentemente abandonada, bastante maltratada tanto por fuera cómo por dentro, sin embargo, para nada estaba abandonada, en el interior de la misma se hallaban los residentes, los cuales, en su mayoría eran Bertians, al menos unos 7 de estos y 3 niños humanos, 5 de los Bertians tenían entre 7 y 11 años, mientras que los otros 2 poseían 15 y 16 años de edad respectivamente, los 3 niños Humanos restantes no tenían más que 5 años los 3. 4 de estos Bertians eran Mexicanos, principalmente los menores, mientras que los dos mayores eran Canadienses y el Bertian restante era proveniente del Litoral Pacifico Americano.

En aquella instancia los 10 residentes de la ya mencionada vivienda se encontraban reunidos en una sala, sin ventanas y con las puertas cerradas, algunos ahí poseían ciertas diferencias del resto de los miembros, debido a la peculiar forma de los Bertians, diferentes unos de otros. Los 10 individuos ahí reunidos se encontraban sentados en redondel, observándose unos a otros, hasta que finalmente uno de los mayores se levantó y sacó de un armario 2 bolsas con comida y agua, parecían ser simples tazones o contenedores con platillos típicos de la zona en la cual se encontraban.

Fracturas en nuestros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora