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En algunos momentos me sentía como él protagonista de la película de La princesa y el sapo.
Exactamente como Tiana, ella trabajando duro como mesera para juntar dinero y tener al menos un establecimiento, que a pesar de que estuviese muy feo  era positiva, y en su mente se daba la idea de que tan lejos quería llegar.
Mi horario era tan apretado en muchas ocasiones por los diferentes trabajos y ensayos que tenía al día,que hasta a mí mismo me parecía increíble lo mucho que mi cuerpo llegaba a aguantar.
Día diario:
   
6:00am a 7:00am-: alistarse y alimentarse bien
7:00am a 12:00am-: Servir “CON GUSTO” a los clientes del café
12:20am a 5:00pm-: llegar a tiempo para ser niñero (incluye: Recogerles del colegio, tenerles comida lista, ayudarles a sus tareas, mantener todo completamente limpio entre otras cosas)
5:20pm a 9:50pm-: ensayos y prácticas para corregir errores en la danza.

Ahora que veía la lista pegada en el refrigerador mientras sostenía una taza de té pensaba en lo monótono que era mi vida ¿Cómo es que no me he aburrido?, me pregunté, pero pareciera que las respuestas siempre llegaban a mí en el momento preciso “academia ahorros”, esta semana era la perfecta para terminar, para ir a firmar esos no tan estúpidos papeles que ya hasta me daban dolores de cabeza.

JUNGKOOK:
-De acuerdo, ahora sabes pequeña diablilla que no debes estar jugando en las escaleras porque te puedes volver a lastimar el tobillo-. Le dio un suave toque a la punta de su nariz juguetón solo para distraerla unos momentos y después dedicarle una sonrisa a lo cual ella también sonrió. –Prometo ser de lo más delicado, pero también necesito que me ayudes siendo una niña fuerte… ¿de acuerdo?-., vio un asentimiento y sin pensarlo mucho tomó el tobillo de la pequeña Sun Hee a quien le había sido encargada; prosiguiendo a moverlo primero en círculos, y de ahí seguir en las direcciones de los puntos cardinales, cuidadoso, aunque la niña solo se aferraba al peluche que tenía entre sus brazos mostrando que le dolía pero que aguantaría.

-¿ves?, fue muy rápido, fuiste muy fuerte eh, y por ello yo te recompensaré con un dulce ¿va?-.
Sacó de su bolsillo una paleta y se la dio para luego agitar sus cabellos susurrando un “hasta mañana”, agitando su mano en manera de despedirse amistosamente mientras sus padres agradecían y se la llevaban.

-Realmente me gusta, me gusta ver esas sonrisas de completa esperanza… ¿no es así padre? Incluso en tus últimos días conmigo fue lo último que perdiste, siempre mostrando que a cualquier problema hay una solución y que no importa que la dificultad sea tan absurda siempre se debe tener importancia a la hora de resolverla.
Mi propósito está aquí, en mi carrera, y si no logré ayudarte lo haré con las demás personas que lo necesitan tanto como tú alguna vez.-

Su mente pensaba aquello mientras miraba todo a su alrededor, solo le quedó suspirar y darse ánimos, imaginarse que su padre estaría orgulloso de lo mucho que había madurado.

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