Ayer, la última vez.
Cómo si de la última cena de Jesús
se tratara
ayer compartimos pan y vino,
pero lo que nadie se esperaba
es que bajo la mesa
en vez de monedas de plata,
entrelacé manos contigo.Tan última fue,
que con fervor,
me agarré a tal momento
como un clavo a la cruz.Y ya de camino,
ante las puertas de San Pedro
supe que,
en ningún momento,
me arrepentía de tal pecado.
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columna de mármol, ratón de cocina.
Poesíaoh, venga, todos hemos tenido un amor que no hace ni deshace.