20 de enero - Pececito

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Llegué a la conclusión de que el rojo es tu color aunque ambos coincidamos en lo bonito que es el azul. Tanto tus labios; junto a tu juguetona lengua, tus gestos; tan ansiosos y deseosos, como tus apasionados ojos negros hacían de ti la personificación del fuego, y quien juega con éste se quema.

Yo siempre fui un pececito que nadaba en círculos infinitos en una pecera hasta que llegaste tú para soltarme en el ávido océano. A su vez, tú eras el tiburón que impasiblemente me enseñaba sus afilados dientes mientras me soltaba algún que otro ''te quiero''.

No llegaste a morderme pero el roce con tus colmillos de predador me hería y me hacía sangrar. Sangraba de manera leve y del que después, en la herida, sólo quedaba poco más que carne viva. Del mismo modo que yo me acostumbraba a mi nueva condición, a ti el simple olor de esa sangre te volvía loco.

Yo hubiese puesto la mano en el fuego por ti; yo hubiese hecho todo por ti.

Eras fuego que ardía intensamente entre agua y que jamás se apagaba (ni se apaga). El lazo que nos unía era rojo, pero no porque estuviéramos destinados. Jamás lo estuvimos. Alguna vez lo pensé. Tú no.

Y así es como con agua apagué aquél lazo que nos unía.

No quiero que me coman, quiero que me quieran.

''Somos jóvenes, a esta edad nada dura. Dices que no quieres besarme pero tus labios no dicen eso. [...] A veces me sorprendía a mi mismo preguntándome si estaba enamorado de ti. Quería verte, y se me hace complicado el estar ahora mismo contigo y no poder besarte. Pero no, jamás he tenido esas mariposas en el estómago.'' — Él.

Tras verle por última vez y despedir al fin esta etapa de mi vida, minutos después me llegaron un par de mensajes suyos. Cariño y dolor es lo que sentí.

17: 11 Sigues estando igual de guapa que siempre.

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Gracias por acompañarme en esta aventura y seguir tanto versos como escritos que publiqué sobre esta personita que marcó un antes y un después en mi 2018. Pero como saben: año nuevo, vida nueva.

Me temo que al cerrar este ciclo doy por finalizada esta historia, de la cuál recibí muchos votos e incluso comentarios que me llegaron a animar duras noches como interminables tardes. 

Como sea, siempre estáis invitados a seguir leyéndome en futuros proyectos.
De nuevo, gracias por compartir vuestro tiempo conmigo.

Hasta en un futuro próximo,
Jules. 

columna de mármol, ratón de cocina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora