El tiempo pasó abrumadoramente rapido, han pasado dos años desde la última vez que vi a Reiner, pero me acordaba perfectamente de cómo era, sus rasgos, su personalidad, todo, también hacia dos años que me casé con Mike, sin embargo no era feliz, la ausencia de Eren y de Armin también se notaba bastante, nadie me sacaba de mi aburrimiento.
Mikasa: __, ¡__!¿Me estás escuchando?
Le esbocé una sonrisa de disculpa.
__: lo siento Mika, tenía la cabeza en otro lado.
Mikasa: te decía que hoy vienen los reclutas, es solo temporal, vienen porque van ha hacer los exámenes teoricoprácticos y la reina en funciones tiene que asistir a las pruebas físicas.
Sonreí algo ruborizada con la idea de volver a ver a Reiner.
Ambas salimos a pasear a los jardines, el lugar más tranquilo del monasterio.
Historia: tengo ganas de ver a Ymir, seguro que ha cambiado mucho.
Annie la miró indiferente, y luego me miró a mí.
Annie: y vos majestad, no quieres ver a nadie en especial.
Negué con la cabeza, no me fiaba de Annie aún.
Todas nos sentamos bajo de un cedro bastante frondoso y nos pusimos ha hablar y jugar al ajedrez, jugaba calmadamente con Shasa, que intentaba ganarme de muchas maneras diferentes.
Al rato Mike se acercó a nosotras y carraspeó levemente.
Mike: os puedo robar a __, tenemos que ir a prepararnos.
Ellas sonrieron dándose codazos y cuchicheando cosas.
__: sois unas pervertidas.
Dije sonriendo, Mike me ayudó a levantarme y ambos nos dirigimos a nuestro dormitorio, por el camino la gente nos miraba enternecida dado que Mike me cogía con cariño de la cintura.
Mike: odio que la gente nos miré así, eres mi esposa.
__: están en su perfecto derecho de mirar a quien quieran, o a caso hay alguna ley que prohíba demostrar afecto hacia sus reyes.
Negó con la cabeza y me depósito un suave beso en la cabeza.
Al llegar al dormitorio, me deshice el moño y lance mis zapatos a un lado de la habitación.
Mike se desabrochó la camisa y se tiró en la cama exhalando un suspiro.
Mike: ¿Seguro que no quieres...?
Me giré hacia el y le dije mordaz.
__: no, ahora ayúdame a quitarme esta cosa.
Me puse de espaldas y espere a que se acercara a mí, puso sus manos en mi cintura y empezó a olisquearme el cuello.
__: Mike, hoy no.
Se separó de mi lentamente, no sin antes darme un beso en el cuello, sus manos se dirigieron entonces a mi corsé y poco a poco el lo fue desabrochando, me giré hacia él, algo más liberada y ligeramente encorvada, a veces daba gusto quitarse el corsé un rato, sin embargo, hoy no era ese día.
Me interne en lo profundo de mi armario, buscando ropa cómoda pero a la vez elegante, para poder asistir al examen.
Un mono vaquero de botines bajos color negro, combinados con un semirecogido elegante, un collar largo y un mate beige combinaban a la perfección.
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