Capítulo 19

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Al día siguiente.

Escuché a alguien potar fuera del coche, me asomé por la ventana y vi que era Jack. Al girarme, me di cuenta de que un brazo agarraba mi cintura, ese brazo era de Isaac. Se le veía con cara de ángel y de una manera muy dulce respiraba por sus labios entreabiertos. No pude evitar sonreír ante esa imagen que estaba viendo, así que me acerqué lentamente a él y le besé cariñosa.

- Buenos días Nora.- Dijo él al despertarse.

-Buenos días Isaac.

-Me gusta despertar así.- Sonrió.- ¿A tí no? -Otro sonido de alguien potando.

-Sí, me encanta despertarme escuchando a la gente potar por las mañanas. Muy bonito.- Le respondí con sarcasmo.

-Si la verdad es que eso no es muy bonito que se diga jajaja.

Salimos del vehículo y efectivamente, Jack estaba vomitando. Era algo asqueroso pero es lo que pasa cuando te pasas con el alcohol.

-Buenos días por la mañana Jack.- Dije acercándome a él riéndome.

-Vete a la mi....-Volvió a potar.

-¿Qué? No te entiendo, creo que tienes un poco de vómito en tu boca.- Me voy riendo.

-Bueno, ¿qué planes hay para hoy?- Pregunté.

-Estaremos en la playa hasta después de comer y luego volveremos a casa. Si quieres te acerco a la tuya.- Me respondió Isaac.

-Estupendo gracias, aunque me tendrías que llevar a casa de Iván, no voy a vivir en mi casa durante una temporada.- Me acordé de lo sucedido.

Llevo todo un día sin visitar a mis padres, sin saber nada de Iván... Tal vez debería de pasar unos días en casa y ver a mis padres al hospital.

-¿Pasa algo Nora?- Preguntó preocupado.

-Tranquilo, solo fue que mis padres tuvieron un accidente de coche y están en el hospital y como no quería estar sola en casa pues me acogió Iván en la suya.

-Ahh...- Dijo no muy convencido.

El día pasó rápido, mi teléfono y cargador portátil se quedaron sin batería y Jack estuvo todo el tiempo con una resaca horrenda; no había quien lo aguantase.

Antes de irnos, recogimos las mantas, los altavoces, comida y todo lo nuestro. Nos despedimos de todos y nos montamos en el coche de Isaac y nos fuimos.

Durante el camino de vuelta, la música era tranquila, todavía era temprano serían las 6pm y los rayos de sol daban fuerte contra el coche. Hacía algo de calor por lo que puse el aire acondicionado. Jack se quedó dormido en cuanto subió al coche, con la resaca no durmió nada por la noche, Shawn miraba el paisaje por la ventana derecha y Tyler por la izquierda.

Después de una hora de viaje llegamos a la casa de Iván, me bajé del coche y abrí la parte trasera de él para recoger mis cosas. Me despedí de ellos y llamé al timbre.

Isaac se fue y yo esperé a que me abriesen la puerta. Al poco tiempo llamé otra vez y no contestó nadie para abrirme. Solté mis cosas en el suelo y seguí llamando.

Después de media hora vi que el cielo empezó a nublarse y eran solo las 7:30pm; nubes negras cubrieron el cielo veraniego de la ciudad, ¿no me jodas que se va a poner a llover ahora?

-Me cago en todo lo cagable...- Dije en alto.

Nadie pasó ni pasaba, el cielo cada vez estaba más oscuro y seguían sin abrirme la puerta. ¿Quizás no haya nadie?

Me asomé por las regillas de la verja y ví la luz de la habitación de Iván encendida, será cabrón... Desgraciadamente empezó a llover, mi toalla estaba húmeda de la playa y el vestido que llevaba para cambiarme después de la playa no era muy apropiado para la lluvia.

Una hora más tarde.

Eran las 8:30pm todavía seguía lloviendo y el capullo de Iván no me abría la puerta; me encontraba sentada apoyada en la pared de la calle y vi un montón de piedrecitas. Se me ocurrió una idea pero no sabía si funcionaría por la lejanía de la casa.

Me levanté y cogí el montoncito y piedra a piedra las lanzaba contra el cristal de su ventana. Cada vez me quedaba con menos piedras en la mano hasta que por fín se asomó. Nunca me había alegrado tanto de verle la cara. Le hice señales para que me abriese la puerta y parece que lo entendió. Al poco rato se escuchó el sonido de la verja abrirse.

Cogí las cosas rápidamente y entré en la casa. Lo solté todo en cuanto llegué y me miré al espejo del salón, estaba empapada, mis pelos en tiritas por el agua, algunos pegados a mi cara, el vestido de flores que llevaba todo mojado al igual que mis convers.

-¿Y a tí que mierda te pasa eh? Llevo una hora y media llamando a la casa y no me abrías.- Le grité dirigiéndome a la cocina.

Me encontré a un Iván destrozado, lleno de moratones en la cara, un labio partido y la ceja ensangrentada. Él estaba sentado en una de las sillas bebiendo una botella de ron.

-Iván, ¿qué te ha pasado?- Me acerqué a él con preocupación.- Por dios ¿porqué no me has llamado?

-Déjame en paz. Si llego a saber que te fueras a poner así ni te abría.- Le da un trago a la botella.

-¿Cómo has dicho? Mira pedazo de mierda encima de que me preocupo por tí me tratas como si no fuese nada.- Le dije ante el comentario.- Si me preocupo por tí es porque me importas.

Me empezó a entrar un poco de calor en las mejillas al decir eso. Para que no se diese cuenta, empecé a buscar un botiquín para curarle las heridas.

-¿Qué buscas?- Me preguntó.

-Un botiquín para curarte.- Rebusqué entre los cajones, armarios...

-Está en el armarito del cuarto de baño de mis padres.-Dió otro trago a la botella.

-Vale.-Me acerco a él, le cojo la botella y la vacío en el fregadero.- Y esto se acabó.

-Pero ¿qué haces?- Me miró con asombro.

-Es hora de que dejes de beber, ya has bebido bastante por hoy. Sube y vete a tu habitación que voy a curarte.

Con refunfuño me siguió poco después de mí por las escaleras. Nos desviamos arriba, él a su habitación y yo al baño de sus padres, busqué el botiquín y fui con Iván.

Le pedí que se sentara en la cama, y yo me arrodillé frente a él. Abrí la cajita y encontré unas tijeras, varios sobres de apósitos, vendas, algodones y alcohol.

Dí un respingo por el frío que tenía del vestido y el pelo mojado, mis labios estaban morados por la misma causa. Partí un trocito de algodón y lo humedecí en alcohol.

-Esto te va a doler un poco.- Le dije antes de ponérselo en las heridas.

-Ay.-Frunció el ceño.

-Lo siento.- Le dí toquecitos suaves por las heridas y la parte de su labio partido.

-Siento haberte dejado en la calle durante la lluvia.-Dijo mirándome directamente a los ojos.- Soy un capullo. Tú no eres una mierda Nora, y me importas más de lo que crees. - Me acarició la cara lentamente.

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Hasta aquí el capítulo de hoy mis lectoras.
Siento mucho todo lo que he tardado para subir el capítulo, pero he tenído problemas familiares y pensé en dejar la historia de lo mal que me encontraba, pero pensé en vosotras y por ello voy a continuar.

Espero no desilusionaros nunca.

Os quiere.
Vuestra escritora favorita.❤️

Niñera durante un verano | S.J. | Cancelada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora