CAPÍTULO 9

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Día Viernes: Dos días después de la verdad.

Ya había terminado su turno. Salió del local en el que trabajaba para dirigirse al parque que quedaba a unos minutos caminando. Colocó el gorro de su chaqueta sobre su cabeza y se dispuso a seguir el camino que lo llevaría al encuentro con el castaño.

No estaba seguro de las palabras que usaría, todo dependía de las que dijera Eren, estaba muy inseguro de sí, no quería arruinar la última oportunidad que se le brindaba. Lo había pensado mucho, no estaba seguro de poder cargar con una vida más que no fuera la suya, ni siquiera se explicaba el como había sobrevivido cuatro años en soledad. Por otro lado, quería intentarlo, quería experimentar lo que el castaño había tenido que vivir esos dos años de estar con la pequeña; quería ser padre, el padre de Adalia.

Llegó al punto de encuentro, observando cómo el castaño miraba atentamente el horizonte con un semblante serio, casi nostálgico. Se acercó despacio y se sentó a su lado, Eren sintió inmediatamente su presencia, no hacía falta voltear para averiguarlo.

-Hola -saludó, sin interés aparente. El azabache hizo lo mismo- Adalia está con Armin, podemos darnos nuestro tiempo.

-No te preocupes, hay que aclarar las cosas y llegar a un acuerdo, hagámoslo con toda la paciencia y respeto posible.

-No soy un niño, Levi. No voy ni quiero discutir contigo.

-Está bien -bajo la guardia un momento, no quería ser tan duro con él pero tampoco quería que descubriera las enormes ganas que tenía de abrazarlo- Cuéntame, ¿Cuando supiste sobre Adalia?

-Un mes después de que nos divorciáramos, todo ese tiempo había estado con malestares. Armin me convenció de hacerme los respectivos exámenes.

-Cuando fui a suplicarte que lo volviéramos a intentar, después del divorcio, ¿Por qué no me lo dijiste?

-No quería hacerlo. Estaba muy resentido contigo, todo había sido tan rápido que no me detuve a pensar en que debía decírtelo. Quise ser egoísta y...guardar el secreto, creí que lo tomarías como una oportunidad para volver conmigo y hacerme creer que serías diferente, sabía que yo caería nuevamente, por lo que me callé y continué negándote que te acercaras hasta que te amenacé; fue la última vez que fuiste.

-No quería que siguieras pensando que era hostigamiento, solo me dejé llevar por la esperanza de poder recuperarte -dijo mirando hacia el cielo, vio que Eren quería replicar por lo que le hizo una señal de que se detuviera antes de hacerlo. Continuó hablando- Esa esperanza ya no está, puedes estar tranquilo, ha nacido una nueva en su lugar.

Algo en Eren se removió, no se esperaba esa confesión, mucho menos que le doliera tanto. Su corazón comenzó a palpitar agitado, haciendo que un nudo subiera hasta alojarse en su garganta. Sin embargo, no cedería ante sus impulsos ni sentimientos pasados, debía mantenerse firme por más tiempo. Volvió a su antigua posición, una pequeña lagrima resbaló por su mejilla derecha más no fue algo que notara el azabache, estaba muy concentrado en formular la propuesta.

Al castaño se le hacía raro verlo de esa manera, no podía creer que hace unos años nada más estaba arrodillado en su puerta pidiendo que volvieran a intentarlo. Y ahora, mucho antes de poder decir una palabra, había sido él mismo el que eliminara cualquier rastro de una nueva relación, rompiendo al paso una pequeña parte de sus corazones.

Solo había algo que los unía y no era el amor del uno hacía el otro.

-Quiero reconocer a Adalia, quiero ser su padre. Sé que he cometido muchos errores entre nosotros, asumo toda la culpa, no se me ocurren más palabras para decir aquí, frente a ti, sobre el tema. No te pido que lo olvides pero dame la oportunidad de ser una nueva persona con mi hija, deseo ser parte de su vida y que ella sea parte de la mía, solo necesito tu aprobación. Entiendo que ya no quieras verme pero...te suplico que lo hagas por ella, déjame ser el padre de esa niña. Tal vez pienses que no necesitas ayuda ya que lo has hecho de maravilla estos dos años, pero yo quiero brindártela, quiero ayudarte y verla crecer. No prometo ser el padre perfecto pero si el que necesita y vela por ella noche y día. Por favor.

Eren estaba atónito, no sabía con perfección que responder. Algo en su corazón le decía que aceptará, sabía con seguridad que merecía, al menos, esa oportunidad con su pequeña; después de todo era su padre y no todo en su relación había sido malo. Se habían amado profundamente.

-Está bien. Podemos intentarlo, no dejaré que la reconozcas aún pero si que pase tiempo contigo. Lo que yo quiero es que conozcas a tu hija antes de tomar decisiones tan apresuradas, estoy dispuesto a ceder ante las visitas y tú ayuda en su crianza. Solo te pido dos cosas: Prométeme que estás hablando en serio, que estás dispuesto a ser el padre de esa niña y listo para todo lo que eso conllevaría. No se trata de un juego, Levi, estamos hablando de la vida de una niña que no tiene la culpa de nuestro pasado y que solo merece lo mejor que este mundo puede ofrecerle, como padres debemos asegurarnos de ello.

-Claro que si, lo prometo.

-Bien, lo Segundo que quiero pedirte es más complicado; no le diremos aún que eres su padre. Sé que es duro para ti pero debemos ver cómo se relaciona contigo, no quiero que cometa el mismo error que yo; haberte amado y que me hayas decepcionado. Es por el bien de ella.

-Lo...prometo.

Con todo el dolor que le dejó la última promesa, tomó la mano de Eren en símbolo de sellar la promesa.

Se había sentido muy bien volver a tocarlo.

Vuelve conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora