El profesor Taehyung

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Jimin no era el único desmotivado en volver al colegio. El profesor Taehyung  tampoco quería incorporarse. Después de 10 años de dictar la materia Castellano y Literatura, estaba un poco hastiado de decir las mismas cosas. Las personas que lo rodeaban lo percibían  como un ser opaco. Y así mismo se sentía él en su interior, había perdido la afición que alguna vez lo llevo a estudiar literatura. Ahora le faltaba la alegría de vivir. Hoy, caminaba ensimismado por el pasillo hacia la sala de profesores. Pensamientos de pesadumbre flotaban sobre su cabeza este primer día del año escolar:
<<"Cómo declara el dicho popular: los alumnos siempre tienen la razón. Los profesores somos fieros soñadores que vinimos a impartirles conocimiento a los angelitos, a través del látigo de la educación. Y para que hablar de los padres de los bellos querubines. Los progenitores, estos no se quejan, ¡nooo! Rugen como leones alarmados cuando los citan al colegio por alguna falta de sus inocentes chiquillos. Principalmente, cuando llamas al representante del alumno revoltoso. Ya lo imagino, ¡Uuuuh, profesor, mi hijo es la octava maravilla! Sólo que usted no lo ve  con buenos ojos. A él nunca se le ocurriría lanzar una piedrita del patio a los salones de clases. Y menos romperle el cristal de una ventana, se habrá roto por una fuerte ventolera.
¡Tranquilidad! ¡Tranquilidad! Es una palabra desconocida en los colegios.

Pensaba el profesor Taehyung mientras se dirigía a confirmar su asistencia.

>> Ya veremos entre la galería de excelsos alumnos, cuáles serán mis celebrados discípulos este año: El ^Bravucón^, fanfarronea con aires de importancia, porque su coeficiente muscular está por encima de todos los alumnos de la clase. Siempre buscas la oportunidad para dejar a los más delgados e indefensos en ridículo, por supuesto, para sentir que él es lo mejor que existe sobre la faz de la tierra. Después, busca de quien copiarse las redacciones y los trabajos requeridos.

El ^Popular^ habla muy alto para llamar la atención de todos, espera que el profesor escriba en el pizarrón para hacer algún chiste a sus espaldas, o intenta sobresalir al mencionar las peripecias y los supuestos lugares en los que estuvo el fin de semana: ¡¡¡Los mejores del planeta!!! Se le conoce porque tiene un sólo cuaderno invisible para todas las materias.

La pretenciosa ^Miss universo^, distraída pasea por los pasillos, casi marca una zanja en el piso en su ir  y venir de un lado a otro. Espera que hasta las plantas del jardín caigan desmayadas a sus pies. Los exámenes  siempre le toman por sorpresa.

Se me olvidaba ^El galán^ y su Pavoneo. Se mira una y otra vez el peinado en los cristales de las ventanas. Con los dedos se alisa la  cresta  del copete con insistencia. No lleva ni un solo cuaderno de apuntes, pero un peine escondido en el bolsillo sí, para usarlo cuando cree que nadie lo ve.

Distraído en estos pensamientos el profesor Taehyung entró a la sala de profesores. Se sorprendió al ver los letreros con mensajes de incentivo al trabajo en el aula. Los mismos habían sido colocados en la cartelera por sus colegas docentes, a proposito del nuevo año escolar.

Mientras el descreído profesor leía mensajes alentadores como este: Renuevate, cada día es una oportunidad.
Otra escena se desarrollaba en el patio central del colegio. Yukii se despidió de Jimin con el afecto de siempre, y corrió entusiasmada por encontrase con sus inseparables amigas. El chico se dirigió al pasillo donde estaban colocadas las listas de los alumnos de quinto año. Buscaba su nombre para saber en qué sección  había quedado. En ese instante sintió que alguien le daba ligeras palmadas en el hombro, al tiempo que el decía en tono sarcástico.

- ¿Qué tal Jimin?, no leas tanto, quédate en la  sección "B" igual que yo. Estaremos juntos al igual que todos los años...

Se trataba de Park Jae. Sin duda alguna a Jimin no le pareció una buena coincidencia. Ya había tenido que soportar sus pesadas bromas en años anteriores. Ahora aguantarlo otro año seguido le resultaba un insoportable castigo. Entre todos los burlistas Jae era uno de los peores.

Amor se escribe al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora