35 Trente-Cinq

7K 1.2K 91
                                    

35° Libro: Alicia En El País De Las Maravillas.

"¿Cuánto tiempo es para siempre? A veces apenas un segundo."





Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

Eso es lo que los oídos del peligris escuchaban, no había otro sonido, solo ese, se quedó en silencio unos momentos más, quería percibir si acaso había otro, pero al parecer no había otro.

Tic-tac, tic-tac...

Seguía el reloj marcando los segundos, Jimin no los contaba solo escuchaba, de un lado a otro en su cama, pues no lograba dormir, suspiro frustrado y tapándose las cobijas hasta cubrirse el rostro por completo, juraría que sí escuchaba marcarse de nueva cuenta otro segundo, lanzaría el reloj por la ventana.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

Soltó un bufido y finalmente se sentó en la cama y agarro el reloj negro, era de cuerdas, no planeaba usarlo, Yoongi le había dicho que a veces cuando no tenías mucho sueño llegaba a ser fastidioso cuando se marcaban los segundos, y vaya que tenía razón.

Miro la hora, dos de la mañana, Jimin no sabía si decir si era o muy temprano o demasiado tarde, pero lo que si sabía era que tenía un antojo por algo de comida.

Dejo de nuevo el reloj y se dispuso a caminar hacia la puerta de la habitación, estaba oscuro y no quería encender las luces, miro hacia la cama de Yoongi en dónde se encontraba el peluche de kumamon, Jimin pensó que le estaba sonriendo. Lo agarro y con el peluche en sus manos salio de la habitación para dirigirse a la cocina.

Ese día había regresado algo tarde a su departamento, eran las cero horas cuando había entrado y no se sentía cansado, había incluso revisado los libros de la estantería agarrando uno por uno y revisando las citas literarias que Yoongi había marcado con un postic.

Yoongi no era de los que les encantará rayar sus libros con marca textos, o incluso subrayarlos con lápiz, el prefería pegarles postics, pero no ponía muchos, casi cada libro tenía menos de cinco, lo que Jimin no comprendía, si a veces cuando él leía encontraba algunas frases que en verdad le gustaban.

Y de hecho le había preguntado la razón del por qué no estaban sus libros llenos de postics.

"No me gustan, prefiero solo ponerlos cuando yo crea necesario, además solo marco en los libros las frases que sé que no se me olvidarán."

- A veces eres todo misterio, Yoonie -Jimin abrió el refrigerador.

Había comida, pero el problema era que a Jimin no le apetecía nada de lo que se encontraba allí dentro, pero después de dar una revisada con la mirada, decidió que lo mejor era agarrar un poco de la pizza que había ordenado en la tarde y que había guardado para poder ir a leer para Min Yoongi.

- ¿Debería calentarla? -suspiro-. No, así está bien.

Por la mente de Jimin pasaron unas palabras que una vez le había dicho Yoongi.

"Park, no seas flojo, eso déjamelo a mí."

Jimin no pudo evitar reírse cuando recordó aquello, y es que esa vez se sentía tan agotado que ni quería pararse a encender la televisión, es más pensaba que hasta parpadear era un laborioso trabajo, y claro Yoongi todo el tiempo trato de animarlo diciéndole muchas actividades que podían hacer juntos y sin mucho esfuerzo, porque él también estaba cansado.

- Está bien Yoonie, te dejaré la flojera a ti, solo por hoy.

Coloco la rebanada de pizza en un plato y después encendió el microondas, coloco el tiempo y espero hasta que estuviera lista.

Cuando ya estuvo lista se fue directo a la estancia, se sentó en el sofá coloco el peluche a un lado de él y sobre la mesa de centro el plato con la pizza.

En la mesa de centro se encontraba el libro que había ido a leer para Yoongi, apenas y había avanzado unas paginas, lo cierto era que Jimin trataba de leer más lento en cuanto a libros cortos se tratase. Park Jimin lo observo por unos segundos y después lo agarro, se levanto y camino hacia la ventana que se encontraba en la cocina.

La luz de la brillante luna era la necesaria para poder leer de nueva cuenta la nota escrita por el chico de cabellos negros que dormía plácidamente en el hospital.

"Park, algún día me volveré loco, más bien tus ronquidos me volverán loco, pero ¿sabes el por qué me gustan? Porque me hacen saber que estás vivo y que estás conmigo, que estamos juntos."

- Me las pagarás por escribir que ronco -sonrío-. Pero me gusta que escribas que estamos juntos, es muy lindo -cerro el libro.

Cuando amaneciera iría temprano a leer otro poco del libro "Alicia en el País de las Maravillas" de Lewis Carroll, para Min Yoongi.

Mi Bello Durmiente  ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora