Aclaración:
Los gatos tendrán diálogos escritos en cursivas, eso significa que Yui no los entenderá cuando hablen.
Los diálogos en el letra normal, son los sonidos que Yui escucha (los que escucharía cualquier humano).─── ∙ ~εïз~ ∙ ───
No todos comían el mismo tipo de alimento y por desgracia, algunos de sus mininos eran de lo más exigentes.
Karla por ejemplo, no puede comer nada que venga empaquetado, todo tiene que ser fresco y preparado por ella o sino no come. Y preferiblemente, comía jamón de alta calidad. Había sido un regalo para ella originalmente pero por un descuido, Karla encontró la forma de sacarlo de su plato.
Desde ese día la comida favorita del gato blanco eran los finísimo y carísimos jamones.
Shin pareciera seguir la misma dieta exigente de su hermano mayor, aunque lo había visto comer de otros comederos que contienen comida común.A Kanato le gusta la comida dulce, aunque Yui no le da con frecuencia porque 1: Puede llenarse de parásitos, 2: puede hacerle daño y 3: ¡Los gatos no sienten lo dulce! Intenta por todos los medios persuadirlo y darle comida normal de gato.
La comida de Ruki si que era extraña, le gustaba la sopa casera, y no solo eso, Yui juraría que cuando ella está en la cocina, el gato la sigue y le maulla constantemente, pareciera que le da ordenes de cómo preparar la comida que, casi siempre, era para ella. Y claro, cuando apagaba la olla, el gato no dejaba de aruñarla hasta que le daba una porción. Lo malo de darle comida casera a un gato es limpiar su caja de arena.
Ayato era normalmente felíz con su comida en paquete, pero habían ocasiones donde no dejaba de maullar pidiendo "takoyakis" ¿Cómo lo sabía? Pues el mismo gato había traido en su hocico una bolsita con tres bolas de pulpo dentro.
Ese día ella había llegado de su escuela extremadamente cansada. Estaba recotada en el sofá hasta que el gato rojo se subió encima de ella y vacío el contenido sobre su cara. Yui despertó, sentándose de golpe, el gato retrocedió y comenzó a maullar haciendo énfasis en las bolitas de pulpo molido.Yui no sabía si estaba alucinando o de verdad el gato le estaba explicando que quería comer takoyakis.
Subaru odiaba el pescado crudo, cosa que le pareció una verdadera locura.
¡Era un gato! ¡Los gatos comen pescado!
Si incluso encontró una vez a Reiji comiéndose un pez dorado que de seguro era la mascota de la vecina.Aunque no podía quejarse mucho, el come lo que esté en el plato sin chistar, no cómo sus otras mascotas que, al parecer, piensan que era su cocinera privada.
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Eran las 9 de la mañana de un día sábado cuando un gato anaranjado maullaba en el piso de abajo.
Luego de un rato, se sumó un segundo gato. Luego un tercero.Cuarto.
Quinto.
Sexto.
Cuando Yui por fin pudo abrir sus ojos, todos sus gatos tenían una cacofonía de maullidos.
"Quiero comida" "alimentame" "tengo hambre"
Yui no hablaba gatones, pero era fácil de adivinar.
Abajo, los gatos seguían con su coro de protestas.
-¿Cuánto más va a tardar? Estoy muriendo de hambre- Maulló Kou.
-Me duele la garganta- Laito fue a uno de los platos que contenía agua, pero de inmediato se alejó- ¡¿Quién diablos vomitó una bola de pelos dentro DEL PLATO COMÚN DE AGUA?!
Otros gatos se acercaron para ver la mata de pelusa con líquido biliar flotando sobre el agua potable. La mata café oscura delataba de inmediato al culpable.
-¡YUMA!
-¡Perdón!- el gato más grande y peludo mantuvo sus orejas atrás-¡Soy muy esponjoso! Es normal que vomite más bolas de pelo que ustedes.- más que una disculpa, estaba alardeando por su frondoso pelaje.
Los gatos pararon su discusión al sentir movimiento en el piso superior.
-La humana ya despertó- Habló Karla desde uno de los rascadores más altos.
Las miradas seguían el sonido de los pasos, movían las orejas para ajustar el ruido.
-¡Ahí viene!- Saltó Kou en su puesto.
-Rápido, háganse los muertos.
Varios gatos se tiraron al suelo fingiendo inanición. Karla y Shin bajaron de los rascadores para quedar cerca de los comederos.
El gato blanco se preparaba psicológicamente para llevarse las duras pelotas marrones a la boca.Cuando por fin la rubia abrió la puerta, los gatos volvieron a maullar de forma lastimera. Enfatizando la manipulación emocional.
Aunque la escena se veía desgarradora, la humana pasó de largo, incluso tuvo que saltar a un gato que obstruia el paso.
Los animales siguieron mirando con atención mientras la humana buscando por las gavetas una bolsa de alimento.
Cuando cerró la última gaveta, los gatos estaban todos espectante, listos para engullir la sabrosa comida.
-Malas noticias chicos- Yui suspiró dándose vuelta, los gatos miraron la escena en cámara lenta - Se me olvidó comprar un saco de comida- la rubia volvió a estirarse perezosamente- Iré a la tienda ahora, primero debo vestirme.
-¡¿CÓMO PUDISTE OLVIDARTE HUMANA?!- Kanato maullo ofendido.
-¡MALDITA ESCLAVA, ESTO ES INDIGNANTE!- Shin azotaba su cola contra los muebles como si fuera un látigo*
-Tsk, destrozaré los sillones por tú indulgencia- Subaru se encontraba en una esquina de la casa, una sombra cubría parcialmente rostro.
-¡ORE-SAMA TIENE HAMBRE!- Ayato estaba mordiendo un juguete de pollo chillón.
La cascada de maullidos la siguió hasta que logró encerrarse en su baño.
-Joder...- suspiró mientras se recostaba en la puerta- Gatos maleducados.
Cuándo abrió la canilla de agua caliente, unos rasguños se oyeron fuera de la puerta.
-Oye, al menos cambia el agua de nuestro plato- Laito estaba rasgando la puerta- ¡Tiene pelos!- los maullidos del gato eran lastimeros, pero Yui solamente los ignoró.
-Hoy es sábado...- se metió bajo el chorro de agua- yo debería estar durmiendo- ella mintió deliberadamente. Sí había un saco extra de comida en el sótano. Pero decidió, a modo de castigo por despertarla, hacerlos esperar hasta las 10 am. Ahora solo se dedicaría a relajarse bajo el chorro de agua caliente.
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Yui sabe los platos favoritos de cada gato, pero por cosa de salud y tiempo, les da comida de veterinaria 5 o 6 días seguidos.
*Los gatos mueven la cola de forma brusca de un lado a otro cuando están molestos.
¿Tienen mascotas?
Yo tengo un gato gordo llamado Neo.
Lo único que hace es dormir y comer.
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「La Vie en Gato」
Random-¿Y bien, por qué no explicas lo que está pasando aquí, Yui?- la castaña tomó un poco de su té mientras le dedicaba una mirada filosa. -P-Pues verás...-cuando estaba por abrir la boca, un gato de ojos rojos entró a la sala donde las dos nativas de J...