Felicidad.

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Alelí

La vida nunca fue como lo pense desde niña, tenía sueños como cualquiera, tenía felicidad como muchos y tenía la familia que cualquier niño quisiera.

¿Vida perfecta?

Bueno, como cualquier niña inocente eso creía. Todo el mundo era ¿felíz? Si, también pensaba eso. Poco tiempo paso para ver la realidad del mundo.

Crueldad, codicia y ambición.

Tres palabras que poco o mucho describen a una mujer.

Mi madre.

O bueno, así solía llamarla.

.

Felicidad.

¿Definición?

Estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno.

...por gozar de lo que desea...

Dejando de lado la filosofía. Quizá la felicidad es lo que lleva a la codicia y a la ambición de las personas. Si bien esto no es completamente malo, los metodos que usamos para alcanzar la felicidad pueden hacer que el significado de estas palabras sea diferente. Bueno o malo. Quizas...

Ingreso rapidamente al restaurante.

- Rapido, ponte a trabajar.

Trabajar o trabajar.

Trabajar.

¿Podría simplemente dejar de hacerlo?

Una opción poco razonable si estas en mi lugar. Si bien muchas personas trabajan opcionalmente, otras por obligación y muchas por necesidad. Unas tienen opciones, otras solo una.

Rapidamente cambió mi ropa y visto mi uniforme de trabajo y la placa de identificación.

Alelí. 21 años.

- ¿Estás lista? Rapido, hay clientes.

Asiento con la cabeza y me dirijo a las mesas del restaurante.

3, 4, 7 y 9

Mesa 3.

Libreta. Lápiz. Sonrisa falsa. Amabilidad. Cortesía.

Sonrisa falsa.

Felicidad.

De nuevo felicidad.

Pensar tanto en una misma cosa hace más difícil todo.

- ¡Alelí! ¡Te dije que trabajes!

- Lo siento. - susurro.

Lo siento...

Lo siento...

Lo siento...

***

Abril 2009

- Lo siento mamá. - sollozaba. - Lo siento mamá. ¡Mamá!

- ¿¡Quién es tu madre!? ¡Cállate, solo cállate. ¡No tienes que hablar, no puedes hablar! - grito golpeandome.

- Mamá, por favor. - susurraba.

- ¿Mamá, mamá, mamá?. Cuantas veces te he dicho que no soy tu madre.

- Por favor, para, por favor.

Los golpes se incrementaban, mi cuerpo ardía, dolía, sentía que mis brazos, mi espalda y mis piernas quemaban.

- Por favor, por favor. - suplicaba llorando.

- ¡No hables, no grites, no llores! Solo cállate. ¡Cállate!

- Por favor, no lo hagas, por favor.

- ¡No hables! ¡Callate! ¡No tienes derecho a hablar en esta casa! Oiste, niña estupida. ¡Me escuchaste!

- Por favor, lo siento, por favor...

Golpes. Golpes. Golpes. Golpes.

- ¡Cállate, solo cállate!

Silencio. Solo cállate. No hables. No grites. No llores.

Solo cállate.

Silencio. Solo cállate. No hables. No grites. No llores.

Mi madre me empuja a un cuarto, cierra la puerta. Se va.

No hables Alelí. No hables.

Solo cállate. Solo cállate.

No hables.

No tienes derecho a hablar.

***

- ¡Alelí!

¿Lo...siento?

Sacudo la cabeza. Llevo las manos a mis ojos, lagrimas.

No hables.
No grites.
No llores.
Solo cállate.

Cállate...

¿Felicidad?

No todos podemos alcanzarla.

Solo di lo necesario. Saluda. Pregunta. Anota. Vete.

"Solo cállate".

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