|6|Fresca mañana.

743 63 11
                                    

-Miku-

Ya me encontraba cerrando la puerta de mi casa con llave.
Con dificultad avancé unos cuantos metros, el dolor que sentía era fuerte.

—Hey Miku ¿Subes?— Se acercó Gumo en una motocicleta.

—¿Desde cuándo manejas?— Pregunté burlonamente.

—Y tú desde cuando caminas como abuela.

No pude evitar estallar en risas, no podía estar enojada para siempre con mi mejor amigo.

Inmediatamente después me subí en la motocicleta. Mientras Gumo manejaba parecía que volaba, el aire era tan refrescante por la mañana.
El que él acelerara provocó que me aferrara a él aún más.

—Miku, lo que te hice ayer no fue porque te considere una admiradora, yo tan sólo...

—¡Gumo cuidado!— Grité. Pues por poco íbamos a chocar. —¡Debes poner más atención en el camino! Gumo tan solo— Suspiré. —Olvida lo que pasó y te juro que yo lo olvidaré.

Todo el camino fue silencioso. Pero había sido lo mejor.
No quería ser utilizada nuevamente como juguete.
Lo único bueno era el aire fresco que ayudaba a calmar un poco la mente.

Por fin habíamos llegado. Me bajé rápido del asiento, teniendo planeado marcharme lo más rápido posible.

—Gracias por traerme Gumo.

Avancé unos centímetros, pero sus brazos me detuvieron. Me estaba abrazando desde atrás.

—Por favor, no me dejes.

Sentí en unos instantes la tensión.

—Pero tenemos clase, como quieres que no— Realmente no sabía a qué se refería.

—Pff— Se quería reír pero tan solo recargó su cabeza en mi hombro. —De verdad que no has cambiado desde que teníamos 11 años.

—¿Once? ¿A qué te refieres?— Lo miré llena de confusión y a la vez de interés.

—Yo...

—¡HOLA BUENOS DÍAS AMIGOS!— Se acercó gritando y dando palmadas en la espalda de Gumo un peliazul.

—Buenos...— Iba a saludar pero Gumo Interrumpió.

—¡Kaito! ¿Porqué siempre tienes que interrumpir? Y más de esta forma— Gumo se encontraba furioso. Incluso se estaba jalando el cabello un poco.

—¡A mí no me culpes! Debo algunos favores con mi hermana y ella me mandó aquí— Alzó los hombros con desinterés.

Yo no quería pertenecer a su plática así que me fui silenciosamente.
Por suerte Gumo no se dió cuenta. Pude caminar con tranquilidad cuando entré por completo al edificio de la especialidad. Ya no me dolía nada.
Pero no había notado algo.
Ya era tarde.

Corrí a toda velocidad como si no hubiera mañana. Choque con alguien que llevaba puesto un gorro color rojo.

—¡Lo siento!— Fue lo único que logré gritar.

Ya había llegado al aula, donde pensaba que podría entrar silenciosamente.

—15 minutos tarde, 15 minutos tarde señorita Hatsune.

Inmediatamente todos voltearon a verme.

—Pero, profesor no interrumpí su clase.

—Nada de peros, se me sale del aula.

Sin reprochar me salí molesta. Ya no íbamos en preparatoria para que me hiciera eso. Sin mencionar que ni siquiera hice ruido.

Avancé por los pasillos observando las diferentes aulas.
Sin pensar pasé por un aula de los de primero.
Tenían clase se literatura.

—Ah, que tiempos cuando nos daba la maestra Carol.

Entre mis desvaríos pude notar por la ventana que ahí se encontraba el chico del vivero. Sonreía mucho. Creo que realmente había tenido una buena noche.
¿Cómo se llamaba? Quién sabe. Soy muy mala recordando nombres.

Portaba mi mochila con tan solo un brazo, fue así como fácilmente me la logró tirar alguien.

—Oh, cuanto lo siento— Hizo incontables reverencias la persona del gorro rojo.

—¡Eres la persona del gorro rojo! Perdón por lo de hace rato— Se levantó y me sonrió.

Era una linda chica de cabello azul marino. Tenía ojos azules y largas pestañas, no rizadas pero largas. Una envidiable piel parecida a la porcelana. Labios y mejillas rosadas.
Era más baja que yo de estatura.
Vestía un overol negro junto con una playera rayada blanca con negro. Y unas botas tipo no sé ¿Metalera o rockera?

—Toma chica de nombre...— Me devolvía mi mochila.

—Miku. ¿Y tú eres?

—Kaiko, es un placer— Sonrió. —Si me disculpas, tengo que entrar a mi clase— Sonrió preocupada.

—Claro— Sonreí. Era una agradable chica.

Me marché de ahí y me dirigía a mi otra aula, mi siguiente clase, de tiempos para ser específica.
Justo al llegar pude notar a un chico en la entrada.

—¿Hermano?— Corrí a abrazarlo.

Obsesión|Lenku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora