♠Capítulo cinco♠

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La carretera se abre paso cuando salimos del edificio en donde me tenían. Uno que por cierto esta casi destruido y el único que no se a caído ya que alrededor hay más edificios solo que estos ni sus bases se conservan.

Mi respiración empieza a calmarse conforme nos alejamos del lugar en donde empezó mi pesadilla y algo me dice que apenas empieza.

-Adónde me llevas? -le preguntó tiempo después, cuando entramos a una pista desierta sin un auto más en ella.
-Aun lugar donde no te encuentre ese viejo... Solo quédate callada- dice tosco, me cruso de brazos indignidad por su atrevimiento, como detesto esta situación.

¿Por que estoy en esta situación?
No recuerdo haber hecho algo tan malo para que me hagan esto. ¿A dónde me llevan?, ¿Que ne harán?. Dios por que no me escuchas?, ¿que hice para que dejes que me pase esto?.

Las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas, lágrimas de tristeza y frustración. Demonios, odio este sentimiento, no se donde estoy, no se quien es esta persona que me tiene cautiva hace días, no e visto a mis padres, mi mejor amiga, mi hermano, mi vida ya no es la misma.

Limpio mis mejillas para evitar que me vea llorar, pero veo un pequeño trozo de tela que es extendida hacia mi.
-Esta limpio- es lo que dice.
-Gracias pero no lo necesito- digo orgullosa.
-Vamos Dove, el maquillaje se te corrió - dice con un poco de burla.
-¡Que! - le grito escandalizada, me veo en el retrovisor del carro y efectivamente el maquillaje se corrió todo (genial ahora también la mala suerte me corre el maquillaje), limpio mi rostro con el pañito que me dio mi secuestrador.

-Gracias secuestrador- le digo sarcástica devolviendo el paño que me dio, gira sus ojos y aprieta sus labios.
-Mi nombre no es secuestrador- dice Ingdinado, tiro una sarcástica carcajada que hace que su seño se frunza en profundidad.
-Y según tu como quieres que te diga: "mi súper héroe, me salvaste de ese viejo verde" Pues te quedaras con la ganas, por que en primer lugar tú me secuestraste, me privaste de mi libertad, así que no pidas que te de respeto. - digo enojada.
Respira profundo cerrando los ojos por unos segundos, veo que activa ambas dirrecionales del carro y se parquea al filo de la carretera.
-Que haces? -digo alarmada por su acción.

-Solo quiero aclarar una cosa- dice serio como si le doliera o cofundiera lo que me va a decir.
-Yo... La verdad no se por que hago esto- muerde sus labios nervioso y ansioso. En mi empieza arder las venas de la furia.
-Como que no sabes?, Entoces por que Diablos estoy aquí? - pregunto colérica al borde del llanta más frustrado de mi vida.
-Por que pensé que hacia lo correcto, yo... -.
-Lo correcto?, LO CORRECTO?, JODER LO CORRECTO ERA NO HACERME ESTO- sollozo -lo correcto era dejarme con mi familia- lágrimas por montones -yo no te hice nada, ni siquiera te conozco- dijo con voz hecha hilo, ahogada en mi tristeza.

Sus manos aprietan fuertemente el volante y su respiración se hace pesada.
-Yo solo cumplo una promesa- le escucho que susurra.
-Quien hace una promesa de secuestrar una persona? - le digo con odio, él voltea a verme con sus ojos crstalizados y cuando va responder lo interrumpo.
-Pues claro tú- digo con sarcasmo con lágrimas que aún salen de mis ojos. Ladea una sonrisa triste y arranca el carro y seguimos el camino que él había empezado hace unos momentos.

-Soy un idiota lose, espero un día me perdones pequeña Dove- dice resignado y melancólico.
Aprieto mis manos y trato de ignorar su existencia, limpio mis mejilla y pestañeo para evitar que salgan más lágrimas, respiro profundo y empiezo a calmarme.
-Adónde me llevas? -vuelvo a preguntar, se encoge de hombros con indiferencia.
-Aún lugar eso es seguro- comenta sin importacia, suspiro profundamente para evitar gritarle de nuevo, estoy furiosa, frustrada, irritada y lastimada, él muy bastardo solo responde con un "Aún lugar eso es seguro", maldito que se pudra.

-Por cierto mi nombre es Isaac, no secuestrador- dice burlesco, bufo por su descaro y vuelvo a ignorarlo lo que quede del viaje.

Sin darme cuenta me quedo dormida en el asiento del copiloto.

-Hey... Dove, pequeña ya llegamos- escucho que me dicen en medio de mis sueños.
-No mami quiero dormir- digo más dormida que despierta.
Escucho una risa de hombre que antes no había escuchado y de en mediato reaccionó y todo lo sucedido pasa por mi mente como película.

-¡Mierda! -grito cuando me levanto rápido y golpeo mi cabeza con el techo del carro, más carcajadas se escuchan por parte del hombre que esta a la par de la puerta del copiloto, fuera del carro.
-De que te ríes estúpido- digo molesta y su risa es enterrupida por mi comentario, me vuelve a ver con seriedad y me tenso.
-Siempre tan contestona- dice viendo hacia el cielo dejando ir un suspiro de rendición y vuelve a verme con una sonrisa relajada que rápidamente es remplazada por una seriedad innata que me sorprende lo rápido que se le va el buen humor.

-Vamos, estamos retrasados- dice sin verme la cara, salgo del vehículo y me acerco comedida hacia él, que me ve con una chispa en sus ojos que no entiendo.

Agarra mi mano y me jala hacia él. Empezamos a caminar por una camino hecho de trozos de piedras muy bien acomodadas, con arbustos como barrera como evitando que no nos salgamos de aquel camino. Cuando levanto la mirado logró ver una mansión a lo lejos, tan gigante que me hace sentir aún más pequeña y en peligro. Es tan impotente que hasta mi secuestrador que ahora se que se llama Isaac, esta igual de impresionado que yo. Avanzamos por el camino y veo a mi alrededor, hay árboles estratégicamente acomodados para verse imponentes como el resto del terreno que rodea esa gran mansión. Llegamos a la puerta de esta y antes de tocar el timbre una mujer vestida de sirviente abre la gran puerta de 2 metros de largo y un metro de ancho color negro y diseños dorados.

-Pasen el señor los espera- mi cuerpo se tensa y la poca paz que tenía se fue al caño con esas palabras dichas por esa sirvienta. Isaac me jala hacia adentro de aquella mansión, brillaba y gritaba lujos, elegancia y arrogancia por todos lados, colores negros, grises y dorados la conformaban.

De pronto se escuchan unos pasos que bajan la escaleras hechas como si de un Palacio se tratara. Mi respiración se corta y mi cuerpo tiembla del horror, por supuesto que no iba estar a salvo, yo no había sufrido lo suficiente almenos no hasta que lo conocí y lo odie.

-Al fin llegas, y veo que traes mi juguete del mes- dice sin vergüenza o arrepiento en sus palabras, Isaac se tensa y finge una sonrisa, aún me encuentro entumecida.
-Tratos son tratos- dice serio, lo vuelvo a ver con odio y reproche, al fin y al cabo siempre fui su mercancía. Él hombre, él último en entrar a la habitación aquella tarde. El de los ojos zafiros que me prometen hasta mi más cruel pesadilla. Era él, el que si me compró.

Su mirada de hielo se quedó en mi, una sonrisa ladeada y maliciosa me vió.
-Un gusto pequeña, soy Adrián Novack, y soy tu dueño- sus palabras me dejaron tiesa en mi lugar, ahí supe que mi infierno apenas empezaba.

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Ahora empieza la historia, aquí es el punto de partida en donde lo bueno y lo malo se construyen o se destruyen.

Espero les allá gustado.
Me despido con amor

Lulis. Umaña😘

P. D: no olviden votar
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•Vendida A Él• Libro 1 |+18| (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora