♠Capítulo seis♠

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Mi cuerpo esta completamente entumecido después de escuchar sus palabras.

¡Dios!. ¿Él acaba de decir que es mi dueño?
¿Mi jodido dueño?

-Ya has hecho tu trabajo Gómez, puede irse-, dice con voz imponente, tan imponente que me hace temblar del miedo. Ahora no hay salida para mi.

-Pero señor... - es interrumpido antes de decir sus quejas.
-Ya te dije, puedes irte- su voz sonó tan escalofriante que Isaac no hizo más que quedarse callado y agachar la cabeza como un buen perro obediente.
-Como usted diga- dice, se voltea y su mirada cae en la mía que le miro con odio y rencor, sus ojos se apartan tan rápido y su caminar a la salidad le siguió.

-No.. NO, NO PUEDES DEJARME AQUÍ!- le grito con impotencia agarrando su antebrazo con desesperación. Su mirada vuelve a mis ojos pero los vuelve apartar, jala su brazo con fuerza y sale más rápido que flash en sus mejores tiempos.
Mis esperanzas se van al caño al verle irse, estoy muerta, ya no hay salida.

-Mmm al parecer alguien esta asustada- dijo su voz con tintes burlones aún manteniendo su frialdad. Mi cuerpo se estremece al oírle tan cerca de mi y me giro rápido hacia su dirección, su altura es tal que me veo aún más pequeña de lo que en verdad soy. Una de sus manos se dirigen a mi rostro y aleja un cabello que callo sobre mi mejilla y lo lleva hacia atrás de mi oreja. Su tacto es tan frío que de nuevo me estremece y creeme que no lo hago por que se sienta bien que lo haga, es todo lo contrario su toque me da terror, uno que nunca había experimentado, incluso prefiero a Isaac a que este hombre.

-Eres hermosa- susurro acercando sus labios a mi oreja.
-No m..me hagas daño- mi voz salió tan frágil que hasta pena me dio, sus ojos se cierra al oírme hablar.
-Si supieras lo que esas palabras provocan en mi pequeña- volvió a susurrar ahora con sus labios en mi cuello dejando un beso allí, uno que me dejó fría y descolocada.

Se separa de mi y desde su altura me ve, su sonrisa ladeada y mirada demoníaca me trasmite sensaciones de terror y rechazo, le detesto.

-Marcella- su imponente voz se
eleva unos cuantos tonos llamando a una mujer. La mujer sale de una de las puertas que están a mi izquierda, la señora de masomenos unos 50 años se presenta enfrente a nosotros.
-Si señor-.
-Lleva la a la habitación que te dije- le demanda, sus dedos acarician mi mejilla. Se aparta de mi y se desvanece en una de las tanta puertas de esta mansión dejándome respirar un poco.
-Por aquí señorita- me señala la mujer hacia las escaleras, le sigo aún aturdida por mi reciente bienvenida al infierno.

Llegamos a una puerta igual de grande que de la entrada un poco más pequeña pero sin mucha diferencia al fin y al cabo. Cuando entre a esta logro ver una cama de dos plazas muy cómoda con sabanas de seda color rojo vino, dos mesitas de noche a cada lado son su respectivas lámparas en ellas, dos puertas en cada esquina enfrete de la cama, supongo uno es el baño y el otro el armario, en el centro una pantalla plasma de no se que pulgadas, una comoda con todo lo necesario para una mujer, y por último un balcón con puertas corredizas, de estas cuelgan unas cortinas del mismo color vino de las sabanas.

Respiro profundo y a pesar que la habitación es hermosa, no simplifica la gravedad del asunto.

-Esta es su nueva habitación, el baño es la puerta izquierda y la otra el armario, el señor escogió sus nuevas prendas. Tome un baño y baje a cenar a las 7: 00 pm, no tarde por favor, tiene 2 horas para estar lista. Con permiso-.
Y con esas palabras la mucama se fue a saber donde. Me quedo de pie en media habitación con el corazón en la garganta, en que momento de risas y dibujos mi vida paso a vivir bajo el mandato de alguien que ni su mera existencia conozco y a pesar que debo hacer absoluto caso, aunque no lo quiera, debo hacerlo por que se hace proclamar mi dueño, a pesar de que solo fui secuestrada y vendida como si de un objeto me tratara.

Llevo mis manos al rostro y luego pego un grito ahogado por ellas. Jalo mi cabellos por desesperación. ~Joder que solo tengo 17 años y ya se cagaron en mi vida~, gruño internamente. Lágrimas saladas caen hacia mis mejillas producto de mi decadencia y mis sueños rotos.

Empiezo a retirar bruscamente los pequeños broches puestos en mi cabellos con anterioridad y los arrojo hacia la pared, rompo las tiras del fino vestido color lavanda y lo rompo, quedando así en ropa interior, un lindo sostén sin tiras del mismo color del vestido y unas bragas del mismo color, unas que a pesar de su pequeño tamaño cubre lo esencial y es cómoda.
Caigo al suelo y sigo ahogando mis gritos y sollozos con mis manos, me hago bolita en media habitación y el llanto continua sin detenerse.
-Por... Que?. Que mal hice? -. Me pregunto en medio de mis quejidos quejunvrosos.

Escucho que unos pasos se acercan cada vez más a la habitación y como soy una orgullosa y odio que me vean débil, me levanto lo más rápido que puedo del suelo aún soltado uno que otro hipo, me provoca un poco de mareo la acción por mi notoria debilidad y corro hacia el baño, logró llegar y cerrar la puerta cuando se abre la de la habitación casi al mismo tiempo que cerraba la del baño.

-Puedes dejar de llorar se escuchan tus lamentos desde mi Despacho- su fría voz no deja de sorprenderme, sabía que había personas frías, después de todo yo solía ser una de esas con las personas que no me importaban, pero siempre evitaba dañar de algún modo la integridad de aquella persona que ni la hora le daba pero él es un completo bastardo.
-Espero que estés lista a las 7,si no atenta a las consecuencias- una risa maliciosa se escucho por su parte y sus paso se vuelven a dirigir hacia fuera o eso creo.

Abro la puerta pensando que ya se había marchado pero que gran error había cometido. Él estaba aún lado de la puerta y el momento en el que salí, agarro una de mis muñecas jalando me hacia él y estrellandome contra la pared en la que antes él estaba.
-Escucha pequeña, no me gusta las mocosas quejunvrosas y mucho menos las que no respetan mis órdenes, así que más te vale obedecer todo lo que diga o sino..... -hace una pausa en donde dirige su dedo índice encima de mi pecho izquierdo hundiendo allí su dedo provocando un cierto dolor, -Un gran hueco quedará ahí por unas de mis queridas armas- lo último lo dice acercando sus labios a mis oreja y luego mordiendo el lóbulo de esta.

Mi cuerpo vuelve a temblar de miedo por su amenaza, esto no es un libro en donde esto que él hace me excita, es la vida real en donde un hombre que tienen poder y la maldad, y que lo único verídico que sale de sus labios son sus amenazas de muerte.

No es que él este enamorado de mi y yo de él. Es un episodio en donde sobrevivir es lo primordial y si quiero vivir debo de hacer lo que dice al pie de la letra, hasta que logre un buen plan para escapar y así evitar una muerte prematura, así que si, le miro directo a los ojos zafiros sin chispa con voz ronca por el llanto le digo:
-Si señor, no volverá a pasar-.
Llevandome así su sonrisa de satisfacción y asentamiento de cabeza y su pronta partida de mi habitación. Logrando así poder respirar y empezar con mi plan, por que en estas situaciones la improvisación no son válidas y la impulsividad es una debilidad y yo no soy débil.

Respiro una vez más profundamente y me dirijo al baño con mi medio plan en mente: ~Fingir ser una sumisa para así sobrevivir y luego confirme mi situación lograré huir tan pronto pueda~

Modo sumisa activado.

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Bueno este cap me costo un poco escribirlo, Uff Dove no es nada tonta amigos, digamos que ya masomenos se han dado cuenta como es Adrián.

Estoy emocionada 😆
Espero les allá gustado mis queridos vendidos, les quiero besos 💋😘

Lulis. Umaña 🍂


•Vendida A Él• Libro 1 |+18| (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora