Capítulo 17- Una noche más

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Esto es un ramo de espinas que combinan con tus labios, un trato que te incluye a ti como algo innecesario...
-Anfeta (Lirika inversa)

Cerré mis ojos. De nuevo estábamos aquí. La lluvia caía y yo solo deseaba estar en mi casa. Eran ya dos veces que veníamos al hotel, pero yo no quería hacer nada.
Ya no quería. Me sentía mal. Lloraba y él se enojo

-No llores, ya estás grande, no eres un bebé como para seguir llorando, madura- escupió esas palabras con enojó.

La primera vez fue porque no estaba abierto el cine y cuando se fue al baño quise salir corriendo de ahí y huir. Pero no tenía dinero y no sabía donde conseguirlo. Así que pasó.
Y está vez. Juró que no haríamos nada, pero había tomado.

Llegué a las 11 p.m a mi casa y me sentía mal, muy mal.
Otro día volvió a insistir y tomé el valor de irme. Cuando ya iba camino al taxi me detuvo. No había nadie alrededor a causa de la lluvia. Entramos solo a refugiarnos e intentó.
Salió echó una furia y lloró quejándose de qué lo trataba mal.
Le pedí que me llevará a casa y así lo hizo pero no me habló en todo el camino. Escribía rápidamente en su teléfono y sabía que estaba buscando y citando a alguien.

Me dejó en casa y se fue. En la noche me dijo que sí, había visto a alguien pero no sucedió nada.

Accedí a verlo un domingo y mis padres no querían. Al final me dejaron estar con él hasta las 5 p.m.
Llegamos a un café donde compró alcohol. Llegaron las 6 p.m. y estaba aburrida. Comenzó a llover y yo llevaba un vestido. Mis piernas se mojaban, pero no le importaba.

-¿Los conoces? - preguntó mirando a la mesa de enfrenté donde había dos chicos
-¿A quiénes? - pregunté desganada
-A ellos, se ve que te conocen, te sonríen- contestó enojado
-Si los conociera ya los habría saludado- dije de manera obvia
-Que cruel eres, solo pregunté- respondió ofendido.

Pasó el tiempo. Llegaron las 10 de la noche. La cafetería había cerrado y encontramos a su abuela y abuelo, que en realidad eran quiénes lo habían criado. Le dijeron que fuera a dejarme. Los engaño diciendo que comprariamos algo y ya nos iríamos.

Pero no. Me sacó dinero engañándome y compró más alcohol. Uno de sus conocidos llegó y juntaron para poner música en la rocola. Canciones de Leo dan, Temerarios y rock se hicieron sonar por una hora y media.

Tenían que cerrar la tienda y nos sacaron.

Me dijo que tenía que ir al baño, que lo acompañará. Accedí sin pensar que tenía un plan. Quería una noche más.

-¿Acaso no me lo merezco? Te perdone, te cuido y confío en ti. Te e escuchado todas las veces y e perdonado cada uno de tus errores. Me lo merezco- trataba de persuadirme, pero no quería.

Intentó y acarició mi cuerpo sin que yo quisiera.
Tomé y saqué el valor: lo detuve.

Sus besos con alcohol ahora no se me hacían apetecibles y que sus manos recorrieran mi cuerpo sin mi permiso me asqueaba.

A medio camino encontramos a mi mamá y él habló por mi. Ellos me llevaron a casa furiosos y mi madre me prohibió verlo.

Me enojé con ella y otra vez nuestra relación se quebró.

Le aposté mi todo a la nada.

Me enojé con quién al final era mi salvación.

*

Hola.
¿Enojados? ¿Impresionados? ¿Conmovidos? Díganme como se sintieron.
Les cuento un secreto: estuve escuchando las canciones de Leo dan para poder recordar bien.
¿Otra vez con tus frases?
Sí. Yo y mis frases con Lirika inversa. Es un cantante de rap, se los recomiendo.

Saludos desde mi habitación, debería de estar doblando mi ropa pero me puse a escribir por ustedes.

Agradezcan.

Bye.

Soñare contigoWhere stories live. Discover now