Cuando la campana del fin del último turno sonó, ya estaba listo para salir corriendo antes que nadie. Todas las cosas estaban bien guardadas en su bolso y estaba casi en pie mientras el profesor les recordaba la tarea que tenían para mañana. En cuanto escuchó la palabra con la que daba por finalizada la clase, se levantó dispuesto a ir corriendo a la salida del instituto.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba rodeado. Por tres chicas que le miraban con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho.
–Ah... -Giró un par de veces sobre sí mismo, buscando un lugar por el que abrirse paso. Pero la mirada de las chicas no parecían estar por la labor de dejarle salir tan fácilmente- ¡Perdón, pero tengo prisa! -Y en cuanto intentó hacerse camino a través de una de las chicas, las tres avanzaron un paso hacia él, acorralándole contra su mesa.
–Nyanko.
–No vas a ir a ninguna parte.
De nuevo intentó encontrar un lugar por el que salir, pero la fortaleza de chicas parecía infranqueable. Dirigió su mirada a Arrow, quien había dejado a medias su tarea de recoger para contemplar la escena, con aspecto de no saber qué hacer. Intentó moverse en su dirección para poder escapar finalmente, pero al momento sintió el agarre de una mano femenina sobre su chaqueta.
–Eh, de verdad que tengo mucha prisa -Se encogió de hombros, sin girar la cabeza hacia sus compañeras de clase- Deberías soltarme ya.
– ¡Te dijimos que no te acercaras más a él! -La voz de la chica que le tenía agarrado le hizo apretar los puños y tomar una buena bocanada de aire por la nariz antes de poder contestar en su usual tono alegre e infantil.
–Si quiero pasar tiempo con él es algo que no podéis controlar.
– ¡No tienes derecho a robárnoslo! ¿¡Qué es eso de comer juntos como una parejita!?
–Hey, es una persona. No es vuestro... Ni mío, ni de nadie.
– ¡Que seas un marica no te da derecho a alejarlo de nosotras!
De repente fue como si el tiempo se detuviera. Escuchó el ahogado suspiro de sorpresa de las personas de la clase que aún no se habían marchado y estaban observando la situación a lo lejos. Pudo ver los ojos de la chica que estaba detrás de él abrirse con sorpresa y algo de miedo. Y lo siguiente que vio fue a Arrow delante de él, mirándole fijamente. Tardó unos segundos en darse cuenta de que su puño estaba cerrado, levantado y, aunque detenido por el agarre de su amigo en su muñeca, estaba claro que su destino era la cara de la que había sido la última chica en hablar.
El silencio duró todo el tiempo que le tomó girar la cabeza para mirar a su alrededor, a la gente que estaba mirándolo sin poder creer que alguien como Ccino hubiera estado a punto de golpear a una compañera. Cuando volvió a mirarlas, las tres chicas retrocedieron un paso, se miraron entre ellas, y salieron corriendo hasta desaparecer por la puerta. Incluso le pareció escuchar un comentario como "¡está loco!". Cuando comenzaron los murmullos a su alrededor, dio un suave tirón del brazo para separarse del agarre de Arrow, y comenzó su camino para salir del aula.
– ¡Nyanko! ¡Eh, Nyanko! -Escuchó a alguien llamarle cuando ya había atravesado la puerta. Creyó reconocerla como la voz de la representante de su clase, pero no se dio la vuelta para comprobarlo.
Como se esperaba, Nigthmare ya estaba allí cuando llegó con la bicicleta a la entrada del instituto. Le siguió con la mirada y el ceño fruncido, hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para hablarle.
–Supongo que la puntualidad es algo que no está en tu diccionario -Rodó los ojos, cruzando los brazos sobre el pecho.
– ¡Hey, no es tan rápido traer la bicicleta aquí! -Replicó, encogiéndose de hombros con una sonrisa. El otro soltó un bufido y Ccino no pudo hacer más que reír.
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Siete días para amarte
Romance-¿Quieres salir conmigo? El rostro de Nigthmare se congeló. Al igual que lo hizo el de Ccino, antes de que ambos pudieran asimilar lo que acababa de decir, y el rojo se apoderase de las mejillas del albino. Y juraría que también vio un ligero respla...