Capítulo. 11 ¡Felices vacaciones!

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Han pasado varios meses desde ese encuentro pasional que tuvieron Daiana y Santiago, su amistad ha crecido mucho, comparten muchas cosas en común, los compañeros los siguen molestando, no han vuelto han tener un encuentro amoroso porque realmente no se ha podido pero aún así ellos conversan por WhatsApp, en el colegio de vez en cuando se besan, pero aún así eso no les afecta saben que lo de ellos puede ser algo pasajero aunque Daiana en el fondo no quiere eso. Pronto terminarán las clases, será la graduación y vendrán las vacaciones, la navidad y el año nuevo.

-Daiana:
— ¡Sabes algo!...yo sólo pensaba graduarme con el tercer año de secundaria y no terminar los otros niveles, mi idea era sólo este diploma para ayudarme con un mejor empleo. Pero viéndolo bien estoy pensando en concluirlos y voy a matricular para éste próximo año, sólo que no sé si hacerlo siempre en ésta institución o en otra.

-Santiago:
— ¡Que bueno!... que piense terminarlo, yo la verdad todavía no sé; si matricular o no, pero lo más seguro es que no lo haga.

-Daiana:
— ¡Pero!, ¿Porqué?. (Sorprendida)

-Santiago:
— Porque pienso ir a trabajar lejos, lo más seguro voy a Guanacaste. Todavía no lo sé, sólo que pienso en trabajar tiempo completo y no tendré tiempo para las clases.

-Daiana:
— ¡Mmm!... ya veo. (Triste)
— Entonces, no nos volveremos a ver.

-Santiago:
— Puede ser que no.
— Pero estaremos en contacto, está Facebook, Instagram y el WhatsApp. Talvez quedemos en vernos cada quince días o no sé, cuando se pueda.

-Daiana:
— ¡Mmm!... (Agobiada por la noticia)

-Santiago:
— Yo sé que le voy a hacer falta. (Riéndose)

-Daiana:
—¡Pues no! (Riéndose)
— No seas tan presumido.

-Santiago:
— Usted sabe que soy algo narcisista.

-Daiana:
— ¡Sí!...Lo sé; ,y nunca me ha molestado.

-Santiago:
— ¡Lo sé!, por eso usted me gustó porque aceptó mis defectos, y luego mostré lo mejor de mí porque usted se lo ganó se mereció que yo mostrara mis cualidades.

-Daiana:
— Jajaja, si y eso es muy lindo de su parte y es que tenemos tanto en común, que sólo nosotros nos entendemos.
— Nadie nos soporta.

-Santiago:
— Es el encanto de la bestia.
— Pocas personas se sienten atraídas a ese encanto. (Enorgullecido)
— Jajaja.

-Daiana:
— Jajaja, si bestia jajaja.
— ¡Ya!... Pues si me harás falta, sólo un poquito.
— ¿Y yo?, ¿Te voy hacer falta?.

-Santiago:
— Sólo un poquito. (Sonriendo)
— De todos modos ¿Qué harías estando conmigo?, no te convengo, no soy bueno para usted, no tengo nada para ofrecerle.
— Es mejor que siga con su pareja, con él tiene algo seguro.
—De vez en cuando nos podemos ver y salir como grandes amigos que somos.

-Daiana:
— Jajaja, amigos creí que éramos algo más, los amigos no hacen lo que hemos hecho nosotros.
— Con él estoy por comodidad, ya usted lo sabe muy bien, yo a él ya no lo quiero.
— Y no sé porque sigue pensando así de si mismo, ya sé que usted aparenta ser algo que no es, ¡pues sí!, tiene sus cosas malas nadie es perfecto pero también tiene muchas cosas buenas y usted me las ha demostrado y sólo a mí.
— Seguramente es porque tengo hijos y porque no soy de su tipo.

-Santiago:
— No diga eso, no es porque tenga hijos eso no es impedimento, con las mujeres que he salido tienen hijos usted sabe que me gustan maduras, no chiquillas son tontas, a cambio las mayores piensan más no se dejan llevar por impulsos y ¡pues si!, del todo no tienes de lo que me gusta en una mujer pero son milésimas. Tampoco va existir una persona tan perfecta como lo que uno quiere. Pero usted me gusta tal y cual es no es mucha la diferencia.

Destino o Casualidad © *|TERMINADA|* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora