El pequeño pueblo de Fairview estaba sumido en su rutina diaria cuando alguien divisó una figura familiar en la distancia, caminando por el sendero de tierra que llevaba al centro del pueblo. El rumor se extendió en cuestión de minutos, como una chispa en un campo seco: Ruby había vuelto.Ruby, la chica que había desaparecido sin dejar rastro hace cinco años, sin despedidas, sin explicaciones, ahora caminaba de regreso al lugar que alguna vez fue su hogar. La última vez que la gente de Fairview la había visto, era una joven de ojos brillantes y sonrisa fácil, alguien que todos recordaban por su amabilidad y su naturaleza confiada. Pero la mujer que regresaba ahora era una versión desconocida de Ruby.
Vestida de negro, con una chaqueta de cuero y una mirada desafiante, Ruby caminaba con una confianza y una frialdad que desalentaban cualquier intento de acercarse. Sus ojos, que antes solían reflejar dulzura, ahora tenían un brillo gélido, como si cada paso la protegiera de los recuerdos de su pasado y de los rostros que solían conocerla.
Algunos de sus antiguos amigos la miraban desde las ventanas de las tiendas y cafeterías, sorprendidos por su cambio. Nadie sabía qué había vivido durante esos cinco años, pero la transformación era evidente. La Ruby que conocían había sido reemplazada por alguien más fuerte, más enigmático y, tal vez, más peligroso. Era una "chica mala" ahora, y aunque nadie sabía exactamente qué significaba eso, la tensión en el aire era palpable.
Ruby ignoró las miradas y los murmullos. Su destino era claro en su mente: la vieja casa de su familia, que quedaba al final de una calle tranquila. Las memorias de su infancia y su adolescencia volvían a su mente mientras avanzaba, imágenes de su antigua vida que intentaba bloquear sin éxito. Sin embargo, era como si algo dentro de ella la empujara hacia ese lugar, hacia un cierre que aún no comprendía del todo.
Finalmente, llegó a la puerta de su antigua casa y levantó la mano, sintiendo una mezcla de nerviosismo y orgullo. Respiró hondo y tocó la puerta. Tras unos instantes de silencio, la puerta se abrió, y su madre apareció en el umbral. El tiempo y el dolor de la ausencia se reflejaban en su rostro, pero al ver a Ruby allí, sus ojos se llenaron de lágrimas.
"Ruby... eres tú," susurró, con la voz quebrada por la emoción.
Ruby se mantuvo firme, con una expresión impenetrable, mientras miraba a su madre. Sentía la nostalgia y el dolor mezclarse en su pecho, pero también la necesidad de protegerse, de no dejar que sus emociones la hicieran vulnerable.
"Sí, mamá. He vuelto," respondió en voz baja, sin dejar entrever la lucha interna que sentía.
Su madre extendió una mano, dudando, como si temiera que Ruby se desvaneciera si la tocaba. Finalmente, Ruby aceptó el abrazo, y aunque al principio se resistió, dejó que su madre la sostuviera. Fue un instante de vulnerabilidad, de permitir que las viejas heridas se abrieran, aunque solo por un momento.
Cuando su madre la soltó, Ruby notó la mirada inquisitiva en su rostro, las preguntas que aún no se atrevían a ser pronunciadas.
"¿Por qué te fuiste, Ruby?" preguntó su madre, su voz apenas un susurro.
Ruby miró hacia otro lado, su expresión endureciéndose nuevamente. Había vuelto, sí, pero no estaba lista para revivir el pasado ni para dar explicaciones que aún no podía entender completamente.
"No estoy lista para hablar de eso, mamá," respondió con frialdad, sintiendo que el control volvía a ella.
Su madre asintió lentamente, comprendiendo que su hija, aunque estuviera de regreso, ya no era la misma chica ingenua y comprensiva que había sido. Algo profundo la había cambiado, y aunque eso dolía, también sabía que el simple hecho de tenerla allí era suficiente por el momento.
Esa noche, mientras Ruby se acomodaba en su vieja habitación, se enfrentó a sus propios recuerdos. Las paredes y los objetos familiares parecían mirarla, como testigos silenciosos de quien había sido y de lo que había dejado atrás. La Ruby de ahora, fuerte y endurecida, no se sentía cómoda en ese entorno, como si el pasado intentara atraparla en una versión de sí misma que ya no existía.
Se tumbó en la cama y cerró los ojos, tratando de alejar los pensamientos que volvían una y otra vez. Sabía que su regreso no sería fácil, que el pueblo y su familia esperarían respuestas que aún no podía dar. Pero estaba allí, en su antigua vida, y algo dentro de ella le decía que, aunque había cambiado, aún quedaban capítulos por cerrar y cicatrices por enfrentar.
Mientras la oscuridad de la noche llenaba la habitación, Ruby entendió que el retorno no era solo físico; el verdadero desafío sería enfrentar el pasado que había dejado atrás y las personas que aún creían conocerla.
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El Regreso de Ruby
RomanceDespués de cinco años de ausencia y silencio, Ruby vuelve al pequeño pueblo de Fairview, dejando atrás una vida de secretos y una dolorosa partida sin explicación. Alguna vez fue una chica dulce e ingenua, pero ahora ha cambiado; el tiempo y las som...