Capítulo 5: Besos de Reconciliación

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La claridad que Ruby había encontrado en la antigua casa de su abuela la dejó más ligera y, al mismo tiempo, más ansiosa. Sabía que el pasado nunca desaparecería, pero estaba lista para aceptarlo y finalmente, después de tanto tiempo, tratar de sanar. Sabía que debía disculparse con Ethan, que él era la persona a quien más había lastimado con su partida. La verdad sobre su historia aún sería un tema complicado, pero se sentía lista para ofrecerle una disculpa sincera, aunque no tuviera todas las respuestas.

Aquella tarde, decidió ir a la casa de Ethan. Cuando llegó, se detuvo en la puerta, dudando, pensando en lo que podía decirle, en cómo empezar una conversación que sabía que sería difícil. Pero antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió, y Ethan apareció, como si hubiera estado esperándola.

Sus miradas se encontraron, y Ruby sintió una mezcla de nostalgia, dolor y cariño. Ethan no dijo nada al principio, solo la miró, intentando entender por qué estaba allí.

"¿Puedo pasar?" preguntó Ruby, con la voz temblorosa.

Ethan asintió y la hizo entrar. Ambos caminaron en silencio hasta la sala, donde se sentaron uno frente al otro. El aire estaba cargado de tensión, y Ruby sabía que debía decir algo para romperla, para expresar todo lo que había guardado durante años.

"Ethan, yo... he sido egoísta," comenzó, bajando la mirada. "Te abandoné sin una palabra, sin explicarte nada. Me fui porque no podía enfrentar lo que estaba pasando, pero eso no excusa el dolor que te causé."

Ethan la observaba, con una expresión mezcla de dureza y vulnerabilidad. "Ruby, me dejaste. Desapareciste de un día para otro, sin decirme nada. Me sentí como si todo hubiera sido una mentira."

Ruby sintió cómo el nudo en su garganta se hacía más fuerte. "Sé que no tengo excusa. Y entiendo si nunca puedes perdonarme, pero... quiero que sepas que me duele haberme ido así. En ese momento pensé que era lo único que podía hacer para sobrevivir."

Ethan se inclinó un poco hacia ella, sus ojos llenos de preguntas y emociones que había guardado durante mucho tiempo. "¿Por qué, Ruby? ¿Por qué era necesario? Siempre he querido entenderlo, pero nunca obtuve respuestas."

Ruby tomó aire y, aunque aún no podía contarle todos los detalles, le ofreció una respuesta honesta. "Hubo cosas sobre mi familia y sobre mí misma que no comprendía. Secretos que descubrí y que me hicieron dudar de todo. Me sentí atrapada, sin saber en quién podía confiar... ni siquiera en mí misma."

El silencio que siguió a sus palabras fue profundo, pero Ruby sintió que, en ese momento, había empezado a cerrar la distancia que había entre ellos. Miró a Ethan, y en sus ojos aún podía ver el cariño que alguna vez compartieron, aunque ahora estaba teñido de dolor.

Finalmente, él se acercó a ella, sosteniendo su mirada con una mezcla de tristeza y ternura. "Ruby... yo nunca dejé de preguntarme si algún día volverías. Nunca dejé de... de quererte, aunque tratara de olvidarte."

Las palabras de Ethan resonaron en el corazón de Ruby, y antes de poder detenerse, se inclinó hacia él, dejando que su instinto guiara sus movimientos. Cuando sus labios se encontraron, fue como si todos los años de distancia y dolor se desvanecieran en un solo instante. El beso era suave, lleno de una emoción contenida y una promesa silenciosa de perdón.

Ruby sintió cómo el peso de los años desaparecía, cómo las heridas se cerraban en ese breve instante en el que sus labios y sus corazones se encontraban. Ethan la rodeó con sus brazos, acercándola más, como si temiera que se desvaneciera de nuevo.

Cuando finalmente se separaron, ambos se miraron, con el corazón latiendo rápido y las emociones a flor de piel.

"No sé si puedo olvidarlo todo, Ruby," murmuró Ethan, "pero quiero intentarlo. Quiero darte otra oportunidad, si tú también estás dispuesta."

Ruby asintió, sintiendo una paz que no había sentido en años. "Estoy dispuesta. Quiero intentarlo. Y esta vez, no tengo intención de huir."

Con esas palabras, Ruby y Ethan comenzaron a reconstruir el puente que el tiempo y el dolor habían destruido. Sus besos, sus caricias y las palabras sinceras que compartían eran un bálsamo para sus corazones. Esa noche, bajo la luz tenue de la sala, Ruby supo que, finalmente, había encontrado el comienzo de su camino hacia la redención.

El Regreso de RubyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora