Desde que se conocieron sus madres soñaban que terminen juntos. Pero nunca se habían visto de otra manera, les parecía imposible, conocían todos los defectos y virtudes del otro, todas sus facetas. Como hermanos.
Eso es lo que dijo Rebeca el día qu...
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-Tengo mucho Frío.- Tiembla Natalie.
-Podríamos estar calentitos en nuestras casas si tan solo el señorito no fuera un caprichoso.- Gruñe Blake.
-¡La foto quedó hermosa! ¿O no Beca?
Lo ignoro, me abrazo a mi misma tratando de conseguir un poco de calor corporal. Hace aproximadamente una hora cuando el sol comenzaba a caer a nuestro queridisimo amigo se le ocurrió tomarse un foto, ese no fue el problema, sino que después de tomarle alrededor de 20 fotos seguían sin gustarles. La peor parte es que terminó eligiendo la primera ¡La primera!
Son las 19pm en pleno invierno y nosotros estamos todavía intentado salir del puto bosque.
Veo a George con los labios morados, tiene solo su sweater amarillo y una remera basica debajo, la que tenia puesta esta mañana. Me freno para reprenderlo pero veo a Natalie muy calentita con la campera negra de mi amigo envolviendo su cuerpo.
Mí campera preferida.
Decido no entrometerme, pero después soy yo la que lo tiene que cuidar cuando esta enfermo y juntar sus pañuelos llenos de mocos con una pala.
Si le agarra una pulmonía no voy a ser su enfermera esta vez.
-¿Ya viste lo que hizo George? - Me susurra Blake.
-Se va a enfermar.
-Yo creo que es tierno.- Se encoje de hombros.
-Tierno es que le regale flores o le cante una canción, esto es descuidarse a si mismo. - Se escucha un estornudo.- ¡Ves!
No veo que Natalie haga el amague de devolverle el abrigo. Se supone que si tanto te gusta esa persona queres que esté bien, lo ve a punto de enfermarse y no hace nada. A veces no entiendo a las chicas, yo no aceptaría una campera sabiendo a que la otra persona también tiene frío ¡Que clase de egoísta es!
-Beca encontré un buso en mi mochila ¿Lo queres?- Se acerca Reece en son de paz.
-No, gracias Bibs pero dacelo a George que esta muriendo de frío.
-¿Segura?
Asiento y me cierro la campera hasta el cuello para convencerlo que estoy lo suficientemente abrigada.
Comienzo a saltar de emoción cuando veo el resplandor de las luces de la calle y los ruidos de los autos. Tomo a la persona más cercana, Blake, y comienzo a correr.
-¡Somos libres!- Nos ponemos a bailar una danza de la victoria que inventamos cuando teníamos 15.
Consiste en saltar dos veces cruzando los pies, chocar las manos normal después cruzadas y a lo último saltar y chocar los 5 en el aire. Requiere mucha concentración y esfuerzo físico por lo que ambos terminamos sin aire.
