Desde que se conocieron sus madres soñaban que terminen juntos. Pero nunca se habían visto de otra manera, les parecía imposible, conocían todos los defectos y virtudes del otro, todas sus facetas. Como hermanos.
Eso es lo que dijo Rebeca el día qu...
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Blake tenía razón, ese días nos anunciaron que el viernes nos llevarían a "Convivir con la naturaleza", estaríamos tres días en el bosque durmiendo en carpas.
Desde pequeños a George y a mi nos encantaba armar la tienda en el patio de su casa y simular que teníamos una aventura, después de los 15 nos empezaron a dejar ir a dormir al bosque. Hace ya más de seis meses que no lo hacemos.
Mi cuerpo se había paralizado al recordar que la única carpa la compartimos, habíamos ahorrado por meses para poder comprarla, mi madre junto con Natasha tuvieron que mandar un permiso que nos autorizaba a dormir en la misma carpa.
Claro, en otro momento me hubiera parecido genial pero ahora que mi amigo no me habla, aún cuando me acabo de sentar a su lado en el colectivo, me parece la situación más incomoda. Yo solo hice lo que él me pidió.
-Buenos días.- Se limita a sonreírme Me sonríe incómodo y se coloca sus auriculares con la mirada fija en las personas que van llegando. Cansada de su actitud tiro del cable haciendo que me mire con una mueca de impaciencia.- Hay un par de cosas de las que tenemos que hablar.
-Olvídalo Beca.
-¡Ese es el problema! Intento...- Sus ojos se despegan de la ventanilla y me mira con una expresión entraña.- Pero sería más fácil olvidarlo si me hablaras maldita sea ¡Nunca has dejado de hablarme! ¿Y ahora se te ocurre llamarte a silencio? ¡Hice lo que me pediste! Lo único que hago desde los 6 años es intentar hacerte feliz ¡Esa era la promesa! Ni siquiera llevas la pulsera George.- Bajo el volumen de mi voz, no solo porque algunos compañeros nos están mirando también por el nudo que se ha instalado en mi garganta al recordar su muñeca vacía.- ¿Que te hizo cambiar? Ya no me abrazas, no me consientes, te extraño. Solo pasaron unos días pero sin ti me siento perdida ¡Estoy viviendo a comida congelada! Necesito que me hagas el almuerzo y necesito que te cruces a las tres de la mañana a mi casa porque tuve una pesadilla, necesito...- Veo sus ojos elevarse sobre mi cabeza, me freno de golpe. No había notado que tenía la respiración agitada y las manos me temblaban. George siempre fue el tranquilo de nuestra amistad y la que me enojaba y no hablaba era yo, él siempre intento hacer que las cosas se solucionaran. Ahora ni siquiera me mira a los ojos.
-Hola George.- Cierro los ojos para no matar a nadie, Natalie esta detrás mío con su maldita perfecta cabellera rubia, mientras que mi cabello marrón está tan frizado como siempre.- ¿Quieres sentarte conmigo?
Lo miro esperando que se rechace la oferta.
-¡Claro!- Se pone de pie pasando por ensima de mis piernas sin dirigirme la mirada antes de seguir a la rubia unos puestos más adelante.
Estoy tan enojada que cuando Jonah se sienta a mi lado ni siquiera me giro a mirarlo. En realidad no es enojo, es dolor.
-¿Estas bien?- Asiento.- Puedes contar contar conmigo.... -Deja de hablar cuando ve las lágrimas recorrer mis mejillas ¡No puedo estar llorando por esto! No dice nada y me abraza, intento contener las lágrimas que siguen queriendo salir.
