Disclaimer: Free!, historia y personajes originales no me pertenecen, solo aquellos hechos narrados en este escrito proceden de mi completa autoría.
Atención: Este es un AU del mundo de free! con un tanto OOC. Además, los relatos no siguen un orden cronológico y pueden causar algún tipo de confusión. De ser así, por favor no dude en consultar.
Beta reader FreeNingyo
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Cuando le conocí, fue extraño.
Era un lugar inesperado y no creí que lo volvería a ver otra vez.
Era de esas personas que llamaban mi atención por lo que expresan sus ojos y manos desnudas. En un principio creí que era muy tímido, que hablaba conmigo como una manera de congeniar con alguien en aquel lugar, y me agradaba.
Siempre me costó relacionarme con más personas de mi mismo sexo, pero con él era sencillo. Aún tenía el dolor por el abandono de Gou, sin embargo, y sin darme cuenta, había capturado una pequeña parte de mi corazón.
Escribía las cosas más bonitas que he leído en mucho tiempo. Siempre me gustó leer, y, aunque mi carrera se aleja completamente de la suya, no pude evitar emocionarme con cada uno de sus relatos.
Entonces llegó a mí la verdad: Me gustaba un hombre.
Y jamás seré capaz de decírselo.
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─ ¿Por qué vienes todos los días por aquí? – preguntó bajando la libreta que había estado usando como borrador y dirigía su cristalina mirada hacia mí.
─ Podría preguntar lo mismo.
─ Pues yo llegué aquí primero, así que creo que tengo el derecho de saber primero. – sonrió con suficiencia invitándome a tomar asiento. – ¿Sufres del corazón?
Me incorporé rápido al escucharle ¿cómo él podía ver tan fácilmente a través de mí?
─ Así que sí... problema del corazón. – tapó la lapicera con la cual había estado trabajando y centró toda su atención en mí. ─ ¿Quién es?
Dudé un minuto, entrelazando los dedos sobre mi regazo.
─ Ex – novia – Murmuré bajando la mirada hacia la tierra bajo los pies. Niños reían a lo lejos disfrutando de la tarde de juegos en el parque.
─ Ah... ¿te engañó? – ¿Este tipo no conocía la delicadeza?
─ ¡Claro que no! –grité sin darme cuenta de la fuerza de mi propia voz. Volví a bajar la mirada – No era lo que ella esperaba de mí.
─ ¿A qué te refieres?
No quise entrar en detalles y evité la pregunta.
─ ¿Eres experto en el tema acaso?
─ Algo similar. Me gano la vida escribiendo sobre el amor. – Solté una risa corta como reacción a sus palabras, me parecía demasiado sincera la respuesta viniendo de un hombre alto y fornido como él. ─ ¿Acaso no me crees?
─ No es eso, para nada. Tan solo es que el amor no existe.
Pareció pensárselo por un segundo y acto seguido estiró su mano hacia mí.
─ Mi nombre es Yamazaki Sousuke y te demostraré que el amor sí existe.
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Cuando la conocí estaba en la turbulencia propia del final de la universidad.
Corría para todos lados, pero no pude dejar pasar su belleza y dulzura sin igual. Me había cautivado en cuanto la vi cruzar el umbral de la cafetería y me dejó completamente anonadado cuando su mirada de rubí se posó sobre mí.
Creía que me había enfermado, no había podido olvidarla y dejé de lado un par de proyectos para conseguir su nombre y número telefónico.
Matsuoka Gou.
Ya no logro recordar bien cuánto tiempo me tomó convencerla que saliera conmigo. Era dulce, suave, sus mejillas sonrosadas y le gustaba mucho el latte. Aún le quedaba tiempo en la universidad y no parecía planear continuar para trabajar: su familia era bastante tradicional en permitir que las mujeres estudiasen, pero debían dedicarse a ser amas de casa en la adultez. Aquello no suponía un problema para ella, tal parecía que siempre había sido criada bajo aquella norma.
Y si para ella no era un problema, para mi menos.
Tomó largo tiempo antes de conocer a su madre, una mujer adorable como ella, aunque estricta. Gou jamás ahondó mucho en el tema, pero al parecer sus padres se habían divorciado hacía un tiempo y ella solo quedó con su progenitora. El primogénito de la familia se había marchado con su padre y ése era el fin de la historia.
Con la bendición de su madre comenzamos una bella relación formal: El primer año fue lleno de torpezas y alegrías. El siguiente más duro, pero esforzado. Al tercero parecíamos una pareja de ancianos que se conocían hace demasiados años.
El cuarto año... Ése era el año.
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Satori: Me gusta un hombre.
RomanceDel momento en que Makoto no está seguro de qué es lo que siente. ¿Amor? ¿Amistad? Le han roto el corazón y por primera vez siente algo por otro hombre. Au y de cómo nos enfrentamos a conocer la verdad de uno mismo.