Hard Hit || SuHun [2S]

Parte II: Headfirst

Junmyeon probó el peso de la realidad sobre sus hombros una vez que salió del interior de Sehun. Su sentido común volvió a ser suyo y no pudo evitar sentirse como una persona horrible al ver al muchacho subiéndose los pantalones con manos temblorosas.

¿Qué rayos había pensado al permitirse perder así la compostura?

Sin embargo, no tuvo mucho tiempo de pensar en las consecuencias de sus acciones (o en los sentimientos que en la intimidad del cuerpo del menor habían salido a flote y él se había esmerado en ignorar), porque el pelirrojo se apresuró a acorralarlo contra la puerta de la despensa y a besarlo con intensidad. Junmyeon se dejó llevar unos minutos, en la boca sedosa de Sehun y en la forma en que le mordía los labios, pero cuando el contacto comenzó a sentirse demasiado personal, lo alejó de un suave empujón.

—No —sentenció y el rostro del muchacho se crispó en preocupación.

—¿Hice algo mal?

—No, solo no quiero que empieces a creer que esta es la forma en la que me devolverás el dinero.

Sin saberlo él mismo, aparentemente ya había tomado una decisión.

—¿Es decir que...?

—Voy a prestarte el dinero... pero no te pediré sexo a cambio.

El muchacho parecía no entender, pues al parecer eso que ambos habían compartido no era una forma de aceptación. Ni el mismo Junmyeon sabía qué sentido le estaba dando a toda la situación.

—Te conseguiré un trabajo en el bar —dijo y se sorprendió por lo segura que salió su voz, Sehun lo observaba con incredulidad—. Será mejor que te consigas un traje, porque no seré yo quien te entreviste.

Él alzó ambas cejas, al parecer no se esperaba lo último.

—Creí que tú eras el dueño de este bar —murmuró y Junmyeon soltó una pequeña risa.

Todo el mundo pensaba lo mismo.

—Yo no soy el mayor de mis hermanos.

***

—¿Estás loco, Junmyeon?

Junmyeon debió saber que su hermano lo enviaría directo al diablo cuando él le planteó la idea de incorporar a Sehun como ayudante en el bar. Ni siquiera sabe qué se le cruzó por la cabeza insinuándolo con tanta tranquilidad. Tal vez era la calma sexual la que estaba actuando sobre su sentido común. Minseok lo observaba como si genuinamente fuera una locura.

—Ese sujeto intentó robarle a Jongdae —se cruzó de brazos sobre su pecho, su voz permanecía en el tono sereno que era tan propio de él. Minseok no era hombre de escándalos — lo golpeó y a Jongin también, lo que me hace pensar que no es muy inteligente. Realmente no sabes que podría intentar estando aquí, podríamos despertar un día y él podría haberse llevado el dinero de la caja fuerte o algo así. No puedo arriesgar así el negocio de papá y tú lo sabes.

Junmyeon sabía que estaba siendo irracional y que estaba arriesgando mucho por solo un muchacho que apenas conocía. Minseok tenía razón, pero aún así, lo intentaría una vez más.

—Lo sé, hyung —respondió él y se vió en la obligación de suavizar su expresión y mirar a su hermano mayor a los ojos—. Él no intentará nada, lo prometo. No sé por qué necesita el dinero, pero esta podría ser la única forma que tenga de conseguirlo...honestamente. Tú y yo siempre necesitamos ayuda aquí, no sería así si Jongdae y Jongin hicieran su maldito trabajo...piénsalo, podría sernos útil.

Minseok permaneció callado, escrutando con sus ojos redondeados los del castaño, su boca se encontraba en una tensa línea. Si decidía golpearlo, Junmyeon estaba listo para recibir su reprimenda. Pero no fue así, pues el mayor de ambos bufó y rodó los ojos: se rindió.