cuatro.

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—Seulgi, te lo juro. Es el hombre más guapo que he conocido en mi vida.

—Lo mismo decías de John y bueno... cuando lo conocimos todos quedamos en shock y no precisamente por su belleza.

Su mejor amiga, nunca dejaría de recordarle su pequeño crush con ese chico, ciertamente no había sido el top 10 de belleza, pero a Haneul le había encantado.

—¡SEULGI! Eso fue diferente; te lo juro, Hyungwon, es increíblemente guapo, me he enamorado.

—No seas patética. Ya dejemos tus amores y dime; ¿cuando vienes a verme?

—Mañana, saliendo voy a tú casa. Estas con tus papás, ¿cierto?

Su mejor amiga bufó con molestia, a través del teléfono—Pues claro cariño, no todas tenemos la suerte de conseguir un empleo tan fácil.

Haneul puso los ojos en blanco, por que ella igual se encontraba viviendo con su mamá—Que tonta, pero prometo trabajar mucho, para poder mantener todos tus caprichos, bebé.

—Así me gusta. Mañana te espero Ha. Ahora me voy, mi mamá quiere que le ayude a lavar los trastes, iugh.

Sin más que añadir, ambas chicas colgaron la llamada.

Hoy había sido su primer día trabajando y para ella fue realmente increíble. Dejando de lado al molesto de su vecino, ella había conocido a uno de sus superiores y él fue tremendamente encantador. Se encargo de darle un recorrido por los quince pisos del edificio, le platico acerca de las funciones de su puesto y le hizo la aclaración de que cualquier duda podía recurrir a él.

Demasiado encantador para ser real. Pensó Haneul.

Esa noche dormiría pensando en la sonrisa encantadora de su jefe.

-

Haneul se despertó a eso de las 3 de la mañana, cuando escucho fuertes ruidos provenientes de la casa de sus vecinos. Con cuidado se levanto de la cama, tallo sus ojos y se acerco a su ventana, que daba justamente a la casa de sus vecinos.

Se asomo por esta y vio varios carros estacionados afuera de la casa de Hara y entonces fijo su vista en una ventana del segundo piso donde se encontraba la luz prendida.

Ahí estaba Hara, cambiando su suéter por otro, sonrió y Haneul sonrió también, ella le parecía muy bonita; el estereotipo perfecto de la chica ideal coreana, pero además algo resaltaba en ella que te hacía voltear la vista hacía ella. Haneul la miraba con una sonrisa, recordando que tan amable se porto ella, cuando se conocieron; sin embargo de un momento a otro, Hara desapareció, literalmente desapareció, frente a sus ojos.

Haneul se tallo los ojos con frenesí, tratando de comprender la situación.

"Imposible, imposible, tal vez parpadee y ella se fue a otro lado, ¿pero tan rápido?, debe haber alguna explicación lógica"

Haneul desvió la mirada de la habitación de arriba, cuando vio tres personas a través de la ventana de la cocina en la parte de abajo. Y una de esas persona era Hara.

"Imposible, totalmente inconcebible"

Ella había estado en la casa de Hara, la construcción era la misma que la de ella, así que era imposible que hubiera bajado tan rápido, no había manera.

La escalera daba a la sala, y la sala quedaba en una esquina, por lo cual se tenía que rodear la escalera para poder llegar a la cocina, además de que la cocina tenía una barra, la cual también había que rodear para entrar en esta.

Daimon.{jjk}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora