diez.

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JEON; PDV


Mi cuerpo vibraba, no podía estar tranquilo.

No sabía a ciencia cierta, si en parte era por que había tratado tan mal a Haneul.

Pero estaba tan molesto, que no medí mis palabras correctamente; pues ella se había acercado a mí, en son de paz y yo la humille en nuestro espacio de trabajo. Pero tenía fundamentos, bueno... tal vez no.

Simplemente me encontraba irritado, pues ella había estado prácticamente pegada todo el día a Hyungwon. Y hasta que se le ofreció algo, acudió a mí. ¿Qué rayos soy? ¿Su mandadero? Por supuesto que no.

"—Oye, cuando salgamos, ¿crees que puedas dejarme en la tienda de conveniencia?—Ni una sola palabra en todo el día y ¿cuando lo hace es esto?

—No, no soy tu puto sirviente, Haneul

—Te pregunte de buena manera, no te pongas así.

—Me pongo como quiero, y ultimadamente, si quieres ir a algún lugar, existen los trenes.

—¡Que grosero!

—¿Y tu que?, pedigüeña, si tanto te molesta, cómprate un puto coche o pídeselo a tu amiguito.

Ella esta bramando, su maldita aura estaba lastimando los ojos, de lo potente que se había vuelto. Ese maldito rojo que le adornaba, estaba brillando tanto ante mis ojos, que parecían ser focos.

—Eres un hijo de puta, ¿sabías?

—Me importa una mierda, ¿sabías?

Ella dio media vuelta y se fue, perdiéndose entre los pasillos, para los presentes que estaban anonadados; pero para mí no, yo seguía viendo su maldita aura.

Agitando ligeramente mi cabeza, para dejar de seguir su aura vibrante, voltee mi vista hacía mis compañeros; que me miraban con sorpresa. Pues usualmente, mi comportamiento en el trabajo, era todo lo contrario a como me había comportado con Haneul.

Tal vez si me había pasado un poco".

Mis dedos no dejaban de repiquetear contra la mesa que estaba a un lado del sillón donde estaba sentado.

No podía dejar de sentirme ansioso, mi pie también comenzó a golpear el piso, no podía entender que me pasaba. Desde que me dieron este cuerpo esta era la segunda vez que me pasaba algo así.

Esta intranquilidad no era normal y ya me estaba cansando.

Inclusive di un ligero brinco, cuando mi hermana apareció frente a mí. Había logrado sorprenderme, lo cual ya era mucho decir.

—¿Qué demonios te pasa? Me tienes harta con esos golpecitos que das.

—Hara

—¿Qué?—el fastidio marcaba su voz.

—Cállate.

—yaaa, en serio, ¿qué te pasa?

—No sé, simplemente estoy ansioso, pero no se por qué.

—¿Qué hiciste?

—Nada, nada fuera de lo normal—Hara se cruzo de brazos—Bien, sólo traté mal a Haneul, pero es todo.

Daimon.{jjk}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora