Capítulo 4

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-¿TaeHyung?- musita con la voz aguda y rota. El agarre sobre el selkie sigue siendo igual de fuerte, pero el chico siente los grandes brazos del mayor temblando con más intensidad. No sabe cuando, pero JungKook no está con él. Llama a TaeHyung, pero no siente que es él. Llama a HaYun, pero solo ellos dos y el hombre inconsciente están en esa playa.

O al menos eso quiere creer. Duda que JK esté con él, al menos su consciencia.

Con manos temblorosas, se separa del pecho agitado del mayor. Se hace espacio entre ellos y le mira fijamente a los ojos. Los azules acuosos se encuentran con esos rotos chocolate por fin. Sus ojos destellan por un momento como si acabara de despertar de una horrible pesadilla, pero no duran mucho en volver a oscurecerse y salir más agua salada recorriendo los mismos surcos marcados en sus mejillas. TaeHyung no puede evitar acariciarlas apartando las lágrimas y la suciedad. El moreno parece no haberlo escuchado y siente una gran angustia en su corazón.

- Sí, JungKook. Soy yo, soy TaeHyung.- dice con voz dulce y suave. Apoya su frente en la contraria cerrando los ojos y esbozando una sonrisa temblorosa.- Estoy bien, estqmos bien. Vámonos de aquí, por favor.- echa una mirada de reojo hacia el cuerpo inconsciente, aun en la oscuridad reconoce perfectamente los rasgos de uno de los selkies que lo persiguieron. En lo más profundo de su ser siente la necesidad de alejarse de él.

Sin decir palabra, el mayor acaricia su espalda rítmicamente y vuelve a acercarlo a su cuerpo. Apoya su frente en su hombro y niega haciéndole cosquillas con su pelo azabache.- Al menos déjame curar tus heridas.- murmura con un nudo en la garganta. Ver a JungKook tan roto le sobrecoge.

Pasa sus manos por su cuello, abrazándole. Juega con los cabellos de su nuca, buscando tranquilizarle. Cierra sus ojos y se concentra. Lo descubrió cuando era pequeño y vio un pajarito herido. El pobre animal pegaba al agua con sus plumas mojadas, piaba de dolor por su ala rota y TaeHyung lo escuchó desde su hogar. Lo tomó con cuidado de no lastimarlo más y lo llevó a la gruta. Quería curarlo, pero su abuela había vuelto a viajar y estaba solo. Impotente, empezó a llorar de pena por los chillidos de la criatura y deseó con todas sus fuerzas que parara de sufrir. Cuando se dio cuenta, el pájaro se encontraba en sus pequeñas y rechonchas manos cantando de alegría. Revoloteando probando su ala antes rota.

Magia, una muy poderosa, le había dicho la mujer mayor que lo crió cuando le comentó lo sucedido.

Poco a poco, las heridas empiezan a cerrarse. Los puños desollados de los continuos puñetazos ahora solo están manchados por sangre seca. JungKook parece volver en sí después de sentir como el dolor de su cuerpo disminuía y mira al menor que suspira con esfuerzo, antes de abrir los ojos y regalarle una sonrisa cansada. Se marea por un momento, agarrándose de la camisa del otro inconscientemente.

-¿Tae? - pregunta por segunda vez, pero esta vez el selkie sabe que es a él y no al otro TaeHyung. La voz de JungKook suena más firme, pero con un deje de sorpresa por la desaparición inmediata del dolor de su heridas. - ¿Cómo es que tú-

No termina la pregunta que se queda saboreando en los labios, pues un ronco quejido los hace despertar y ser conscientes de la realidad. Uno de lo selkies que fue a por TaeHyung lo ha encontrado y ha intentado terminar lo que empezó hace casi un mes cinco minutos atrás y ahora se está despertando. TaeHyung vuelve a temblar en sus brazos. Sus ojos zafiros nublados con terror puro. Se levanta ágilmente. Ni se molesta en sacudirse toda la arena antes de tomar al selkie de la muñeca y ponerlo de pie a su lado para empezar a andar rápidamente antes de que se despierte.

Cuando el suelo debajo de ellos deja de ser de arena y se convierte en cemento rasposo, JungKook se permite mirar hacia la orilla donde el cuerpo tendido solo es una masa oscura que sigue inmóvil. TaeHyung aprieta el agarre con su mano que se formó durante el trayecto. Encoge sus pies llenos de arena húmeda y tira de él para dirigirse hacia el auto. Ahoga un grito al sentir como es elevado en el aire por unos cálidos y fuertes brazos. Se sostiene con desesperación a la ropa de JungKook y lo mira con el ceño fruncido, recibiendo como respuesta una sonrisa juguetona.

Gorm-Shùil [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora