Gorm-Shùil [KookV]

Capítulo 5

El encuentro con el selkie sigue siendo reciente para el pequeño. Semanas han pasado, pero el miedo ha dejado una huella invisible en él que lo atormenta por las noches. JungKook, servicial, siempre va a su habitación para consolarlo y tranquilizarlo. Pasa su mano por la espalda del de cabello grisáceo hasta que los sollozos bajan hasta ser un murmullo confundido con los sonidos de la noche. Le dice dulces palabras de consuelo y le sonríe cansadamente. Se avergüenza de esos tratos, pero no le es posible controlar sus pesadillas. Hace poco, el mayor lo ha instalado en su habitación, por si aquello le transmite más protección. Se ha excusado en el hecho de que lo despertará igual en una habitación u otra. Parece no afectarle en lo más mínimo, pero para TaeHyung no es una nimiedad. Se ha dado cuenta desde que JungKook le abrió su corazón y pasado, que siente algo más que una pequeña atracción por el hombre y estar en su habitación, en su misma cama, con él al lado sintiendo su pesada respiración demasiado cerca de su cuerpo, es algo que no le beneficia. Se siente nervioso y mareado, pero se obliga a cerrar los ojos y a abrazar una mullida almohada de su antiguo dormitorio. Se obliga a pensar en algo diferente que a JungKook a su lado, durmiendo como hace tiempo no lo hacía y divaga en sus pensamientos.

Su mente, traicionera, lo vuelve a llevar de la mano hacia la imagen del azabache, recordando todo lo vivido con él, inclusive como su relación se volvió inevitablemente más cercana después del asalto. Se permitieron olvidarse por un momento de la exhaustiva búsqueda. El hombre, poco a poco le contaba fragmentos de su vida en Corea y de su familia. A pesar de que su mirada brilla nostálgica en cada ocasión, su corazón no pesa como antes y TaeHyung se ha dado cuenta. Es por ello que lo deja expresarse libremente con esa carisma suya. JungKook vino escapando de su pasado, de sus recuerdos, pero ahora, sin saber cuándo, cómo ni el por qué, los empieza a visualizar como partes de su vida que lo han convertido en la persona que es hoy día, y no como dagas que se clavaban en su pecho con el dolor y la culpa asfixiándole fieramente. Se siente muy feliz, porque aun sin ser él el motivo por el que JungKook tiene un brillo renovado en su mirada, ser testigo sigue siendo un privilegio.

Una sonrisa adorna sus labios rojizos mientras hunde más el rostro en su almohada. Se siente más calmado y adormilado y pronto deja marchar a su consciencia para que su subconsciente reine por unas horas, rezando para que le dé una noche de necesario descanso, después de tanto tiempo.

Sus largas pestañas revolotean por sus mejillas hasta que sus párpados consiguen separarse. Los leves rayos del sol se cuelan por las cortinas de la habitación, haciendo a sus iris resplandecer. Se remueve en la cama con los ojos llorosos haciendo ruiditos con sus labios. Rueda un poco y se extraña inmediatamente por ser capaz de hacerlo. Su cama no es tan grande como para poder hacer eso y se incorpora examinando el lugar donde está dificultosamente.

La habitación de JungKook. Captado. Vuelta a soñar con cosas estrafalarias.

Toma las sábanas y se acurruca en la fragancia del mayor soltando un ronroneo y como si terminara de despertar de verdad, se levanta súbitamente y sale de la cama ignorando lo que acaba de hacer. Al menos está solo allí. Todavía es temprano y no se escucha ningún ruido. El mayor ha vuelto a irse sin decirle nada. Hace un leve puchero y suspira resignado. Otro día que tendrá que quedarse en casa. Y pensar que el clima ha decidido burlarse de él siendo tan agradable como aquella mañana.

El moreno le ha prohibido tajantemente salir sin él. Por una parte sabe que no lo haría después de lo que pasó en Edimburgo, por otra siente una agradable sensación en su pecho al recordar la mirada tan preocupada de JungKook, pero por otra se siente subestimado. Él puede cuidarse solo perfectamente. Lo ha estado haciendo por un tiempo ya y aunque no tenga conocimiento de muchas situaciones que son comunes entre los humanos, se siente capaz de manejarlas perfectamente. Por eso, en un momento de valor y rebeldía, decide salir a disfrutar de ese clima tan extraño en Escocia.