Parte 6: El golpe de estado por Fugaku y Danzo.

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Naruto se despertó un poco sobresaltado. Sintió tanto el rastro de baba por su mejilla derecha y las legañas en sus carúnculas. Con un bostezo tierno de parte suya, se sentó en la cama, observando que entre sus pies está la cachorra Yuki profundamente dormida. Y, a cada lado de él, están las dos mujeres que aparecieron casi repentinamente en su vida.

Naruto las observó un poco más, la vista es algo graciosa, después de todo, Ai está boca arriba, babeando y roncando mientras se rasca el abdomen que está descubierto. Y, por el lado de Kurumi, ella está boca abajo, con el rostro en la almohada. Antes de darse cuenta, Yuki se estiró y movió su cuerpo fuera de sus pies.

Él se levantó con sumo cuidado para no despertarlas, algo que consiguió con mucha facilidad. Tan pronto sus pies tocaron el suelo de la habitación, él se puso sus pantuflas y salió de su cuarto. Al cerrar la puerta, caminó al baño del departamento y abrió la puerta.

Lo primero que vio fue a su hermana con el pelo recogido y teniendo solo una toalla encima. Ella lo miró y le sonrió, acercándosele en un modo juguetón.

- ¿Naru-chan extraña bañarse con su hermana mayor? Ven aquí, tomemos un baño juntos como en los viejos tiempos – Ella se agachó enfrente de él y comenzó a quitarle la camisa con una tierna sonrisa.

-Naruko, ¿Hoy te vas nuevamente a realizar alguna misión en la aldea? – Él se dejó quitar la camisa como su pantaloneta. La sonriente Naruko evitó sus ojos, ella le había prometido que estarían casi todos los días juntos y bla y bla. Al final, en el primer día ella no estuvo porque estaba comprando el mercado y, el segundo día no estuvo porque estaba comprando el revuelto.

-No es lo que piensas, solo estoy realizando misiones dentro de la aldea. Ya sabes, limpiar los tejados, limpiar los antejardines y recolectar basura. No me estoy yendo de la aldea – Ella aseguró, quitándole la ropa interior. Naruto frunció el ceño y la observó durante un buen rato.

Naruko tragó saliva. Naruto es muy tranquilo y amoroso, pero cuando se enoja, tiene el mismo temperamento que tenía su madre. Nunca le ha pegado, como lo hacía su madre, pero sí se enoja y la ignora durante horas.

-Es una promesa y, sí tengo que irme de la aldea por un tiempo, te lo diré incluso antes de tomar la misión, ¿Cómo era? Sí, es una promesa, Dattebayo – Naruto lo pensó un buen rato, hasta que asintió.

-Quiero ser el primero en lavar al otro – Naruko aceptó, quitándose la toalla enfrente de él. No le preocupó mucho, a decir verdad, un niño a la edad de él, aun no tiene esa mentalidad morbosa. Mientras pensaba en ello, ella se sentó en una silla de plástico que está en el baño y esperó a su hermano.

Naruko cogió un balde con agua y se lo echó en su cuerpo, evitando mojarse el cabello. Naruto se echó jabón en sus manos y comenzó a restregarle la espalda.

- ¿Por qué estás realizando más misiones? Ya tenemos nevera, un hogar y muebles – Naruko se aclaró la garganta para que no se diera cuenta, ella tiene que sonar muy tranquila.

- Tenemos que tener un televisor, un niño a tu edad debe de tener entretenimiento. Estar absorto a los libros. A mi edad, jugaba con mis amigas, pero como un señorito no quiere juntarse con la aldea, pues, toca buscar otro medio – Naruko esperó que él acepte esa respuesta.

-Naruko, el hecho de que no me junte con los aldeanos es por una razón que ya conoces. Además, lo que quieres hacer es que me vuelva una persona antisocial, ¿Quieres que esté encerrado en casa durante horas viendo una pantalla? No saldré de casa y no obtendré vitaminas del sol, no sentiré el aire en mi rostro y no realizaré actividad física requerida – Naruko se desinfló. Leer tantos libros le ha cambiado la mente a su pequeño hermano.

NARUTO UZUMAKI EL PUTO AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora