V: Una manera

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Terminó aquél día, y para mi alivio Dominik no me pidió nada, y por tanto no tuve que seguir las ordenes del tal Edek. Que por cierto, no encontraba razonables.

Le llevé sus papeles tal como pidió, y estuve el resto de la tarde clasificando sus documentos al igual que hice con Dominik.

Al día siguiente, llegué un poco antes de la hora de entrada. Era una costumbre que había tomado con el tiempo en todo lo que hacía; apresurarme y adelantarme demasiado.

Me quedé en un café de por ahí cerca mientras pasaban los veinte minutos que quedaban para la hora de entrada. No quería parecer tan apresurada.

Para mi desgracia, Edek, apareció por arte de magia precisamente a ese café.

-Vaya, pero que coincidencia-me sonrió acercándose a la mesa en dónde me encontraba-. ¿Qué haces? ¿Compras café para llevarme, cierto?

Lo miré con pánico. No sabía que tenía que hacer eso a menos que me lo pidieran...

Comenzó a reírse

-Estoy bromeando, tranquila -siguió riendo-. No creo que te molestes si te acompaño con un café

Levanto la mano, y pidió un café americano al camarero del lugar. Pero al momento en que llegó el pedido, ya habían pasado unos treinta minutos.

-Agh, como es posible que se tardaran tanto por un misero café-se dirigió al chico

-Lo siento señor, los otros dos camareros que debían venir a trabajar no están, y soy el único atendiendo a todo el lugar-se intentó disculpar

Me dio un poco de compasión

-No me interesa, quería mi café en menos de dos segundos, así que ahora no lo quiero -alzó ambas cejas-. Vacía el café a un vaso de cartón o algo, porque me lo tengo que llevar

-Pero...

-Pero nada, y por favor no te demores media hora más, lo necesito para ahora mismo-torció el gesto-Qué incompetente-murmuró mirando al ventanal que daba a la calle

Lo observé sin decir palabra.

-¿Sabes? Me aburrí-se levantó, sacó algo de su bolsillo, y lo dejó en la mesa-Katine, vamos

-Pero no he pagado mi café...

-Les dejé más que suficiente, vamos-me miró severo

Creo que su café era demasiado importante.

Llegamos al despacho, y el señor Jacow como todas las otras veces nos recibió con un saludo amable.

-Quiero un café americano en cinco minutos máximo, estoy de malas-dijo al aire Edek, y se marchó a su oficina sin decir nada más.

Creo que yo tenía que cumplir la orden.

El señor Jacow me miró con rostro de espanto. Sólo sonreí, no tenía más que hacer en todo caso.

Fui en busca del dichoso café, obviamente en otro local por vergüenza, y volví en dos minutos. Cuando venía entrando, Dominik venía en compañía de alguien. En principio pensé que era otra abogada, luego cambié de opinión en que podría ser una clienta....pero cuando vi el rostro de la mujer, supe que era su esposa.

Entramos a la par, y Dominik me observó un momento, y me sonrió saludando. La mujer sólo me examinó de pies a cabeza.

-Do... -me aclaré la garganta-. Señor Santorski, le traje un café expreso.

Le tendí uno de los cafés que había comprado. Nadie me lo pidió, pero supongo que no se negaría. Tomó el vaso sorprendido.

-Vaya, gracias-sonrió mirando el logo-. Wow, amo los de ese local-sonrió

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2018 ⏰

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Recover; Toma mi mano libro II | Dominik SantorskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora