Esto no podía estar pasando...

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Debería haberme callado y no llegar a tanto... no fue correcto sin embargo, percibir como Adrián se enojaba me provocaba unas inmensas ganas de continuar fastidiándole, aunque eso implicase combinar realidad con mentiras... mi ex cada vez más alterado continuaba reprochando e intentando autoconvencerse

- No... no... no es cierto, intentas engañarme para ponerme celoso, yo lo sé, no puede ser que hayas caído tan bajo liándote con ese...

- ‎Tú lo llamas caer bajo yo... yo tocar el cielo (eché mis brazos hacia atrás hasta tomar los de Melendi para conducirlos hacia mí, consiguiendo rodear con ellos mi cintura)

- ‎¿Acaso sabes que tu querido delincuente me pegó?

- ‎Por supuesto, mi delincuente me lo contó todo con detalles y se lo agradecí profundamente, no hizo nada que no te merecieras... (giré mi cuello hasta encontrar la atención de Melendi para guiñarle) y tú... tú también deberías darle las gracias, porque si llegas a toparte conmigo en ese momento, te hubiera quitado las ganas de follarme no sólo a mí sino a cualquiera por unos cuantos meses...

- ‎¿Y si lo denuncio por agresión? la noticia tendría gran repercusión mediática y la imagen de este cabrón se enturbiaría más de lo que ya está... con su notable pasado, con sus conocidos incidentes y ahora, su regreso al juego ilegal y... y quizá también a las drogas

Melendi se mantenía seguro e inmutable, incluso le escuchaba reír con algunas insensateces o con mis respuestas... y es que se había encontrado en tantas ocasiones con críticas e insultos, a menudo sin una consistencia firme... que aprendió a sobrellevarlos con paciencia, amaba que únicamente se molestara o se sintiera atacado cuando la mierda me salpicaba a mí, porque me demostraba lo perfecto que era y lo bien que me hacía estar con él.

Las últimas palabras de mi ex me sumieron en una reflexión... lo que parecía a priori una locura entendí que igual no lo era, por eso alcé la voz encarando más cerca la cara de Adrián

- El periodista hijo de puta es tu amigo ¿no? (golpeé suave mi frente con la palma) ¿cómo no me di cuenta? vosotros investasteis y lanzasteis el bulo de Melendi... eres lo peor, que asco me da haber perdido tiempo de mi vida contigo

- ‎No me decías lo mismo cuando estábamos juntos ¿recuerdas nuestras noches cariño? (tiró un beso al aire mientras sonreía orgulloso)

- ‎La verdad es que no... estoy demasiado ocupada y entretenida con las que me regala ahora (tomé las manos de Melendi que seguían enroscadas en mi cintura y las introduje debajo de mi camisa, entre los huecos de los botones que seguían sin abrochar, hasta que sus dedos se asentaron directamente en mi piel) uffff... no puedes ni imaginarte todo lo que experimentamos, tantas horas de insomnio porque mi Melen es insaciable, bueno yo también pero eso ya lo sabes, la diferencia es que Melendi aguanta como un campeón mi ritmo, algo que no pasaba contigo... ohhh dios (suspiré fuerte mordiéndome el labio) jamás he estado tan satisfecha sexualmente y qué capacidad para llenarme plenamente de felicidad y de hacerme gritar, aunque yo intento compensarle de igual modo

- ‎Siempre has sido una zorra

En cuanto noté como el brazo de Melendi dejó de comprimir mi cuerpo, supuse que su puño buscaba encontrarse con el rostro de Adrián, así que volví a sujetarle de la muñeca para impedírselo y esta vez sí, por fin, iba a sentenciar esta maldita conversación

- (Sonreí decidida) por engañarme con otra, por mentirme durante meses, por colarte en mi casa, por amenazarnos, por hablar mal de mi chico, por insultarme y porque me da la gana (mi mano se estampó duramente contra su mejilla, dejando marcada la silueta) como se te ocurra denunciarle, yo me encargaré de denunciarte a ti y mis motivos son... son más graves

Antes de darle la simple posibilidad de rebatirme añadí

- Y sin extendernos más... esta zorra te va a invitar, bueno realmente te va a echar ya de su propiedad, porque Melendi y yo tenemos un polvazo pendiente de celebración y quién dice uno dice dos... dice tres... dice toda la noche... así que si nos disculpas

Acompañé mis palabras con hechos para que se mostrarán certeras, por ello, comencé a desabrochar los botones de mi camisa, regalándole varias miradas cómplices a Melen, justo después desvié mi atención hacia Adrián para señalarle nuevamente la puerta, tal como había hecho varias veces desde que apareció.

Se mantuvo quieto y en silencio observándonos detalladamente incluso con pinceladas de cierto desdén, su respiración era agitada, las muecas de su rostro denotaban arrogancia e ira, no sé cómo pasó... no me lo esperaba y todo sucedió muy rápido en cuestión de segundos, convirtiendo en imposible para mí reaccionar... cuando fui consciente la mano de Adrián estaba alcanzando mi mejilla, de manera involuntaria cerré los ojos aguardando el choque, sin embargo no terminó de llegar... destapé mis párpados y descubrí a Melendi sujetando el brazo de mi ex, lo paró.

Me quedé en shock por unos instantes mientras Adrián nos maldecía e insultaba a gritos, aunque mi chico en ningún momento se amedrentó, yo... yo escuchaba las voces como si se tratara de un eco que se disipaba y presenciaba la escena pero mi visión no focalizaba la imagen en un primer plano, estaba borrosa...

Conseguía distinguir, aunque de forma imprecisa, la figura de Melendi enfrentando a Adrián reprendiéndole exaltado

- ¿Qué cojones ibas a hacer ehhh? (le empujó en varias ocasiones hacia la calle, con uno de los golpes y también debido a la falta de equilibrio de Adrián por la borrachera, este cayó al suelo directamente)

¿Amigo? (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora