PROLOGO

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Howard Stark y su esposa cenaban en paz, mientras su pequeño Tony de un año jugaba con sus legos gigantes.

La pareja disfrutaba de la amena noche, el vino importado los estaba poniendo alegres.

Pero, todo termino, cuando la puerta de la mansión Stark fue tirada por una granada.

Tony empezó a llorar, cuando María se dio cuenta que había peligro acechándoles, corrió hacia su hijo omega, no logro llegar a él.

Todo se volvió oscuro.

Gemidos amortiguados por una mordaza plástica, despertaron a la omega prime de su aturdimiento.

Estaban en una especie de fábrica vieja, el olor a sangre y muerte hizo a la fina mujer vomitar.

El horror la lleno cuando vio, como un alfa violaba a su esposo.

No un alfa cualquiera, Steven Rogers, el senador Rogers, profanaba el cuerpo de otro alfa, Howard al darse cuenta de María, empezó a llorar.

La omega gritaba improperios nada dignos de su alta educación.

¿Tony? Donde estaba ¿Tony?

- ¿Dónde está mi hijo loco bastardo? – la omega luchaba contra sus ataduras – maldito hijo de perra, ¿Dónde está mi bebé?

- Lo ves Howard, ella solo quiere a su hijo – la voz fría de Steve helo la sangre de la pareja

Steve siguió violando al hombre que fue su amigo, Howard Stark era ya un cascarón vacío y sin valor, su cuerpo golpeado, maltratado, mancillado, su orgullo hecho mierda por el hombre a quien le había confiado la vida de su familia.

Howard movió los labios y miro a su esposa "Te amo" fue lo que la omega alcanzo a entender.

Steve detuvo sus embistes cuando sintió flojo el cuerpo del alfa, sus manos tomaron su cuello y lo rompieron.

María aulló. Y murió en el acto.

- Recojan todo este lio – los betas obedecieron sin chistar - ¿Dónde está el niño?

- Con su esposa Senador – Steve sonrio, luego puso una cara de tristeza, se lavó el olor a sexo y anuncio en los medios el asesinato de uno de los miembros de la alta sociedad, más reconocidos de la época.

Peggy mecía a Tony de un lado a otro, no podía dormir, lloraba amargamente.

- Pobrecillo, quieres a mami – la castaña lloro, lloro por el bebé y por sus amigos.

- ¿Cómo está? – el alfa prime tomo al niño en brazos

- Mal, no ha parado de llorar

Steve puso sus ojos de alfa y el bebé rio por primera vez, ronroneando escondió su pequeño rostro en el cuello de aquel alfa.

Esa noche, Steven se imprimo de él.

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