Tony creció rodeado de lujos, sus padres le daban cuanto deseaba.
Anthony era consciente que el matrimonio Rogers-Carter no eran sus padres biológicos, no sentía ese lazo, pero, sí que sentía otro tipo de conexión con el alfa.
Tony fue consiente de Steve Rogers cuando se presentó su primer celo.
Esa noche un día antes de cumplir los dieciséis, un calor abrazador lo invadió, parecía que por sus venas corrían lagos de fuego.
Estaba solo en casa.
La tía Peggy había salido con sus amigas al teatro, Steve estaba quien sabe dónde.
El calor y el dolor en sus partes bajas era insoportable.
Su entrada se abría y cerraba dejando escapar el lubricante.
Tocarse así mismo no cambiaba nada, su pene seguía erecto a pesar de haberse corrido muchas veces, sus pezones duros, su piel picaba, se volvería loco si no encontraba la manera de satisfacerse.
A duras penas salió de la habitación, se arrastró hasta la habitación de sus "padres" y cogió la camiseta sudada de su papá, la llevo a su nariz y se relamió los labios, saboreando el sabor satinado de los fluidos del rubio.
Con la nariz enterrada en la camisa, bajo su mano, pellizcando sus pezones y llego hasta su necesitado miembro y se masturbo, no era suficiente, entonces sus instintos se hicieron cargo,
Sus largos y delgados dedos tentaron su húmeda entrada, un dedo invadió el cerrado canal, un suave gemido escapo de él...
Steve estaba que se lo llevaba el diablo, su equipo había fallado y el alfa de la otra manda había escapado, sonrió, ya se ocuparía de ellos más tarde, apenas entro a su casa, un olor a chocolate le golpeo en la cara, sus pulmones se llenaron de ese olor tan peculiar.
Subió las escaleras de dos en dos, su boca salivaba, entro a su habitación donde el olor era cada vez más fuerte.
Entonces sus máximas fantasías se hicieron realidad.
En medio de la cama de dosel, su "hijo" estaba con las piernas extendidas, húmedo y listo para él.
- Al...alfa – lloró el omega.
El alfa aulló y acecho a su presa.
