2. Elena

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Desde que me había sentado la sonrisa de Elena se borró de un segundo a otro, lo cual se me hizo raro, ella todo el tiempo estaba alegre y esto no era normal, Marck rompió el silencio pidiendo 3 café a la señorita que atendía el lugar y de inmediato aproveche las palabras de Marck para comenzar a hablar.

- ¿Elena? ¿pasa algo? -.
- Pasa todo Axel, todo-. Dijo mientras comenzaban a brotar unas lágrimas de sus ojos.
- Haber Elena calma ¿vale? Estamos aquí-. Le dije en tono de apoyo,
- Ahora dinos que tienes-.
- ¿Por dónde empiezo? -. Dijo mientras se secaba las lágrimas.
- Pues, de donde gustes.
- Pues veras, es Rick-. Agrego finalmente.
- ¿Es enserio? ¿Otra vez el? -. Hablo Marck en un tono molesto.
- Vamos Elena el sigue lastimándote, ¿Qué hizo esta vez? -. Continúo agregando
- Lo de siempre, no me contesta, me ignora por completo y no solo eso-. Se detuvo.
- Unos amigos me dijeron que lo han visto hace unas horas, con otra chica, su ex novia-.
- Por una mierda, ¿es enserio? -. Termine exclamando.
- Mira Elena, el solo te lastima esto no puede seguir así, debes terminarlo-. Le dije.
- Si, lo sé-. Dijo con los ojos llenos de lágrimas.
- Ya tomé una decisión-. Continuo.
- Mira Elena, nosotros no somos quienes para decirte u obligarte a hacer algo, pero esto no puede seguir así, no más-. Le explique.
- Elena, Axel tiene razón, nosotros no podemos decirte que hacer, pero sí puedo decirte esto, él no te merece-. Agrego Marck.
- Lo sé, lo sé en verdad, y pues he decidido que debo terminar con el-. Dijo al final.
- Es lo mejor Elena-. Dijo Marck en tono de apoyo.
- ¿Hay algo más que quisieras contarnos Elena? -. Le interrogue.
- No, eso es todo-.

No me gustaba ver a Elena de esa manera, devastada, triste y llorando, pero si ella ya había decidido que aria no podía hacer nada más que apoyarla

Continuamos hablando, no era un tema tan importe, solo recordábamos los buenos momentos que pasamos en la secundaria, al fin y al cabo, era para hacer que Elena olvidase lo sucedido, por lo menos hicimos sonreír un poco cuando le recordábamos la ves en que ella derramo la soda sobre el suelo y ella, era el 14 de febrero, el día del amor y de la amistad, en clase decidimos celebrarlo, llevaríamos comida, haríamos juegos y la pasaríamos bien con nuestros compañeros de clase, sin embargo, al momento de repartir la comida, Elena se ofreció a llenar los vasos de soda, al momento de pasar llenándolos ella se tropezó con un escritorio, y no hubiese pasado nada de no ser que Elena llevaba destapada la botella, entonces pasa que cae y sobre ella toda la soda, ella llevaba una blusa Blanca y la soda era de naranja, y como era de esperarse esta se tiño por completo, yo solo recuerdo que la ayude a levantarse y a limpiarse rápidamente, y de la nada ella se comenzó a reír y nosotros junto a ella todos nos partimos a carcajadas con ellas, pero bueno como era de esperarse Elena no se lo tomaría en mal plan, al contrario comenzaría a bromear sobre eso, tenía que pasar algo demasiado malo como para que ella apagase su alegría, y pues con ese pequeño recuerdo logramos que se riera.

-Ya es hora de irnos, se hace tarde-. Expuso Marck.
-Lo sé, tienes razón-. Le conteste
-Yo acompañare a Elena a su casa-.
-Excelente, tengo que ir a comprar unas cosas, no poder ir con ustedes esta vez-. Aclaro Marck
-No te preocupes yo me encargo-. Dije al final
-Vale de acuerdo, vayan con cuidado, los veré luego-.
-Cuídate Elena y tranquila-. Termino diciendo.
-Adiós Marck-. Dijimos al mismo tiempo.

Marck se levantó de su asiento y se despidió de cada uno de nosotros sacudiendo la mano, nosotros nos quedamos unos segundos hasta que hablo Elena.

-Marck tiene razón, se hace tarde-.
-Estoy de acuerdo-. Le respondí.

Nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la heladería, y caminamos juntos hasta casa, hubieron unos minutos de silencio hasta que Elena me hablo, y me pregunto sobre cómo estaban las cosas entre Mónica, quien era mi novia y yo, solo le respondí que ella se sentía un poco asustada, y tenía miedo de perderme ya que yo me iría a estudiar a otra ciudad y ella se quedaría en Ceuta, ella tenía la idea de que terminaría cambiando y la dejaría por una chica de Elche, algo que yo no le aria, pero sin embargo ella tenía esa duda y ese miedo, Elena solo dijo que encontraría muchas chicas diferentes en Montserrat, pero que a pesar de todo debía mantenerme fiel a Mónica, ella era una chica increíble y además era muy buena amiga de Elena, también era muy hermosa, Cabello rizado, tez blanca, ojos de un tono avellana y sus magias eran a mi parecer tiernas, un fetiche mío, pero a pesar de que Mónica era una chica muy hermosa, la amaba por cómo era, dulce, sonriente, amable, una gran chica, compartíamos varios gustos, música rock, libros, fotos, absolutamente todo, no podría dejarla por nada en el mundo, es mas no quería, y Elena lo sabía, pero la conozco solo quería asegurarse, ella era así, si tenía que decirte una verdad te la decía y la decía sin dudarlo, ella solo quería lo mejor para todos y entendía el porqué de su pregunta, seguramente Mónica estaba hablando sobre eso con Elena, el miedo que ella sentía, solamente le dije a Elena que no se preocupara todo estaría bien.

Pese que sequiaríamos hablando sobre Mónica hasta que me dijo.

-Axel, ¿puedo preguntarte algo? -.
-Claro Elena ¿Qué sucede? Dime-. Le respondí.
-Crees que después de que acabemos el Bachiller, ¿seguiremos siendo amigos? -. Respondí.
-Por supuesto que si Elena, ¿Por qué preguntas eso? -.
-Es que-. Se detuvo.
-Solo piénsalo, serán los 2 últimos años, después iremos a la universidad, cada quien ara de su vida-.
-Así que eso era lo otro que querías decirnos-.
-Me conoces tan bien-. Me contesto
-Así es Elena y no, no dejaremos de ser amigos, aunque tomemos rumbos diferentes seguiremos siéndolo, no debes preocuparte -.
- Pero es que tengo miedo-.
-Lo sé, pero créeme, no cambiara nada-.
- ¿Me lo prometes Axel? -.
-Si Elena, te lo prometo, no te preocupes-.

Finalmente llegamos a la casa de Elena, ella solo vivía con su madre ya que su padre estaba fuera del país por trabajo, su casa era mediana, un estilo clásico, subimos hasta el pórtico de su casa, y entonces Elena se da la vuelta y me abraza por la cintura mientras hundía su rostro en mi pecho.

-Gracias Axel-. Dijo finalmente
- ¿Por qué Elena? -. Pregunte
- ¿Cómo que por qué?, por todo Axel todo, eres el mejor amigo que alguien podría llegar a tener-.
- ¡Ey!, ¿para qué son los amigos?
- Tu eres más que un amigo eres como un hermano para mí, al igual que Marck, siempre están para mí cuando lo necesito y me protegen.
-Es porque te queremos igual Elena y mucho no nos gusta verte mal, por eso siempre estamos al pendiente de ti.
-Gracias Axel, no podría pedir más-.
-De nada Elena, no te preocupes-.
-Nos vemos luego ve con cuidado Axel-.
-Gracias, hasta pronto-.

Me di la vuelta bajé las escaleras del pórtico mientras Elena entraba a su casa, el día había acabado y no se me ocurría hacer otra cosa más que llegar a mi habitación y jugar videojuegos mientras escuchaba buena música, mientras caminaba pensaba sobre todo lo que me dijo Elena, desde lo de su novio, Mónica y hasta lo de nuestra amistad, sabía que ella tenía miedo y más de perder nuestra amistad, eso no ocurriría y más por que apreciaba demasiado a Elena y como ella dijo somos como hermanos nos cuidamos ambos, ahora solo tenía que apoyarla y cuidarla y sobre todo evitar que su novio la siguiera lastimando debía hacer algo sin meterme tanto en la vida de ella, pero algo si era seguro no dejaría que nadie más la lastimara.

Beatiful Lie - Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora