El Yin y el Yang - Natalia Y Alba (Albalia)

Nueva, novata, novatuca

Alba's POV

Sin saber cómo, septiembre estaba aquí otra vez y tocaba volver a la Universidad. Ya era el tercer año y de momento iba sacando todo bien así que en breve acabaría la carrera.

Lo mejor de volver era el Colegio Mayor, reencontrarme con mis amigas a las que había echado tanto de menos estos dos meses. Con el tiempo se habían convertido en mi familia, normal teniendo en cuenta que vivíamos 24 horas juntas.

Lo que no me gustaba de este año es que tendría que volver a ver Julia, mi ex. Dolía mucho decir eso porque me acababa de dejar, hace una semana, y a partir de hoy la tendría que ver en el desayuno, comida y cena, en todas las fiestas y en todos los sitios  vamos, porque era de mi grupo.

Julia y yo habíamos estado juntas algo más de un año, ella había sido la primera con la que me había acostado y la primera con la que tenía una relación sería. Estaba y estoy muy enamorada de ella pero de la noche a la mañana me dejó. 

El comienzo había sido todo como muy de película, dos amigas que de repente un día se dan cuenta de que sienten algo más la una por la otra. De un día para otro nuestra amistad cambió y pasamos de amigas a amigas, amigas, amigas, amigas, ya sabéis, cuando estás más cariñosa de lo normal con alguien, hasta fingimos una boda con nuestro grupo como testigo. 

En un viaje de los que organizaba el Colegio Mayor ella se había acercado para besarme, creo que de broma, no lo sé, y yo le hice la cobra porque para mí era más que un juego. Un mes después, en una borrachera le pedí que me diera ese beso y tras él vivieron más, pero al día siguiente cuando lo hablamos estaba arrepentida.

Después de un par de semanas estábamos en su habitación viendo una película y cuando terminó me pidó que me quedase. Sabía que no era una buena idea, que tenía que haber subido a la mía pero me quedé. En la oscuridad nos miramos, nos abrazamos y unos minutos después llegó el beso que tanto había esperado.

Ahora todo eran posos del café que me había bebido esta mañana, pero tocaba salir adelante. Saber que tendría que verla me desgarraba el alma pero tenía al resto de mis amigas conmigo, sabía que podía contar con ellas y poco a poco todo volvería a la normalidad.

Además, hoy llegaban las nuevas, 50 chicas a las que íbamos a novatear y ¿quién sabe?, igual alguna de ellas hacía que me olvidase de ella.

Natalia's POV

-Estaré bien, no os preocupéis. ¡Qué tengas buen viaje-. Dije mientras mi madre se metía en el coche y veía cómo se alejaban por aquella calle unidereccional.

Volví a entrar en aquel Colegio Mayor y cogí el ascensor para subir a mi piso, el cuarto. Cuando llegué vi a una chica rubia con el pelo corto y otra también rubia pero más largo corriendo por el pasillo y gritando, estaba claro que nuevas no eran.

Sigilosamente entré en mi nuevo zulo, pasaba de que me vieran porque había oído demasiadas cosas sobre las novatadas y no quería ser un blanco fácil. 

Cogí el ordenador y un bocadillo para cenar, no me atrevía a bajar al comedor, me daba mucha vergüenza porque no conocía a nadie y no era muy extrovertida que digamos. Seguía escuchando mucho ruido fuera, paró un rato durante media hora o así por la cena pero luego volvió.

Cuando todo estaba en silencio aproveché para ir al baño que estaba al final del pasillo, yo estaba como a la mitad más o menos. Al volver a la habitación, me crucé de nuevo con la chica rubia de pelo corto, curiosamente era mi vecina de enfrente. 

- Hola- dije educadamente antes de girar el pomo de mi puerta.

-Hola nueva- me dijo ella con una media sonrisa que no conseguí descifrar.

Me metí rápidamente en la habitación muerta de vergüenza y preparé todo para ir a dormir. Ya en la cama empecé a pensar en mis amigos de Pamplona, en todo lo que había dejado atrás por venir aquí y, de repente, la cara de esa chica rubia se cruzó en mis pensamientos. Tenía un magnetismo increíble esa mujer, me arrepentí de no haberme presentado pero era mejor que no supiese mi nombre para pasar más desapercibida en las novatadas.

Al final, agotada por el largo día, me dormí.