Después de que mi abuelito me ayudara un poco con la chica que estuvo rondando por mis sueños demasiado tiempo y logró salir de ellos para estar aquí conmigo, le enseñé el pueblo.
"¿No podías ser más grande?" pensé, puesto que ya casi se me acaban los lugares y quería estar más tiempo con ella. Quería conocerla más.
Ella solo sonreí por todo el recorrido. Deja de sonreír.
Atacas mi corazón.
Con lo poco que te conozco ya me tienes loca y desesperada.
—Jeong es tu nombre, ¿No? — preguntó ella.
—Jeongyeon, pero puedes decirme Yeong solamente — le esclarecí.
—Jeong, ¿Crees en el destino? —
Preguntó.— ¿A qué viene eso? — respondí con otra pregunta.
—Curiosidad—
Dijo viendo a otro lado.Eso fue raro, pero no le quiero prestar atención a eso, no cuando el ser que dijo esas palabras me tiene tan embobada
Mi sueño se hizo realidad. Ambas estábamos cansadas y nos sentamos en una banca del parque del pueblo, es realmente bonito en comparación a todo lo demás.
Duramos alrededor de una hora hablando, realmente eran cosas poco triviales e insignificantes, quiero aprender de ella, conocerla pero mis palabras no son las que quisiera que fueran, ella bloquea todas las oraciones con sentido en mi.
— ¿Llevas viviendo aquí mucho? —
—Toda mi vida, ¿Y tú? nunca te había visto por aquí—
—Vine de visita, me quedaré un tiempo—
— ¿Estás libre en la noche? Quisiera enseñarte algo, se que suena muy raro viniendo de alguien a quien conoces de un día, pero este pueblo aún tiene más para dar— dije.
—Claro, por favor muéstrame—
—Espérame enfrente de la tienda a las 7PM—
Dicho esto, nos separamos por desgracia, ella tenía unos asuntos por lo cual estaba ocupada, y yo aún tengo que atender la tienda.
Podré tener la edad que tengo, pero aún así parecía una niña pequeña dando saltos por todo el camino.
Solo pude pensar en ella y que fuesen ya las 7PM. Lo necesitaba.
6:30PM, fui corriendo olímpicamente en mi bicicleta a casa, si los caza talentos me hubieran visto me lloverían cientos de contratos, aunque era por la emoción, realmente tardo menos de cinco minutos entre ir a mi casa y la tienda.
Me arreglé lo más que pude, no soy de usar vestidos, tenía uno perfecto para la ocasión, aunque no muy elegante ni muy informal, puesto que a lo que tengo planeado nada más estaremos ambas.
Llevé mi guitarra y emprendí otra vez el camino hacia la tienda.
Ahí estaba ella sentada en una banca con un vestido blanco que la hacia parecer una mismísima diosa griega.
— ¿Esperaste mucho? — le pregunté.
—No mucho, acabo de llegar—
— ¿Nos vamos? —
No respondió, pero con una sonrisa de su parte bastó para entender.
El recorrido fué algo lento, puesto que no íbamos en bicicleta, la dejé en casa.
Ella iba mirando a la derecha, se veía el pueblo, desde esta distancia se ven las luces como pequeños puntos, y puesto que estábamos en el crepúsculo se veían mientras encendían las luces a las distancias con diferentes tiempos.
Yo mientras solo iba mirando su perfil.
Ya al llegar era de noche, mi pequeño punto de paz, el lugar donde quería estar con "ella" que ahora ya no necesito las comillas, ella realmente está aquí.
— ¿Tocas la guitarra? —
—Desde hace mucho—
— ¿Podrías tocar algo? —
Podría durar horas aquí por ti hasta que ya no sienta mis dedos, mis pensamientos más que nunca están fuera de mí, pero aún así empiezo a tocar unas cuantas melodías.
El cielo como de costumbre estaba repleto de estrellas, podrías perderte contandolas.
Ella solo miraba a la luna mientras yo tocaba una suave melodía.
De un momento a otro empezó a cantar y entonar la misma canción que escuché la primera vez que la vi, solo que ajustada a mi canción.
¿Podría esto durar por siempre?
Pasaron los días, ella y yo empezamos a tener la rutina de vernos en la noche en la colina donde siempre iba.
Cada noche era una canción distinta a la anterior. Pero más bella aún que todas las otras a mis oídos.
Encajamos con más precisión que el más fino relog suizo.
Sus suaves notas acompañadas de mis tantas canciones escritas pensando en ella mucho antes de conocerla hacían que el ambiente fuera tan hermoso que de ser posible la luna y las estrellas bajarían para adornar el ambiente, todo por escuchar nuestras canciones.
Al terminar de tocar ella posó su cabeza sobre mi hombro y con sus brazos tomo mi brazo derecho.
Mi corazón iba a salir volando.
Ella cerró los ojos y pronunció casi inaudiblemente
— ¿Dónde habías estado? —
—Buscándote—
Susurré volteando mi cabeza para que no escuchará. Aunque siendo sincera se que lo oyó.
— ¿Crees en el hilo rojo del destino? — Dijo ella.
—Desde hace mucho—
—Nunca respondiste si también creías en el destino—
—Desde muy pequeña— le pregunté.
Nuestra conversación era casi inaudible para cualquiera a más de un metro, estábamos a centímetros de tener nuestras caras juntas, ella no se movió ni deshizo su agarre en todo el tiempo.
Y por favor. Qué no lo haga.
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Sueño Real - 2Yeon
Fanfiction¿Qué pasaría si te enamoras de una idea que tú creaste... y que al final ella sea real? #2 2Yeon - 25/11/18 <3