5. ¿Como lo haces?

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Después de ponerme nostálgica en ese parque, admito que me perdí.

Tardé lo mío en volver por eso.

—Sal de mi cabeza por favor—

—No quiero vivir en un laberinto—

—Quizá sí quiero estar en un laberinto, pero sálvame de el—

Hace unos meses no pensé que así sería mi experiencia en Seúl ¿Cómo cambian las cosas no?

Quizá necesito un cambio de apariencia.

Me dormí en la cama que es más cómoda que la mía, me hace enojar saber que dormir tantas noches sin está cama.

Solo estoy divagando para ver si con eso logro olvidarte pero me rindo.

Me desperté y prácticamente lo primero que hice, además de la rutina diaria fue ir a una estética, esta es una nueva etapa.

Voy a comenzarla con una nueva yo.

Especifique el corte de cabello que quería.

Además de que también quería que se donase el cabello que iba a ser cortado.

Ver como las tijeras empezaban su camino hacia mis hebras de cabello para crear un punto A y un punto B fué un poco como la sensación de tortura.

Pero no hay marcha atrás.

Después de la primera fase venía la segunda.

Salí de la estética rubia.

Pero no quedó tan mal como esperaba. Considerando que todo esto es una locura que se me ocurrió ayer no está tan mal.

Faltaba tan solo un día para que mis clases comenzarán. Nerviosa es un adjetivo corto en comparación.

Sigo pérdida, no se dónde me perdí, ni dónde estoy, pero no me siento en casa en ningún lado.

Quizá tú eras mi hogar, ¿Ya es suficiente no? Así no la voy a olvidar.

Momo me dijo en una charla en la cena que teníamos terraza y que las vistas eran buenas para relajarse.

Subí para comprobarlo.

Pero ahí estabas tú.

La chica que puede hacer lo que quiera conmigo.

Caí de rodillas ante tal imagen.

¿Cómo destruiste mi corazón y como lo acabas de reparar?

¿Cómo estás aquí?

¿Cómo sabías que vendría?

¿Cómo te fuiste así sin más?

Solo eso pasaba por mi cabeza mientras seguía llorando arrodillada.

Instintivamente ella se acerco.

—Por favor no llores, ya no me iré, nunca más, lo prometo—

— ¿Recuerdas cuando te pregunté sobre el destino? —

—Si, lo recuerdo— dije, mientras seguía en el suelo y mis lágrimas no me dejaron subir la cabeza y verla cara a cara.

Me subió la cabeza tomándome con ambas manos en ambas mejillas y con solo una mirada de ella hacía mía simplemente me besó.

Si su intención era parar mi llanto, no lo logró, lo intensificó.

Lo que si logro fué cambiar la razón del llanto de tristeza a alegría.

Después de que el aire dejará de existir en nuestros pulmones nos separamos.

Aún con las manos tomando mis mejillas susurro

—Te amo, Yoo Jeongyeon—

—He soñado contigo desde mucho, algo me dijo que fuera al pueblo donde vives—

—Algo me guió a ti, y algo me dijo que estarías aquí, ahora—

—Cuando te conocí me enamoré instantáneamente, no pude pensar bien—

—Cuando me mostraste esa colina donde se veían las luces difuminadas y el cielo en su máximo esplendor—

—Cuando empezaste a tocar tu guitarra—

No pudo terminar porque también empezó a llorar.

—También te estaba pasando— dije como pude en ese momento.

—Ojalá pudieras ver desde mis ojos Yoo Jeongyeon, te amo como a nada en mi vida—

—No hables, si lo haces no pararemos de llorar— dicho esto la besé nuevamente.

Miles de sensaciones empezaron a surgir en ambas.

Ni el mismísimo big bang podría haber ejercido más energía que la que nosotras estábamos usando en ese beso.

Lento.

Etéreo.

En ese beso ambas estábamos intercambiando mucho más que solo simple saliva.

Intercambiamos nuestros sentimientos.

Nuestros deseos.

Nuestros gustos.

Nuestros miedos.

Nuestros sueños.

Estábamos convirtiéndonos en un solo ser.

Sueño Real - 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora