Siempre me decían lo mismo "Ya aparecerá el chico de tu vida". Y una mierda.
Comprendí que no existe la persona de tu vida, sino la persona para tu vida. Tú eres quien decide elegir a la persona con la que quieres estar. No estamos destinados a nadie. Tú, estúpido insensato, me lo demostraste.
Casualmente cuando estas en el mejor momento de tu etapa sobre esta tierra, aparece alguien para fastidiar. Ese alguien se asoma en forma de amor, y te lo crees por su buen disfraz, sin embargo, al final, te das cuenta de que es otro diablillo disfrazado de ángel.
Me resultaba extraño que de la nada me hablase. ¿Y tú eres? Era lo único que pasaba por mi cabeza.
Cuanto más lo miraba, más me gustaba. Alto, mulato, ojos afilados y una sonrisa hermosa. Pero no lo imaginemos tan precioso, no. Estaba en su peor estado. Borracho, fumado y medio dormido. Buena primera impresión, sí señor.
¿Y qué decir de él? Me gustaba su compañia, era un complemento para mi vida, alguien que podía alegrarme las mañanas con sus buenos días. Deseaba conocerle, saber lo que piensa, saber cual era su comida favorita, su película de la infancia, su mayor miedo.
Pensaba en el día y noche.
Pero el mejor momento sin duda era cuando nos encontrábamos. Mi corazón saltaba de alegría cuando lo tenia cerca. Aunque siendo sincera, lo quería aún más cerca. Evitaba tener esos impulsos pero, a la hora de que nuestros labios se juntaban, no había calma suficiente para apaciguar mis ganas.
Él era lo que quería. Solo a él.
Dije "este es el hombre de mi vida."
Pero como todo lo bueno tiene su final y como nunca terminas de conocer la mente de la otra persona, se fue, se esfumó sin previo aviso y sin habérmelo follado.
Qué miserable.
A.
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Miserable.
RomancePequeños fragmentos de historias de amor que marcaron la vida de una adolescente con ganas de amar. Cartas que nunca llegarán a su destinatario. El amor es dulce y amargo al mismo tiempo.