Remember me? || Tom Holland [Libro 2]

Capitulo 26

Estaba sentada en la mesa del comedor, haciendo su tarea de gramática, intentaba comprender, ya que esa era la materia que no iba tan bien que digamos. Estaba tan concentrada que no noto que el mayor venia hacia ella con dos debidas en sus manos

— Jugo de papaya con naranja para la mas bonita del mundo — comento con una leve sonrisa mientras dejaba el vaso encima de la mesa, pero claro, un poco aparto del cuaderno de la adolescente

— Gracias, amor — levanto la mirada de su cuaderno para luego sonreírle de lado, un adorable sonrojo adornaba su rostro

 — ¿Y como vas con gramática? — pregunto el mayor  mientras se sentaba en una de las sillas, para después tomar su sorbo de su jugo

— ¿La verdad? — el contrario asintió con la cabeza — Fatal — suelta un suspiro, luego lleva el vaso a sus labios, toma un sorbo de su bebida— ¿Me ayudas, Spidey? — dice después de tragar, haciendo ojos de cachorrito mientras dejaba el vaso en la mesa 

Sabia que Tom no se resistía a ella cuando hacia esa expresión, mucho menos si le decía aquel apodo que le puso cuando se metió a la película

— No pongas los ojos de cachorro, y tampoco me digas así — advirtió sintiendo como sus mejillas ardían, odiaba cuando __________ hacia aquello, ya que él no se podía negar a lo que ella quería. Y a la vez amaba aquello, de cierto modo lo hacia, ya que ella se vía adorable haciendo eso

Además esa no era la única manera para convencerlo de algo, había otra que le encantaba mucho más, pero no era hora de entrar en detalles

— Por favor, mi arañita — hiso un leve puchero, el castaño resoplo rendido, simplemente no se podía negar a su chica. Al final el actor le ayudo, más bien le explico para que ella pudiera hacerlo sola lo demás

— Debería llevarlos al lavatrastos — dijo refiriéndose a los dos vasos , que por cierto ya estaban totalmente vacíos— No quiero que mi novia se enoje conmigo — bromeo levantándose de su asiento

— No creo que pase eso — le sonrió mientras cerraba su cuaderno,  para después dejarlo de lado— Es imposible que se enoje contigo

— ¿Tu crees? — pregunto a lo que la contraria asintió, provocando una leve sonrisa en el adulto— Si ves a mi novia dile que eso — agarro los trastes a lo que la menor lo miro interrogante— Que se ve hermosa hoy

Se dirigió hacia el lavatrastos para depositar los vasos, sin fijarse que por su comentario provoco un fuerte sonrojo en la chica de 15 años. Esta sonrió mientras sentía como su ritmo se aceleraba cada vez más

Cuanto amaba a ese chico de 22 años