Capítulo XVII

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Su mirada me intimida en niveles que no puedo expresar, como si desnudara los secretos más profundos de mi alma, esos que ni yo soy capaz de reconocer.
Su postura me desafía, pareciera ser solamente un altanero, un soberbio muy distinto al joven con el que soñaba. Pero aún no podría afirmarlo con plena seguridad.


El viento revuelve mi cabello, haciendo que se interponga en mi campo visual, y no consigo negar que me siento agradecida.
-Inmunes- recito lentamente -Soy toda oídos.

No es difícil notar cómo lo moviliza mi provocación, cómo lo divierte; sonríe de lado dándome a entender que ni por casualidad voy a amedrentarlo.
-Así es. La S.O logra mantener el orden básicamente manipulando con diversos psicotrópicos el estado de la mente y las percepciones de las personas de manera deliberada.
Los transforma en títeres impidiéndoles pensar por sí mismos. ¿Entiendes?- hace una pausa para corroborar que le sigo el hilo.
Asiento con la cabeza y me cruzo de brazos; nada de lo que dice me sorprende en sobremanera, es algo que llevaba tiempo sospechando.
-Los psicotrópicos ejercen su acción modificando ciertos procesos bioquímicos o fisiológicos cerebrales, actúan alterando el proceso de neurotransmisión, estimulando o inhibiendo la actividad.
La paz que Ryden tanto se jacta en promover está basada en nada más y nada menos que en sus asquerosas drogas.
Los alimentos, el agua, la medicación que se debe tomar todos los días, todo, contiene esas malditas drogas.
Perfeccionadas durante muchos años, aún antes de que se formase el Arca.
-El Arca..- repito mientras saboreo otro trozo de carne. Entre la tibieza que emana la fogata y el delicioso alimento, mi cuerpo comienza a recomponerse de todo lo vivido.
-Las ciudades han sido diseñadas para unos pocos, sin embargo la historia es muy diferente a cómo te la han contado. Solo aquellos que la S.O consideró aptos pudieron habitar el Arca, aquellos que cumplían con sus requisitos, los que favorecerían el control absoluto de su soberanía.
El resto... debía ser exterminado.

Miles de preguntas hacen ruido en mi cabeza, quiero saberlo todo, la ansiedad me consume.
Los jóvenes que me rodean se encuentran en silencio, observando mis movimientos con cautela.
Brenda es la única que no se preocupa en disimular su total fastidio, su mirada pareciera derretir las capas de mi piel.
Puedo comprender que mi presencia no sea de su agrado, pero su actitud es un poco severa por ser que acaba de conocerme.
Y a juzgar por la manera en que se maneja con sus compañeros, puedo decir que tiene un carácter que se lo lleva el diablo.
No hará nada feliz mi estadía en éste sitio, aún así no le daré el gusto de rendirme antes sus ataques.
-Inmunes. Nos llaman así a los que no respondemos al tratamiento- continúa sacándome de mis pensamientos - No hay edad específica en la que se desarrolle el gen resistente. En cada individuo sucede de manera diferente y  comienza a presentar una especie de bloqueo ante los efectos de los psicotrópicos, volviéndolo toda una amenaza para ellos.
Los científicos aún están intentando descifrar en qué parte de nuestro ADN se encuentra la "falla".
Con el paso del tiempo descubrieron que nuestros órganos y nuestros cuerpos son más fuertes que el del común denominador, resistentes a la mayoría de las enfermedades.
Mientras tanto todo aquel que la presente perderá la vida.

Herber resopla molesto desde la otra punta, moviendo una de sus piernas en un inacabable tic.
-¿Qué?- lo increpa Orión -¿Acaso
soy un científico?. Si gustas te dejo las explicaciones a tí- concluyó abriendo los brazos de par en par.
-Otra vez con lo mismo- zanjea Titán -A nadie le importa los malditos términos con el que se cuenten las cosas, mientras que se ...
-A mi sí- lo interrumpe Herber -Intento tener paciencia y doblegar mis instintos primitivos pero me cuesta bastante no corregir.
-El gatito saca las garras- sonríe Brenda mientras gira una cuchilla delgada entre sus manos. Cosa que hace casi todo el tiempo.
Herber parece haber perdido el control por un momento -Es como pedirte a tí que dejes de ser una bruja, va en contra de tu naturaleza ¿O no?-
La fiera se pone de pie dispuesta a darle un puñetazo.
-Vamos a calmarnos- interviene el cazador ubicándose en medio de los dos.
Pronto la conversación se torna en una batalla campal.
A mi lado Treep parece estar en otro mundo, totalmente ajeno a la reciente disputa.
Hay algo en sus ojos... una tristeza profunda que no puede esconder aunque lo intente.
Se da cuenta de que lo estoy observando y gira su rostro quedando frente a frente con el mío.
Tengo en claro que me estoy ruborizando pero aún así no desvío la vista.
Su belleza golpea mis sentidos, la barba que comienza a asomarse le sienta de maravilla.
Arquea una ceja esperando a que diga algo y me siento avergonzada por mis pensamientos.
-Así que hierba mala nunca muere ¿eh?- lo codeo y vuelvo a embullir otro trozo de la carne.
De soslayo puedo divisar algo parecido a una sonrisa ladeada.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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