◕ ᴍɪʀɪᴏ ᴛᴏɢᴀᴛᴀ ◕

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Créditos de la segunda imagen a @/tamahyunhyun.

Pedido realizado por: AnaLey2

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—Demonios —murmuraste, mirando los apuntes que apenas habías recordado tomar.

—¿Estás prestando atención? —te preguntó el profesor amablemente, sonriendo.

—Por supuesto —dijiste automáticamente. Y, cuando él se giró, suspiraste y dejaste caer la cabeza en la mesa.

Estabas en esa clase de repaso en tu escuela por petición de tus padres. Cuando habían visto las notas del primer semestre, sabías que cosas buenas no sucederían. No eras una negada en los estudios, pero tampoco eras la mejor. Preferías no levantar la mano voluntariamente por si respondías mal, y tampoco hacías trabajos extras para subir nota, más por pereza que poco tiempo.

Porque de tiempo te sobraba.

Lo gastabas en deberes, pero sobretodo en comida, películas y, por supuesto, en dormir. ¿Y el deporte? Preferías evitar el tema.

Miraste el reloj. Y te alarmaste al instante.

«¿El profesor seguirá hablando?», pensaste con preocupación. Horas antes, ya sabías qué autobús cogerías y cómo volverías a tiempo a tu casa. El maestro parecía decidido a pulir el tema que estabais trabajando. Cuando sonó el segundo timbre —porque el primero no lo habías escuchado— saliste sin siquiera despedirte.

—Demonios —mascullaste de nuevo.

Casi corriendo, saliste de la escuela con la mochila moviéndose descontroladamente una y otra vez en tu hombro. Más de una vez tuviste que pararte para recoger el llavero que te regaló tu madre, y no querías olvidarlo por las prisas. Para ello, tardabas cinco segundos: cinco segundos que no recuperarías y cinco segundos que el conductor no perdería.

Jadeando, viste tristemente la parada del autobús al final de la acogedora calle, que en ese momento te parecía demasiado alargada.

«Contra más grande, más lejos. Más lejos, más tarde. Más tarde, igual a perder el autobús».

Y, definitivamente, perdiste el autobús. Indignada, te sentaste en el banco de la parada y te cruzaste de brazos, viendo como otro llegaba pero finalizaba su recorrido, así que no te servía. Contemplaste aún con resignación como algún que otro pasajero bajaba, y pensaste la suerte que tenían de haber podido subirse a tiempo.

La mayoría pasaban de largo; con sus cascos puestos, mirando el móvil, guardando el libro y saludando a sus amigos. La mayoría excepto uno.

Un chico se sentó a tu lado, un chico —cabe decir, atractivo— con el cabello rubio en estilo tupé; los ojos azules y el cuerpo tonificado. Apreciaste que sus brazos poseían cicatrices, y despertó un poco tu curiosidad. Llevaba ropa normal: camisa blanca, pantalones negros y chaqueta roja con bordes amarillos. Notabas su presencia a tu lado, cerca, y reparaste por el rabillo del ojo como miraba el horario del siguiente autobús.

✿ one-shots; bnha ✿ [finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora