✿ one-shots; bnha ✿ [finalizado]

❀ ʙᴀᴋᴜɢᴏᴜ ᴋᴀᴛsᴜᴋɪ ❀

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Créditos de la primera imagen a 【Kōhei Horikoshi】; créditos de la segunda imagen a quien corresponda.

Pedido realizado por: Mly-chan2

Un poco de calma después de tanta tormenta. Aunque debéis saber que lo sad volverá, jsjs.

Quedaros hasta al final donde hay algo parecido a un experimento social)? Si os aburrís pero no queréis leer el shot, id directamente al final y responder lo que os propongo. Yo siempre estoy activa y siempre respondo. :)

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Mirando fijamente a Bakugou, te acomodaste en la silla y entrecerraste los ojos, desafiándolo. El aludido gruñó pero no apartó los ojos de los tuyos, tan concentrado como tú. Los de vuestro alrededor os observaban, expectantes. Ashido tenía los puños fuertemente cerrados de la emoción y Kirishima los labios fruncidos por el suspense. Denki se apoyaba en el pelirrojo y los demás estaban esparcidos por vuestro alrededor.

Te negabas a perder contra Katsuki. Y como Bakugou era Bakugou, él tampoco perdería. Sabías que esa batalla la habías causado tú pero, ¿qué importaba? Era divertido desafiar al rubio y verlo perder.

—¡HAS PESTAÑEADO! ¡HAS PESTAÑEADO! —gritaste con euforia, levantándote y abrazando a tus amigos con efusividad—. ¡BAKUGOU HA PERDIDO! ¡BAKUGOU HA PERDIDO!

—NO ES CIERTO —gritó Katsuki alzándose él también—. ¡NO HE PESTAÑEADO, MALDITA SEA!

—ESTÁ GRABADO, IDIOTA.

—¿ES QUE ACASO NO SE ME PUEDE METER ALGO EN EL PUTO OJO?

—¿El qué? ¿LA POCA DIGNIDAD QUE TE QUEDA?

Podías estar todo el día insultándolo sin morir ni ser asesinada. Aunque tu Particularidad era la parálisis, nunca la habías tenido que usar con Bakugou, pues aunque este hacía el ademán de querer golpearte, realmente, nunca llegaba a hacerlo.

—¡Ocho a cero! Bakugou, bro, llevas ocho derrotas seguidas —le dijo Kirishima viendo las anotaciones que había hecho él mismo en un papel aparte.

—¡OCHO, POR EL CULO TE LA ENTOCHO! —gritó Mineta apareciendo de la nada.

—Lo que podemos concluir de estas ocho derrotas por parte de Bakugou —intervino Ashido ignorando al bajito de la clase—, es que ella es mucho mejor que él.

Mientras que tú te posabas encima de la mesa con aires de grandeza y saludabas como reina, Bakugou se reprimía de realizar sus impulsos asesinos y se limitaba a dejar ir pequeñas chispas al aire que no atacaban a nadie pero que tenían una dirección específica y sospechosa, porque estas apuntaban a la derecha y quien estaba a la derecha era Izuku.