O6

787 104 16
                                    

Que suerte que se encontraran todavía en Otoño antes de que la nieve tapizara todo rastro del camino que los conducía a la cabaña, aunque las hojas también hacían su trabajo de volverse el nuevo piso. Con cada paso que daban el crujido de las hojas secas se hacía escuchar, sus cachorros corrían en su forma lobuna uno detrás del otro y dando vueltas por las bajadas tan inclinadas que había hasta caer en un acolchonado nido de hojas naranjas y amarillas. 

    — No vayan a lastimarse pequeños.    — Dijo Jin con algo de preocupación al ver como rodaban y salían volando. 

  — Déjalos divertirse un poco amor, este lugar es muy seguro. 

Jin llevaba cargando en total 3 enormes cajas muy pesadas que apenas podía resistir pero este se había rehusado a que su Omega cargara algo por más pequeño que fuera no se lo permitía, ni siquiera un par de zapatos, varios hombres con más cajas y muebles caminaban detrás de ellos montaña arriba hacía la enorme casa que estaba entre los arboles en la colina, todos iban sudando a pesar de que la temperatura no era del todo alta pero por suerte estaban por terminar. 

  — ¡Listo! Terminamos. — Dijo Jin quien tenía toda la playera empapada en sudor, dejó las tres cajas alado de todo lo demás en la mudanza y suspiro con fuerza, observo a su esposo recargado en el marco de la puerta sobando su pancita que ahora era más visible. —  Jungkook, eres hermoso.  — Su esposo puso una enorme sonrisa y se acerco a abrazarlo y besarlo, sin importar que este estuviera todo sucio, ademas su aroma era mucho más fuerte ahora y eso le encantaba. 

  — Te amo tanto.  — Aseguro el menor de ellos dejando un ultimo piquito en sus labios.— Debes estar hambriento, haré de comer.

  — Oh, no cariño, no quiero que estés cerca del fuego, mientras yo este en casa cocinare para ustedes. 

  — ¿Estás seguro? Sabes que no tengo problemas, el fuego no me hará daño, ademas debes estar también muy cansado de subir todo lo de la mudanza.  

  — Soy un Alfa poderoso, no te olvide de eso. — Lo abrazo con fuerza teniendo cuidado de su vientre abultado el cual también dejaba pequeña caricias. — No puedo creer que vayamos a tener tres cachorros más, cambiar pañales será todo un reto. 

Jungkook tomo las mejillas de su esposo dejando múltiples besos en sus labios, se quedo en sus brazos un buen rato pues eso calmaba sus ansias de Omega, ademas de que sentía un calor agradable en el pecho al estar cerca de Jin. Esa tarde ambos se quedaron juntos con su familia, comiendo y jugando. 

Al día siguiente Jin llego puntual al trabajo, llevaba en la mano una pequeña bolsa de papel café que contenía su almuerzo.

  — ¿Cómo va la vida de macho Alfa? — Murmuro su amigo con una sonrisa burlona.—  ¿Te has desmayado estos días? 

— Muy gracioso Nam. — Negó con la cabeza riendo al mismo tiempo que abría la puerta de su oficina para que ambos entraran, al poner un pie dentro ambos entornaron los ojos en un solo punto donde se haya una nueva presencia. 

  — Vaya que linda oficina ¿Son tus bebés? — Pregunto el Omega sosteniendo el retrato que tenía Jin en el escritorio de los gemelos. Se trataba de Jeno, con quien competía por el puesto, ambos Alfas se miraron uno al otro sin comprender muy bien, pero Jin no quería ser mal educado. 

— Sí, son mis hijos, Seok y Guk. — El Omega sonrio de oreja a oreja por su respuesta, estaba sentado en la esquina del escritorio mirando las fotos, a continuación tomo la de Jungkook y la observo con una ceja arriba y una sonrisita.  

 — Se parece mucho a tu esposo y ella, esta bebé se parece mucho a ti.  

  — Ella es Liu y sí, los gemelos se parecen mucho a mi esposo, Jungkook. — El Alfa se acerco al escritorio para volver a acomodar las fotos como las tenía. Entonces un olor algo extraño lo hizo reaccionar, un aroma que lo ponía algo inquieto, no solo a él si no también a su amigo Nam; Jeno se percato de sus reacciones. 

Manual para Alfas desesperados.  - [ Jinkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora