IV. Mermelada

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El timbre sonó incesante por un par de minutos, Sujin comenzaba a desesperarse y me miraba como si fuera mi culpa que aquel sujeto nos estuviera molestando durante días.

Lo peor es que si lo era.

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Tomé una bocanada de aire y suspire asintiendo para asumir mis responsabilidades, mi hermana sonrió triunfante y siguió la lectura de su libro.

Al abrir la puerta él estaba allí sonriendo, intente dialogar con él para que se rindiera y cuando dijo que no venía a ver a mi versión femenina me sorprendí y rápidamente me enoje asumiento que sería a Sujin. Con mi hermana no se metería y de eso me encargaba yo.

No sé como pasó es solo que cuando me di cuenta me encontraba en un restaurante familiar charlando con él y comiendo tranquilamente. Estuve a punto de echar todo a perder y decirle mi nombre, afortunadamente mi costumbre de presentarme primero con el apellido me ha salvado, a decir verdad me preguntaba si seria correcto seguir guardando que la chica MinHyun no existe, pero Aron parecía tan ilusionado que simplemente no podía hablar de ello.

— Ugh bueno, digamos que MinHyun y yo compartimos mas de lo que crees.

El mismo cuerpo, rostro voz y existencia misma por ejemplo... me reí en mi interior ante mi vil mentira y seguí comiendo el jjim de mi tazón.

Comenzamos a platicar de nosotros y asi me entere de cosas interesantes, aron había nacido en los angeles y ahora vive solo en corea, trabajaba en una editorial reconocida, tenia veinticuatro y actuaba como un niño de kindergarden.

Cuando acabamos de comer él me pregunto si quería un postre y cuando dijo la misma línea de aquella noche con el helado de frambuesa, supe que era una línea que usaba con todos y no me la había dicho especialmente a mi aquel día. Sentí una pesadez en el pecho y suspire tratando de aliviar la sensación.

Parecía que al fin algunos cables habían hecho click en su cerebro porque de pronto abrió los ojos sorprendido y exclamó ¡Ooh! ¡Eres tu!. En lo único que pude pensar en ese momento es que el hombre frente a mi se había dado cuenta que yo era su tan ansiada chica, no puedo decir como fue mi expresión, solo puedo decir que el pánico me invadió y cuando le vi asentir con una sonrisa creí que toda la farsa había terminado, el peso en mi pecho se despejo y casi dibuje una sonrisa hasta que...

— ¿Entonces tu día mejoró después de comer el helado? Entonces tengo razón en decir que tienes cara de que te gusta la frambuesa.

Entonces supe que Aron era un completo tonto, mi sonrisa murió, me encogí de hombros y llamé a la camarera para el postre mientras meditaba mi respuesta. No veía razón para mentir asi que respondí sencillamente, mi día si habia mejorado.

Me preguntaba cuanto mas duraría este juego vergonzoso, pensaba comer la tarta y luego huir de este lugar pero Aron parecía no querer acabar con los momentos bochornosos y su siguiente oración me dejó helado.

— Qué nos hayamos conocido así ¿Crees que es el destino?

Mi corazón cayo a mi estómago y podía apostar que mi cara había tomado el color de un tomate muy maduro ¿Es real lo que acaba de decir? Este chico esta flirteando sin saberlo y estoy tan avergonzado porque en el fondo de mi estoy esperando que realmente sea el destino.

¿Cuál era la posibilidad de que este guapo chico y yo nos hayamos encontrado de esa manera y luego el se enamorara de mi una semana después?

Oh dios, si esto era una broma entonces he caído redondito jaja mira, me estoy riendo así que porfavor deten esto...

La Dama de Rojo [MinRon | RonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora