Las horas pasaron, y Laura no regresaba, Taylor se sentía mal, sabía que ver a Holly era una mala idea.
Estaba en su habitación, mirando el techo y sintiendo como los minutos pasaban como si fueran años, de fondo solo se escuchaba el sonido de los autos, que iban y venían.
De repente escucho la puerta serrarse, y en inercia, se levantó de la cama, quedando sentada, mirando el reloj de su celular, habían pasado tres horas....
Su mente se discutía si debía bajar o quedarse ahí, tenía miedo y al mismo tiempo estaba ansiosa.
-hola- Laura entró sin previo aviso a la habitación, se notaba más calmada.
Taylor se levantó para encararla -Laura, lamentó....-
-déjalo así Taylor, no entiendo cuál era tu punto de besarla ¿ok?, pero déjalo así--solo quiero que me perdones-
-te perdono- seguía con su actitud serena.-gracias- se acercó a darle un beso, el cual no fue correspondido al cien por su novia, y lo noto.
-bueno me daré una ducha ¿que quieres hacer hoy?- pregunto Schilling.
-esta bien date un baño, y hoy tenemos que ir a casa de Leah--¿para que? ¿Todo bien?-
-hay un problema, no se cual sea, pero que es grave lo es, o eso parecía por la forma en la que se expresó-
-ok-Ambas se dispusieron a hacer sus cosas, Laura fue a la cocina, y se preparó un té para relajarse.
Taylor se dio una ducha larga, con agua fría, tenía que aclarar la mente, con el objetivo, de nunca más volver a ver a Miranda.
Para cuando salió, el sol empezaba a despuntar, y así despidiendo un día más.
Se cambió, se puso algo cómodo y salió en busca de su novia, a la cual no encontró en ninguna parte de la casa.Así que salió al patio, y ahí la vio, con una taza entre sus delgadas manos y la vista perdida, Taylor todavía se sentía mal, deseaba con toda el alma borrar los sucesos de ese día, pero no podía.
-si me sigues viendo, me gastare- Laura la saco de su burbuja, jalándola al mundo real.
-perdón, es solo que te ves muy linda- se acercó temerosa hasta ella, para sentarse a su lado.-lo se, es algo que me dices cada vez que puedes- esos ojos verdes la penetraron hasta el alma, acompañados de una sonrisa de lado, haciéndola caer en un abismo sin fin.
-es que me gusta recordártelo, para que nunca olvides que puedes conseguir a alguien mejor que yo, a alguien que no te traicione, con tu belleza puedes tener a un dios del Olimpo- su voz sonaba tierna, en casi susurro, mientras que luchaba por no llorar -y en cambio....-
-te elegí a ti- la interrumpió, para después soltar una risa.
-Tay, amor ¿si entiendes que no quiero a ningún dios? Aunque siendo honestas, técnicamente, yo tengo a una diosa como novia, pero no quiero a nadie más a mi lado, todos estos años juntas, me hicieron entender que solo se puede amar a una persona como si nuestras vidas dependieran de eso, y tu eres esa persona para mi, Tay tu y Ella son todo lo que necesito para estar bien, para no caer, ustedes dos son mi razón para salir a la calle y luchar, son mi todo, por quienes me desvivo día a día y por las que movería un planeta entero si es que me lo piden- la tomo entre sus manos para besarla