Al llegar a casa le di una lata de sardinas al gatito.Aún no sabía que nombre ponerle y además tenía que comprar un bol para la comida,el agua y debía conseguir el collar para él.
Cuando le puse en un bol de plástico las sardinas en aceite de girasol,empezó a toquetearlas con una de sus patas,sacando las uñas.Hizo eso por un buen rato,hasta hacer volar una de las sardinas al suelo.Me carcajeé por su acción,por lo que le asusté sin querer.Me alejé pata darle espacio y olfateó el pescado.Hasta que terminó cogiendolo para comérselo.Era gracioso ver a un gato tan pequeño haciendo eso.
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Rex le gruñó al principio,pero al ver que el gatito jugaba con su cola,le dejó tranquilo y aceptó que se quedase en casa.No podía hacer otra cosa,iba a quedarmelo de todos modos.
A la mañana siguiente,fui a la tienda más cercana que estuviese abierta,pues siendo 1 de noviembre eran pocas las que estuvieran a la disposición.
Compré dos boles azules y un collar con el ying y el yang,que me había gustado.Volví a casa con la compra,encontrándome con una escena muy chistosa.Rex era perseguido por el gatito alrededor del sofá.La manera de perseguirle me recordó a los Looney Tunes,concretamente a Silvestre.
Así que cogí al gatito,le puse el collar y le dije:
—Bienvenido a casa Silvestre.
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